Por este valle de origen glacial que transcurre a pie de las colinas de la montaña Ojstrica (2358 m) y V. Vrh (2110 m) y es espacio natural protegido desde 1987, hicimos una ruta a pie de menos de dos horas de duración, bastante sencilla. Los lugares más próximos en los que aparcar son la granja Govc-Vrsnik y un poco más cerca del inicio de la ruta justo en la granja Roban, una de las más antiguas de la zona (800 años). También vimos coches aparcados en el borde de la carretera. Nosotros lo dejamos en la Roban, porque creímos entender que en la Vrsnik era solo para clientes del hotel. Aquí pasamos por unos antiguos graneros, un huerto lleno de flores con unos panales al fondo y la actual granja Roban, bastante más moderna.
A nuestra espalda llevamos la montaña de Raduha y de frente nos guían los gigantes blancos, entre los que está el Ojstrica. Paseamos por la senda señalizada entre prados y árboles. A nuestra izquierda, el cauce de un río seco compuesto por pedruscos blancos; nos desvíamos hacia esta parte y tenemos una visión perfecta del conjunto de cimas de caliza. Asómate ahí para que veas las montañas de Kamnik y Savinja en todo su esplendor.
Volvemos a la senda principal y a medio camino encontramos a mano derecha un establo con caballos y una fuente de agua. Caminamos hasta el fondo del valle mientras se va despejando cada vez más la imagen de los Alpes ante nosotros. Al llegar al final hay un bar, con mesas fuera; especialmente nos llama la atención la que está debajo del árbol, donde con los clientes comparten espacio unos cerdos sueltos; aprovechamos para beber agua de la fuente (y jugar con ella, cómo no) y sentarnos en el bosque, escudriñando otros caminos que continúan hacia las montañas.
Seguiremos en la siguiente etapa por Logarska Dolina