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Otro día en Asturias con el cielo despejado. La verdad es que menuda suerte estamos teniendo con el tiempo. Hoy como actividad principal haríamos la ruta, Lagos de Saliencia aparte, que se suele hacer por la zona cuando estás un par de días: hacer el PR.AS -15.1 o como es más conocida Ruta del Valle del Lago al Lago del Valle. Y sí, te paras a pensarla primero antes de decirla o la dirás al revés.
Tras el desayuno de rigor cogemos el coche para ir al pueblo del Valle del Lago que está a poco más de 8 kms de empinada carretera. Situado a 1.200 metros de altitud, Valle del Lago es una localidad alargada dividida en cuatro barrios: Ribaluenga, La Caleya, La Quintana y L’Auteiro. Desde este último sale una pista que asciende paralela al río del Valle. El vehículo habrá que aparcarlo en un gran parquing que hay antes de llegar a L’ Auteiro, ya que aunque hay asfalto hasta el último barrio el tráfico de vehículos está prohibido quitando algunas excepciones. En ese parquing ya tenemos un panel informativo de la ruta.
Ruta que hicimos
Tras algo más de 500 metros de asfalto, este finaliza y se convierte en pista de tierra, en tramos cementado, sobre todo en aquellos más empinados. Estás caminando por el valle, sin apenas zonas de sombra. Las montañas que rodean al valle son bastante bonitas y abruptas. Los prados segados y las vacas son las protagonistas en la primera mitad del recorrido. Cuando llevas unos 3.25 kms se encuentra la bifurcación por si quieres ir por dos caminos diferentes a la ida y a la vuelta. A la derecha sombra y la pista es más camino, más salvaje, siendo a mitad una simple senda. El de la izquierda es la misma pista principal que llevas, pero donde el sol no te dará tregua. Ya que estamos subiendo y empezamos a notar el calor, decidimos ir ahora por la sombra y a la vuelta, que es cuesta abajo y por tanto menos exigente, iremos por la de sol.
El valle con sus prados, montañas y Sol enfrente. Bifurcación: izquierda, sol; derecha, sombra
Las ramas de los árboles se ciernen sobre nosotros y hacen bajar la temperatura ambiente. Además el comienzo en la bifurcación es plano y nos sirve para recuperar pulsaciones y temperatura corporal. Sin embargo sabemos que no todo es duradero y tras unos cientos de metros el camino vuelve a empinarse. Superamos sin mucho esfuerzo este tramo y además nos paramos un par de veces ya que vemos un par de babosas de algo más de 10 cms. De vez en cuando la pista se libera de árboles y nos ofrece unas bonitas vistas del valle. Ascendiendo y ascendiendo también dejamos atrás el bosque y ya por una simple senda nos vamos dirigiéndonos poco a poco a nuestro objetivo, el cual aparece por su zona menos atractiva, por el muro de contección
Ascendiendo por la zona boscosa. Vistas que nos ofrece. Cruzando pequeños aportes de agua. Por la senda llegando. Nuestro primer contacto con el Lago es el muro de contección.
Llegamos al Lago, donde más turistas están descansando y gozando del antiguo lago glaciar. Hay gente metiendo los pies y las ondas impiden el reflejo perfecto para la foto-espejo. Da igual, descansamos unos minutos y luego empezamos a bordearlo por el muro que embalsa las aguas para encontrar la pista principal que nos llevará de vuelta al Valle del Lago. Hay bastante más gente que ha llegado por la pista principal, se nota y sobre todo se nota que por aquí también están los caballos de las rutas guiadas.
Con ustedes el Lago del Valle
Comenzamos el camino de vuelta que empieza con un tramo con bastante desnivel. Uf, menos mal que hemos hecho el camino por donde lo hemos realizado, que sí, que es más largo, pero este último tramo con el sol y sin ver el Lago tiene que hacerse pesado. Nos paramos brevemente en una pequeña cascada que hay de las aguas que suelta el Lago y ya a buen ritmo y del tirón vamos hasta el aparcamiento, al cual llegamos 3h30' después de comenzar la excursión.
En cuanto a la ruta en sí, no entiendo la fama que tiene. Sí, el valle me parece bastante chulo, pero el caminar por una pista tan ancha y con la solana para llegar al Lago, que para mí es bastante menos atractivo que los de Saliencia, no sé si hace que esté sobrevalorada. Desde luego antes que esta ruta yo recomendaría otras que hicimos en días posteriores y que son también bastante fáciles.
Camino de vuelta
A Pola llegamos casi a las 15:30. Nos volvimos a sentar en nuestro restaurante favorito, el Meirel y pedimos una ensalada y un cachopo de ternera, cecina, cabrales y cebolla caramelizada que no estaba para chuparse los dedos, sino lo siguiente.
Tras la buena comida y el café de rigor pensamos qué hacer. De hecho no tenía planificada ninguna ruta para la tarde ya que tras los 13 kms de la mañana no sabía si nos apetecería. Al final nos decidimos y realizamos la ruta accesible del pueblo que comenzaba al lado de nuestro apartamento, enfrente de la iglesia del pueblo.
La ruta son algo más de 4 kms entre ida y vuelta prácticamente planos. Y qué curioso casi la disfrutamos más que la ruta de esta mañana. Por supuesto, las expectativas tienen mucho que ver. No esperabamos nada y es bastante bonita, con unas vistas finales de quitar el hipo. Además la senda cuenta con bancos para sentarte e incluso tomarte un picnic. Es accesible para minusválidos casi toda ella, quitando la parte final.
Senda accesible de Pola, una auténtica sorpresa
Llegamos sobre las 18:30 y tras echarnos unas cervecitas en una de las terrazas del pueblo nos fuimos para el apartamento para la ducha de rigor y cena y hasta la siguiente actividad de mañana.
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Contando con protección desde los años setenta, se ha librado de repoblaciones salvajes. Hay todavía en España bastantes espacios donde disfrutar de la variedad de los bosques autóctonos así que, esta vez uno y en otra ocasión será otro
