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SOPRON
SOPRON
En algún lugar en Sopron
Martes, 29 de Mayo, 2018
Amaneció otro día soleado y caluroso, cogimos el coche y nos fuimos en búsqueda de una cafetería donde desayunar, haciéndolo en la de un hotel, que tenía un porche y un jardín pero de cuyo nombre no logro acordarme. Estuvo bien. Regresamos al Guest House, pagamos y nos largamos.
Salimos de Balatonfüred por la carretera número 71, para luego torcer hacia la izquierda y enlazar con la número 73 en dirección a Vezsprém, ciudad que rodearíamos para coger la carretera al Noroeste en dirección a Sopron
Por los altavoces nos contó Massiel lo de su tres maridos a los cuales envenenó con unas cuantas gotas de cianuro en el café. Cantábamos con Camilo Sesto su archiconocido "Vivir así es morir de amor" a pleno pulmón cuando pasábamos por un cruce que marcaba hacia la derecha la dirección para llegar a Karakószörcsök.
Los habitantes de Karakószörcsök son los karakószörcseños y las karakószörcseñas. Es éste un pueblo de destacadas tradiciones: A finales de Junio se celebran sus fiestas patronales siendo de gran importancia su mercado típico en el que se pueden disfrutar de los productos propios de aquí: La miel, el famoso queso y el vino de Karakószörcsök. En la plaza mayor se bailan danzas tradicionales del lugar entre las que destaca en particular la Polka Karakószörcseña.
Pero lo que es especialmente singular de ésta localidad es el denominado “Mosqueo de Karakószörcsök” . Y es que los karakószörcseños y las karakószörcseñas son muy sensibles a la forma en que se pronuncia el nombre de su pueblo porque si no se hace correctamente al 100%, incluyendo todas sus letras, acentos y diéresis el nombre adquiere un significado completamente diferente y nunca satisfactorio. A saber:
- Si se pronuncia sin el acento en la o (esto es: Karakoszörcsök) el significado es “El queso de Karakószörcsök huele a pies”.
- Si no se pronuncia la primera diéresis sobre la letra O (“Karakószorcsök”) significa “El vino de Karakószörcsök es un matarratas transdanubiano”.
- Si no se pronuncia la segunda diéresis, entonces quiere decir “Los karakószörcseños y las karakószörcseñas son unos patosos que bailan su propia polka sin pizca de gracia.”
Como os podéis imaginar, cuando alguien viene de fuera y les dice todas estas lindezas agarran un mosqueo descomunal: Es el archiconocido “Mosqueo de Karakószörcsök”. Pero lo más curioso es que se ha convertido en una nueva moda en las redes sociales de modo que muchos turistas e influencers aceptan el reto de ir a Karakószörcsök, provocar a cualquier habitante que se encuentren por sus calles y comenzar a pronunciar erróneamente el nombre de su pueblo hasta que el lugareño se harte y le sacuda una señora bofetada transdanubiana. Es justo entonces cuando el turista se hará una selfie con su móvil subiendo a Instagram la foto que muestra su cara marcada por la mano del karakószörcseño o karakószörcseña, escribiendo a pie de foto: “¡¡Lo conseguí, lo conseguí!!
“ a modo de souvenir de incalculable valor. Bueno, venga, lo admito: Todo lo que acabo de contar de Karakószörcsök es mentira. Me lo he inventado. Es que a veces se me va la olla… Pero ¡qué historia tan interesante, ¿eh?! Lo único cierto es que Karakószörcsök existe y pasamos ante él (pero no nos paramos).
Tras Jánosháza cogimos la carretera número 84, atravesamos el pueblo de Sárvár cantando “Gavilán o Paloma” con Pablo Abraira con tanta pasión que incluso repetimos. No tardamos en llegar a Sopron, aparcamos el coche en un parking cerca del centro histórico y de la Oficina de Turismo y comenzamos a patear el casco antiguo.
Caminamos por Szént György utca -o Calle de San Jorge- hasta llegar a una esquina junto a la plaza donde había otra oficina de turismo. Entramos a coger información y nos dijeron que, si queríamos, podíamos visitar el foro romano de Scarbantia, que se encontraba en la planta subterránea del edificio y cuya superficie cubre también parte de la plaza. Todo bajo el suelo.
El foro de Scarbantia era de tipo Agora, consistiendo en una plaza cuadrada de 45x46 metros pavimentada con losas de roca caliza extraída de la cantera de la aldea cercana de Fertörákos. Un canal de drenaje recorría todo su perímetro. Los principales edificios del foro eran (las letras están marcadas en la ilustración de arriba:
A) La Curia u oficinas centrales del gobierno local, situada en la parte más meridional del foro. Tenía una sala de reuniones del consejo medía 10x10 metros.
B) La Basílica, en la parte más occidental de la plaza.
C) El Capitolio: Templo de la Triada Capitolina: Júpiter, Juno y Minerva
D) Pedestales de estatuas ecuestres.
Se trata de un lugar interesante aunque no espectacular. Salimos de la Oficina de Turismo y nos dirigimos a la Fö Tér o Plaza Central. En su centro hay una columna mariana de la peste y está rodeada por la Iglesia de la Cabra y varias casas antiguas.
Fö Tér o Plaza Central de Sopron con la Torre de Vigilancia
El calor era brutal y estábamos hambrientos y sedientos, así que decidimos comer algo en una pizzeria que hay en la misma plaza. Seguidamente fuimos a la otra oficina de turismo (la tercera) situada junto a la muralla para comprar entradas para subir a lo alto de la torre de vigilancia y admirar las vistas.
Altorelieve, en la Torre de Vigilancia.
Esta torre es símbolo de lealtad: En el referendum del 14 de Diciembre de 1921 los habitantes de Sopron y otras siete localidades de la región votaron permanecer en Hungría en vez de Austria. En conmemoración a este evento se construyó en 1928 la Puerta de la Lealtad, cuya escultura (de Zsigmond Stróbl Kisfaludi) sobre la puerta es ésta de la imagen: Madre Hungaria reuniendo a los ciudadanos de estas ocho localidades a su alrededor. El 14 de Diciembre en Hungría se celebra el Día de la Lealtad.
Bajamos y entramos a visitar la Casa Storno, construída inicialmente en la época medieval pero fundamentalmente lo que vemos ahora es de la época barroca del siglo XVIII y del siglo XIX, cuando fue comprada por Ferenc Storno, deshollinador reconvertido en restaurador de arte. Aquí Franz Liszt dió algún concierto de piano. En esta casa visitamos la colección de arte de la familia a través de las distintas estancias. En la última sala hay un pequeño museo que cuenta la historia de Sopron. Me pareció especialmente interesante un episodio de la historia reciente: Y es que Sopron ha tenido en tres ocasiones durante el siglo XX una especial influencia -a veces real, a veces simbólica- en el futuro del país y de Europa:
1- Tras la I Guerra Mundial, la ruptura de la Monarquía Austro-Húngara y el reparto de sus territorios rompió la simbiosis de sus estados y provincias. Hungría tenía que renunciar a tres condados ocupados por los alemanes en la parte occidental del país. En Sopron y sus alrededores hubo protestas contrarias a la reorganización y transferencia de territorios en el verano de 1921 que contaban con el apoyo implícito del gobierno húngaro. Hubo negociaciones diplomáticas, teniendo finalmente lugar un referendum en Diciembre del mismo año en el que la mayor parte de la población optó por quedarse en Hungría. La Asamblea Nacional Húngara -a modo de agradecimiento- otorgó a la ciudad el titulo de Civitas Fidelissima.
2- En Octubre de 1956 la Revolución llegó a Sopron y el movimiento estudiantil fue de los primeros en tomar acción. Debido a la proximidad de la frontera, Sopron y sus alrededores se convirtieron en uno de los principales puntos de éxodo de húngaros que huían del régimen pasando al lado austríaco. Se restauraron las barreras y se detuvo el éxodo.
3-Pero a finales del siglo XX fue la proximidad del Telón de Acero la que hizo que Sopron mostrase de nuevo sus valores Europeos. La apertura de la frontera en Sopronpuszta en Agosto de 1989 (tres meses antes que la caída del Muro de Berlin) se convirtió en el episodio simbólico de de la desintegración del orden mundial bipolar y de la reunificación de Europa.
En fin: Que la Casa Storno tiene su punto de interés. Nos dirigimos entonces a la Casa Fabricius, que se encuentra justo al lado y que, a pesar de que el horario de la puerta dice que abre de Martes a Domingo, lo cierto es que el martes en que nos encontrábamos turisteando Sopron estaba cerrada. Así que decidimos visitar la Iglesia de la Cabra, que se encuentra enfrente, justo al otro lado de la misma plaza.
La Iglesia de la Cabra recibe este nombre a causa de una leyenda que dice que ésta iglesia fue construída gracias al tesoro descubierto al ser desenterrado por una cabra. Supuestamente hay en una columna una representación de un ángel abrazando una cabra, pero yo no conseguí verlo. Se trata fundamentalmente de una iglesia gótica con un interior de decoración barroca. No es muy grande. Al parecer la Sala Capitular adyacente es lo mejor de la iglesia pero no pudimos verla al estar cerrada.
Comenzamos a callejear por el centro histórico que tiene unas características que dejan constancia de la importante presencia de la población judía en la ciudad. Algunas casas piden una reforma. Vi muchas en un estado un poco dejado mostrando fotogénicos desconchados en sus paredes. Muchas de éstas tenían placas conmemorativas.
Mihaly Sopronyi-Thurner, alcalde de esta ciudad entre 1918 y 1941. Su figura fue clave en el referendum de 1921 para decidir si Sopron pertenecería a Austria o Hungría
El pianista y compositor húngaro Franz Liszt vivió en Sopron unos años
Pasamos por delante de la Sinagoga Vieja y, viendo que en la puerta decía que abrían de martes decidimos entrar a visitarla. Cuando llegamos al umbral de la puerta comprobamos que estaba cerrada.
- "Stupendo, proclamo" -dije al más puro "estilo Forges".
Era la segunda vez que nos ocurría lo mismo. Al pasar de nuevo por la Oficina de Turismo decidí entrar y preguntar a ver si había posibilidad alguna de verla. Y me dijeron que sólo podríamos verla viniendo mañana a Sopron, cosa que no era posible. La explicación que dieron es que ambas -Casa Fabricius y Sinagoga Vieja- estaban cerradas por "causas técnicas" (que es como no decir nada, pero bueno...).
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LA HISTORIA DE LIÁNA BOROS
La presencia judía también se observa en alguna de las placas que hay en las paredes del casco viejo de Sopron. Me llamó la atención la de una niña llamada Liána Boros (1933-1944). Cerca de ella hay un centro con una exposición sobre los vecinos de Sopron. Una vecina de la ciudad, llamada Gertrud Lederer cuenta la historia de su amistad con Liána pues ambas fueron compañeras de clase en el colegio judío de Sopron y amigas íntimas. Liána era austriaca pero su familia emigró a Sopron al considerar que era un emplazamiento más seguro para los judíos tras la ocupación de Austria por los alemanes tras los episodios de los linchamientos de la Noche de los Cristales Rotos. Sus padres abrieron en la ciudad un negocio de cestería. Ambas niñas jugaron, compartieron su infancia y estudiaron juntas su educación primaria obteniendo buenas notas. Las dos fueron miembros del "Somer" -un movimiento scout para judíos-.
A partir de 1938 las leyes anti judías se hicieron más estrictas haciendo de su entorno más y más hostil siendo los niños judíos víctimas frecuentes de bullying. Muchos padres decidieron por entonces no dejar a sus niños que saliesen solos a la calle, velando por su seguridad. En 1939, con el comienzo de la II Guerra Mundial, gran cantidad de judíos adultos fueron llevados a campos de trabajos forzosos. Muchos de ellos no regresaron.
En 1944, a la edad de 11 años, ambas niñas, al regresar de una excursión, vieron soldados alemanes por toda la ciudad. Las nuevas leyes cambiaron su modo de vida: Tras finalizar sus estudios elementales no se les permitió estudiar bachillerato si no que se tenían que examinar en una "escuela civil" para estudiantes a distancia desde casa. Ya no iban juntas a clase. Aún así ambas aprobaron el 1º curso de bachillerato pero no se les permitió continuar con sus estudios. En 1944 los judíos de Sopron fueron trasladados a distintos guetos. Ambas niñas se vieron por última vez en la plaza Páp del guetto de Sopron. En Julio 3000 judíos -muchos de ellos de Sopron- llegaron a Auschwitz Bikernau donde murieron apenas unas horas después en las cámaras de gas. Entre ellos Liana Boros de la mano de su madre. Gertrud fue rescatada en el último minuto y escondida. Fue la única niña judía de la escuela elemental de Sopron que se salvó del Holocausto. La placa de Liana Boros es un recuerdo a todos los niños judíos de Sopron y un símbolo de amistad.
LA HISTORIA DE LIÁNA BOROS
La presencia judía también se observa en alguna de las placas que hay en las paredes del casco viejo de Sopron. Me llamó la atención la de una niña llamada Liána Boros (1933-1944). Cerca de ella hay un centro con una exposición sobre los vecinos de Sopron. Una vecina de la ciudad, llamada Gertrud Lederer cuenta la historia de su amistad con Liána pues ambas fueron compañeras de clase en el colegio judío de Sopron y amigas íntimas. Liána era austriaca pero su familia emigró a Sopron al considerar que era un emplazamiento más seguro para los judíos tras la ocupación de Austria por los alemanes tras los episodios de los linchamientos de la Noche de los Cristales Rotos. Sus padres abrieron en la ciudad un negocio de cestería. Ambas niñas jugaron, compartieron su infancia y estudiaron juntas su educación primaria obteniendo buenas notas. Las dos fueron miembros del "Somer" -un movimiento scout para judíos-.
A partir de 1938 las leyes anti judías se hicieron más estrictas haciendo de su entorno más y más hostil siendo los niños judíos víctimas frecuentes de bullying. Muchos padres decidieron por entonces no dejar a sus niños que saliesen solos a la calle, velando por su seguridad. En 1939, con el comienzo de la II Guerra Mundial, gran cantidad de judíos adultos fueron llevados a campos de trabajos forzosos. Muchos de ellos no regresaron.
En 1944, a la edad de 11 años, ambas niñas, al regresar de una excursión, vieron soldados alemanes por toda la ciudad. Las nuevas leyes cambiaron su modo de vida: Tras finalizar sus estudios elementales no se les permitió estudiar bachillerato si no que se tenían que examinar en una "escuela civil" para estudiantes a distancia desde casa. Ya no iban juntas a clase. Aún así ambas aprobaron el 1º curso de bachillerato pero no se les permitió continuar con sus estudios. En 1944 los judíos de Sopron fueron trasladados a distintos guetos. Ambas niñas se vieron por última vez en la plaza Páp del guetto de Sopron. En Julio 3000 judíos -muchos de ellos de Sopron- llegaron a Auschwitz Bikernau donde murieron apenas unas horas después en las cámaras de gas. Entre ellos Liana Boros de la mano de su madre. Gertrud fue rescatada en el último minuto y escondida. Fue la única niña judía de la escuela elemental de Sopron que se salvó del Holocausto. La placa de Liana Boros es un recuerdo a todos los niños judíos de Sopron y un símbolo de amistad.
Karóly Pap, escritor húngaro judío (1897-1945). Luchó como voluntario en la I Guerra Mundial. Colaboró con los comunistas por lo que fue encarcelado durante un tiempo. Trabajó en una troupe de teatro callejero. Vivió en la pobreza. Escribió teatro y novela y ensayo siempre tocando el tema de los judíos y su asimilación. Estuvo en un campo de trabajo forzoso. Murió poco después de su liberación en 1945
Alajos Nemeth (1904-1993), administrativo, profesor e historiador local
Dimos un par de vueltas más por el casco antiguo, que es bastante pequeño. Vimos la iglesia de las Ursulinas, que no tiene nada especial, y decidimos que ya era hora de irnos al alojamiento que teníamos reservado, así que fuimos al parking a coger el coche y salimos hacia nuestro alojamiento situado a unos 3 kms a las afueras de la ciudad en un antiguo monasterio de monjes paulinos reconvertido en hotel ¡¡Y qué hotel!! Fue el chollo del viaje. Lo encontramos en Booking.com en donde había una oferta de habitaciones con baño a 45€ / noche. Las habitaciones son espaciosas y recientemente acondicionadas. Eran las antiguas celdas de los monjes. Es el sitio perfecto para aquellos que buscan tranquilidad. Un auténtico remanso de paz sobre una pequeña colina rodeada de bosques cerca de Sopron.
Una vez que hicimos el check-in y dejamos nuestros equipajes en nuestras habitaciones, dimos una vuelta alrededor del claustro. La verdad es que está todo muy reacondicionado, aunque aún se conservan algunos elementos originales. Nuestras habitaciones estaban en el primer piso del claustro. En el segundo se encuentra el refectorio de los monjes que es hoy el comedor del hotel. Consiste en una gran estancia barroca decorada con frescos de temas relacionados con la historia de la Orden Paulina. Fantástico. Nos gustó tanto que decidimos que, en vez de ir a Sopron a cenar, nos quedábamos ahí. Yo comí carne de cerdo mangalica (que es un tipo de cerdo de Hungría y Rumanía) con patatas y ensalada. Estuvo muy bien, aunque he comido mejores carnes. El cerdo mangalica no llegó a convencerme del todo. Eso sí: El servicio y el lugar: insuperables.
El precio de la cena no era desorbitado. Anduvo por los 17€ por persona, incluyendo vino y postre. Después subimos a la tercera planta donde hay varias estancias para organizar talleres, reuniones, para practicar el yoga o tai-chi, etc y también estaba lo que llamamos un "chill out": Unas salas inmensas con butacones, sofás y almohadones y un frigorífico con bebidas, que te sirves tú mismo anotando tu consumición en un formulario que ahí tienen. Nos tomamos unas cervecillas para terminar de solucionar entre risas y absurdos los problemas de algunas partes del mundo que aún nos quedaban pendientes. (¿No habíais notado una leve mejoría en el mundo recientemente? ¿Nooo?...¡Qué raro...!). Y después nos dirigimos a nuestros aposentos, que mañana será otro día.
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