Nada más levantarnos y desayunar fuimos hasta el puerto y compramos las entradas para el barco que te lleva hasta el Parque Natural de Krka. Las entradas se compran en el edificio de cristales que está junto al puerto, no tiene pérdida, es el edificio horroroso que rompe la estética del pueblo....jajaja.
Nos fuimos hacia la fila que esperaba para coger el barco, que de Skradin al parque salen a las horas en punto (para volver es a las medias). Es conveniente estar un rato antes porque había bastante gente y no se si alguno se quedó sin sitio en el barco. Aquí me sorprendió lo incívica que es la gente. Me refiero concretamente a los alemanes, para que luego digan de los españoles; os cuento lo que pasó. Estábamos debidamente colocados en la fila esperando y en cuanto la gente empezó a subir al barco pues la gente pierde un poco la compostura y empiezan a apegotonarse perdiendo lo que en origen era un perfecta fila. Pues bien, nosotros íbamos con el carrito del niño y unos alemanes que estaban como 5 o 6 personas detrás de nosotros no hacían más que intentar meterse delante nuestra aprovechando que con el carrito no teníamos tanta posibilidad de movimiento como ellos. Al final me mosqueé un poco (porque genio tengo bastante) y les dije que por favor volvieran a su sitio y que respetasen el turno. Como no me hacían caso (o no me entendían), al final haciendo como que era sin querer, giré el carro y le di con las ruedas en los pies......jajaja. Mi marido estaba muerto de la vergüenza.
Estas son unas fotitos desde el barco.
Bueno que me voy del tema, llegamos al parque. Los paisajes de Plitvice son únicos, pero el parque de Krka tampoco está nada mal, sólo por el baño junto a la cascada ya merece la pena visitarlo.
Plitvice y Krka no se deben comparar sencillamente porque son distintos. En Plitvice los paisajes son espectaculares y las aguas son de un azul turquesa que parece que le echan tintes para lograr ese azul tan intenso. En Krka el paisaje, aunque bonito, no es tan impactacte como en Plitvice, pero las cascadas para mi gusto son más impresionantes que las de Plitvice y por supuesto (lo vuelvo a repetir) ese baño que te das en la cascada es único.
Después del bañito comimos en los chiringuitos del parque. Están muy bien porque hay distintos puestos y una zona de merenderos a la sombra.
Por la tarde volvimos a darnos otro bañito al río y después dimos una vueltecita por el pequeño pueblo de Skradin y cenamos en el Dalmantino (también recomendado en el foro). Pedimos los famosos mejillones Arca de Noe y el camarero se presentó con dos variedades distintas para que eligiésemos cual queríamos que nos prepararan, nos decidimos por unos que son como berberechos gigantes, bueno, el sabor es distinto, pero la concha es parecida a la de los berberechos. Creo que se llamaban algo así como Romanice o Ragonice, nos los prepararon con una salsa de vino blanco que estaba para chuparse los dedos. De segundo pedí rissoto gamberi (o algo así) y estaba también delicioso.
Después de la cena nos fuimos a tomar una copita y nos llevamos dos sorpresas. La primera fue que mi marido pidió un whisky y una coca-cola porque como ya sabréis suelen ponertelo por separado, bueno, pues la camarera le preguntó si lo quería mezclado y cuando nos trajeron la cuenta nos dimos cuenta de que nos habían cobrado únicamente la mitad de la coca-cola, osea que son bastante honrados, si te ponen media coca-cola te cobran media. La otra sorpresa fue que yo me pedí una piña colada y me esperaba la típica copa grandota con el cocktail, bueno, pues nada que ver. Me trajeron una copita muy mona, pero muy pequeña con una cantidad ínfima de licor de piña colada. Fijaos bien en los centilitros cuando pedís la bebida, porque siempre viene indicado en la carta y así no os pasará como a mí, que después del minilicor me tuve que pedir una coca-cola para acompañar a mi churri mientras se tomaba el cubatilla.