Y por último, en Seminyak, nos dieron una grata sorpresa en el hotel. Eran las dos últimas noches y elegimos el hotel Anantara como colofón (casi 300 euros) para terminar el viaje. Y no nos equivocamos. Te sentías un millonario delante de la playa de Seminyak, que es preciosa. No sólo nos subieron de categoría a una suite, sino que la última noche nos regalaron la penthouse, o el equivalente a suite nupcial, que consistía en todo el último piso (unos 280 metros de habitación; aunque en realidad, eran 3 habitaciones). Desde allí nos atrevimos a sacar el dron y conseguimos unas imágenes que os recomendamos ver en nuestro vídeo.
En ésta zona hay una ingente cantidad de restaurantes, tiendas y cafés. Es lo menos balinés que hay en la isla, pero a pesar de todo, hay algo que te recuerda que todavía estás en Bali. Hay clubs, como el Ku-de-ta, que son espectaculares para tomar un daikiri o lo que apetezca, hay tiendas muy variopintas, que incluye moda, esculturas, artesanía local de ratán, y por supuesto, cafés increíbles, como el "Revolver" café. Recomendaríamos llevarse café, cómo no, y más concretamente del tipo Sumatra Mandheling; ahí lo dejamos.
Aquí el vídeo del viaje completo con todo lo que comentamos.