Dia 1 -Praga: Malá Strana y Ciudad Vieja ✏️ Diarios de Viajes de Europa EsteEl día empezó muy muy pronto. Llegamos a la puerta de embarque a las 4:45, una hora y cuarto antes del vuelo, y ya la cola era kilométrica, así que asumimos que nuestras maletas irían en bodega y nos sentamos hasta que llegó la hora. El despegue...Diario: Praga, Viena y Budapest en 1 semana: Diciembre de luces e historia⭐ Puntos: 5 (4 Votos) Etapas: 9 Localización: Europa EsteEl día empezó muy muy pronto. Llegamos a la puerta de embarque a las 4:45, una hora y cuarto antes del vuelo, y ya la cola era kilométrica, así que asumimos que nuestras maletas irían en bodega y nos sentamos hasta que llegó la hora. El despegue fue movido, pero resto del vuelo, fenomenal. Al llegar a Praga, recogimos las maletas, cambiamos 50€ en el mismo aeropuerto. El cambio estaba a 1€= 21.64K. Justo al salir al hall de llegadas, vimos la oficina de transporte y después de esperar una pequeña cola compramos el abono transporte para las próximas 24 horas en las que íbamos a visitar las zonas más alejadas del centro para aprovecharlo. El precio fue de 110K cada uno. Así, justo al salir de la terminar, cogimos el autobús 119 que nos dejaría al principio de la línea de metro. Desde allí, tardamos 10 minutos en llegar a la parada más cercana al hotel, Flora. El portero automático de nuestro edificio estaba conectado al móvil del casero, así que cuando llegamos nos dijo que estaba de camino y tuvimos que esperar un rato, pero la temperatura, era agradable. La zona nos pareció acomodada y tranquila y la habitación nos encantó… Además sólo teníamos que compartir el baño con otra habitación más que encima estaba vacía. Dejamos el equipaje y nos dirigimos en metro hacia la estación de Malostranská, la más cercana a la zona del Castillo de Praga. Allí, cogimos el histórico tranvía 22 hasta la misma puerta del recinto. Las primeras impresiones de la ciudad fueron buenísimas: El transporte funcionaba fenomenal y los edificios parecían todos sacados de un cuento. ¿La parte mala? Las colas. Simplemente para acceder a la zona del castillo, que es gratuita, tuvimos que esperar más de media hora para atravesar un control y arco de seguridad. En esa zona además daba la sombra y el frío era helador… Llevando vaqueros y mallas térmicas. Suerte que el abrigo y el gorro hicieron bien su función. El recinto está abierto hasta las 10 pero para entrar al interior de los edificios es necesario adquirir la entrada específica de los mismos o un circuito combinado en taquilla. Nosotros teníamos claro que queríamos hacer el Tour B, que incluía la Catedral de San Vito, la Capilla de San Jorge , el Antiguo Palacio Real y el Callejón del Oro y cuesta 250k/ persona (Intenté colar el Carnet Joven como estudiante pero no hubo suerte, piden el Internacional). Es posible acceder a los dos primeros sin pagar, pero no se podrá pasar de los últimos bancos. Bajo mi punto de vista, merece la pena pagar y poder pasearse por el interior… la Catedral de San Vito es una de la mejores que hemos visto jamás y resultó un gran anticipo de todas las que nos esperaban a lo largo del viaje. Después de otra larga cola, al menos rápida, accedimos y disfrutamos tranquilamente del interior. Hay varios monarcas enterrados en ella pero sin duda lo que más me impresionó es la tumba de San Juan Nepomuceno. De ahí pasamos a la Capilla de San Jorge, la parte más descafeinada de la visita bajo nuestro punto de vista… pero después de haber salido de ver la Catedral… cualquier cosa iba a quedar a la altura del betún. Visitamos también el antiguo Palacio Real. Las estancias eran diáfanas, pero nos gustó la parte superior, cuyas paredes estaban decoradas con una infinidad de escudos de armas. Para finalizar, pasamos por el Callejón del Oro, al que se accede pasando la entrada por unos tornos. Esta colorida calle es famosa por haber sido habitada por orfebres, y según la leyenda, hasta por alquimistas que intentaron transformar el hierro el oro e incluso la piedra filosofal. También es conocida por albergar una de las casas en las que residió Kakfa. El exterior nos gustó pero el hecho de que estuviera tan concurrida y fuera imposible sacar una foto decente, deslució un poco la visita. A cambio nos resarcimos visitando el interior de las casas, donde se exponían interesantes armaduras, armas y objetos de tortura. Terminamos la visita saliendo con una impresionante panorámica de la ciudad desde uno de los miradores del castillo, donde además dimos cuenta de un par de bocadillos de tortilla española que nos habíamos traído de casa para desayunar y que aún estaban intactos. En ese momento, comenzó a nevar y Praga continuó convirtiéndose en el escenario idílico. Bajamos andando para seguir conocienco el barrio de Malá Strana, pasando por las casas de los distintos gremios, a cada cual más bonita. En el camino, no paraba de repetir que Praga era, sin duda, la ciudad más elegante en la que había estado. No había un solo edificio que no me pareciera pintoresco. Llegamos así a la Iglesia de San Nicolás, por cuya entrada pagamos 70K cada uno. De nuevo, su interior nos dejó con la boca abierta. Al salir, fotografiamos la columna de la peste y fuimos andando a la Iglesia de la Victoria, hogar del famosísimo Niño Jesús de Praga. Cuenta la leyenda que a él deben acudir quienes estén buscando un embarazo y no lo encuentren. La estatua es muy pequeña y aunque no deje de ser un niño Jesús más, creo que merece la pena pasarse para conocerlo. Cuando terminanos la visita ya era noche cerrada y sólo pasaban unos minutos de las 4 de la tarde. Fuimos andando a la Isla de Kampa y allí visitamos la escultura de los bebés gigantes, el muro de John Lennon y el Molino del Gran Prior. La verdad es que comparándolo con el resto de la ciudad que llevábamos conocida, esta parte nos resultó algo sosa. Si para entonces aún había luz, teníamos pensado usar el abono transporte para subir en funicular al Monte Petrin y admirar las vistas de la ciudad, pero entre que ya era de noche, estaba cayendo agua nieve y ya habíamos tenido una buena panorámica desde el Castillo, abortamos misión. Cruzamos el abarrotadísimo Puente de Carlos, que a mi me maravilló cada vez que lo atravesé y llegamos a la Plaza Vieja. La primera impresión fue fabulosa: Las altas agujas de la catedral de Ntra. Sra. de Tyn, las fachadas iluminadas y el imponente árbol de navidad. De nuevo, metidos en un cuento. Aunque aún era pronto para los estándares españoles, decidimos ir a cenar para retirarnos pronto y descansar de aquel día tan largo. El sitio elegido fue el restaurante Mlejnice y no pudimos haber elegido mejor (aunque lo llevábamos estudiado de casa). Se trata de un sitio típico de ambiente medieval y platos tradicionales aptos para todo tipo de comensales. Viendo las raciones de las mesas vecinas sabíamos que íbamos a salir muy satisfechos al menos en cuanto a cantidad… así que nos decidimos por un típico goulash de ternera en una enorme hogaza de pan y una ración de patatas al horno con champiñones, brócoli y queso Edam. Además, regamos la cena con una cerveza Pilsner y una sidra de frutas. Fue una cena deliciosa y contudente que nos vino genial para entrar en calor. El precio fue de 466K (unos 18€ al cambio), así que genial. El postre lo teníamos claro: volvimos a la Plaza de la Ciudad Vieja y disfrutamos del delicioso dulce típico de la República Checa, el trdelník o pastel de chimenea, una pasa que se enrolla en un molde y se hace a fuego para después espolvoerearla con azúcar y canela. Nosotros pedimos uno relleno de chocolate (80K) y, aunque fue un poco incómodo de comer, acabamos relamiéndonos. Paseamos por los puestos del mercadillo navideño y pusimos hacernos nuestra foto con el precioso árbol de navidad. La verdad es que el ambiente era de ensueño y es un recuerdo muy bonito que me llevaré siempre. Antes de marcharnos, se nos antojó un chocolate caliente que compartimos y…. ha sido el mejor de mi vida.. ¡Qué sabor! ¡Qué cremosidad! Parecía chocolate con leche derretido… Por 60K, nos fuimos con un sabor de boca genial. A las 21:00 ya estábamos de nuevo en el hotel y tras una reparadora ducha caliente, descansamos de un día de lo más completo y satisfactorio. Gastos del día para 2 personas: - Abono transporte 24h: 220K - Entradas Castillo de Praga (Circuito B): 500K - Entradas a Iglesia de San Nicolás: 140K - Cena en Mjlejnice: 466K - Trdelnik y chocolate: 140K Total: 1016K (43€) Índice del Diario: Praga, Viena y Budapest en 1 semana: Diciembre de luces e historia
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