Nos recogieron pronto de la empresa Adventure Boogies. Fuimos en un camioncillo hasta el punto de salida.
Cogimos nuestro boogie y condujimos por carretera, en fila uno detrás del otro.
Hasta llegar a Macao Beach, una playa muy bonita.
Después nos enseñaron como hacen los puros y nos dieron a probar chocolate y café.
Luego fuimos a una cueva donde caía una cascadita y podías bañarte.
Fuera habían puestos. En uno de ellos compramos unas figuras de loros para mí hija.
Tras esto volvimos al complejo.
Está actividad es entretenida. No es algo imprescindible, pero para hacer algo diferente a lo habitual y no estar toda la semana en el complejo sin hacer nada, está bien. La conducción de los Boogies es divertida. Es imprescindible llevar gafas, con el polvo que se levanta es casi imposible ver. El pañuelo para la boca que te venden no es obligatorio, molesta más los ojos que la boca. En todo caso si ya se lleva de casa gafas y pañuelo eso que te ahorras. La cueva con la cascada estaría bien si no estuviese tan masificada.
Llegamos al hotel, ducha, cena, paseo y a dormir.
|