El castillo lleva el nombre de la ciudad donde se encuentra, de origen medieval y atravesada por el río Smotrych. En 1352 fue anexada por el rey polaco Casimiro III, que se encargó de reconstruir y agrandar la fortaleza para proteger la ciudad de ataques de tártaros y mogoles. Eso hace que la ciudad, al igual que pasaba con Leópolis, tenga un cierto regusto polaco.
El castillo, medieval también, es una de las Siete Maravillas de Ucrania y monumento histórico-cultural. Se construyó en un alto risco sobre el río, sobre un enorme precipicio, lo que le da una defensa natural. Su única entrada era el puente de piedra que sirve de unión con la Ciudad vieja. De hecho una de las particularidades de Kamianets es precisamente el espectacular desfiladero que formó el río. El nombre del castillo proviene de la palabra “kamin”, que en eslavo significa piedra.

Parece que los orígenes del castillo se encuentran en el siglo XII o quizás XIII aunque lo que podemos ver ahora es la reforma de tiempos de Casimiro III de Polonia. De todos modos debemos tener en cuenta que desde el siglo XIV ha sufrido muchas remodelaciones.
Igual que ocurre con el castillo de Khotin, es más impresionante por fuera que por dentro. En el interior apenas vimos un museo histórico y algunos sistemas de defensa del Medievo. Vale mucho la pena ir al otro lado del puente al caer el día para ver la puesta de sol (y a veces globos aerostáticos sobrevolar el castillo).
Ya en la ciudad visitamos primero la Catedral de san Pedro y san Pablo, perteneciente a la iglesia católica, que podemos encontrar junto a la plaza principal (tenemos que atravesar una puertecilla). La iglesia se construyó en tiempos del obispo Jakuba Buczacki en el siglo XVI en estilo renacentista. Entre 1646 y 1648 se reconstruyó en estilo barroco. En 1672, en tiempos de la ocupación turca, se transformó en mezquita. Es por eso que vemos un minarete pegado a la iglesia.
Volvió a ser catedral católica en 1966. A mediados del siglo XVIII la catedral volvió a sufrir remodelaciones, esta vez para darle un toque barroco tardío. En 1922 los soviéticos la saquearon y en 1936 se cerró al culto (se transformó en museo del ateísmo). Estuvo abierta temporalmente entre 1941 y 1945 y se devolvió a la iglesia en 1990.

En la plaza principal encontramos el ayuntamiento, con una altísima torre. Se construyó en el siglo XVIII y se ha sido reconstruido varias veces desde entonces. Al lado está la Iglesia armenia y enfrente una estatua al turista que, con las manos en jarras, mira lo que le rodea, seguramente buscando la foto ideal. En esa zona encontramos bastantes restaurantes y algún hotel.
Un poco más allá está (en obras) el Monasterio dominico de San Nicolás, barroco. A la iglesia armenia parece que pertenecen unas ruinas que podemos ver más abajo. Se trata de una torre y un enorme patio donde se ven restos. A este patio se accedería por unos escalones y una puerta de hierro forjado entre pequeñas columnas.
Otra iglesia, de fachada color crema y seguramente del siglo XVIII, barroca, es la Catedral Trinitaria de san Josafat.
Para ir a la estación de autobuses, algo alejada del centro, debemos cruzar un puente sobre el enorme y espectacular desfiladero y pasar junto al Parque de la ciudad.