Al final me he decidido a intentar hacer mi primer diario de viaje. Espero que no seáis demasiado críticos con él porque como ya os he comentado es el primero y estoy un poco verde en este tema.
El vuelo nos salió un poco carillo (casi 400 euros por persona), pero era la única opción de vuelo directo Madrid-Croacia. Volamos con Iberia dirección Zagreb.
Llegamos a Zagreb a eso de las 15.00 h.Como viajamos con nuestro hijo de 20 meses la amable policía croata nos dio paso preferente en el control, total, que nos ahorramos un ratito de cola. Nos fuimos directos a recoger el coche de alquiler que teníamos contratado con Six. Se portaron bien porque habíamos reservado un fiat punto, clio o similar y como nos vio con bastante equipaje más la silla del niño nos dio por el mismo precio un Fiat Bravo nuevecito y con un maletero bastante amplio. Le hicimos unas fotitos de rigor al coche porque tenía un par de arañazos, por aquello de evitar problemas al devolverlo, y cogimos rumbo al centro de la ciudad.
Las carreteras están muy bien indicadas y eso nos alegró porque íbamos a hacer unos cuantos kilómetros en los siguientes 11 días.
Localizamos nuestro hotel (Hotel Lisinski, 80 euros con desayuno), bastante aceptable. Hotel pequeño, habitaciones muy renovadas y baño muy nuevo (soy un poco maniática con esto de los baños). Nos fuimos andando hacia el centro, apenas tardamos 10-15 minutos en llegar a la plaza donde está la Estación Central.
La Oficina de Turismo de Zagreb nos había enviado por correo un planito y un folleto con dos rutas para recorrer el centro de la ciudad, y en cuanto empezamos a andar nos dimos cuenta de que el centro es pequeñísimo y se puede recorrer en una mañana o en una tarde como era nuestro caso.
Nos sorprendió lo vacío que estaba el centro a pesar de ser sábado por la tarde, apenas nos cruzábamos con unos pocos turistas que además eran españoles y que posiblemente habrían llegado en nuestro vuelo.
Recorrimos parte de la Herradura verde. Los jardines son muy bonitos y están muy cuidados y los edificios también estaban bien, pero vamos, tampoco impresionaban demasiado. Seguimos en dirección al barrio de Kaptol para ver la Catedral de Sveti Stjepan, la pena es que la están restaurando y la fachada se ve deslucida por los andamios. Aquí os dejo una foto de la plaza donde está la catedral.
Desde aquí recorrimos la bonita calle Radiceva, llena de casitas de colores y terracitas de bares en plan chill out; al final de la calle y después de subir unas cuantas escaleras llegamos al barrio de Gradec con el fin de visitar la iglesia de Sveti Marko y su curioso Tejado.
Seguimos callejeando por Gradec y nos dirigimos al funicular que comunica esta parte de la ciudad con la ciudad Baja (Donji Grad).
Bajamos en el funicular y nos dedicamos a buscar un sitio para tomar algo, cenar y al hotel a descansar que el día había sido largo.