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Balaguer es una interesante ciudad, capital de la comarca de la Noguera.
Puede ser que hubiera un asentamiento íbero y se han encontrado restos de la época romana. Parte de las fortificaciones son de los siglos III y IV. Sin embargo la primera mención que se conoce de la ciudad data del siglo IX. Seguramente había una fortaleza.
En tiempos de los Banū Qasī, Lope Ibn Ahmad, señor de Lleida, construyó la Suda en el 862.
Arnau Mir de Tost intentó conquistarla sin éxito y finalmente cayó con Giraldo II de Cabrera. Pasó a manos del condado de Urgell en 1105. El conde estableció su residencia allí, siendo vasallo del conde de Barcelona y de Alfonso I de Aragón.
Posteriormente el conde de Urgell cedió al vizconde de Àger una cuarta parte de la ciudad. En 1111 la ciudad y las tierras de Balaguer pasaron a la diócesis de Urgell. En los años posteriores hubo intentos de repoblar la zona y se concedieron ciertos privilegios.
Durante el conflicto entre la nobleza y el rey Jaime I de Aragón, la ciudad fue una importante plaza de los rebeldes, hasta ser asediada y tomada el año 1280. Armengol X de Urgell se hizo vasallo del rey para tratar de retener el condado, aunque finalmente, sus tierras acabaron siendo heredadas por Alfonso IV de Aragón. Las tierras pasaron de nuevo a manos de los condes de Urgell hasta que finalmente el condado pasó definitivamente a la monarquía en manos de Fernando de Antequera en 1413. El rey Fernando I dejó la ciudad en testamento al rey Juan II de Aragón y Navarra, quien tomó posesión de ella en 1418. Durante la Guerra de los Remensas el rey Juan II estableció su base de operaciones en Balaguer en 1462 hasta la caída de Lleida en 1464. Tras la muerte de éste, la ciudad pasó a su hijo Fernando II de Aragón, para quedarse definitivamente incorporada a la corona.
Sufrió la peste y fue tomada durante dos años por los franceses en la Guerra dels Segadors.
Se puso de parte del archiduque Carlos en la Guerra de Sucesión, lo que provocó que luego Felipe V la castigara con dureza.
Se produjo una importante batalla en mayo de 1938.
Llegamos a la ciudad en autobús. La parada está al otro lado del río. Es una estación muy sencilla, con un pequeño bar. A determinadas horas está cerrada y solo tienes la opción de ir a un wc portátil.
Para visitar los monumentos importantes pasamos por el puente. Apenas tenemos que caminar para llegar a la Plaça Mercadal. Muy cerca, en el Museo de la Noguera (que no visitamos), está la Oficina de turismo.
La Plaça Mercadal es la plaza porticada más grande de Cataluña, con 7.000 m2. Es una plaza porticada muy bonita. Las casas, aunque no son iguales, no desentonan lo más mínimo. Todos los sábados se celebra el mercado semanal.
En la plaza está el Ayuntamiento. Es un edificio de nueva construcción que rompe un poco con la estética de la plaza. En el vestíbulo de entrada hay un gran mural de los condes de Urgell más representativos que vivieron en la ciudad. Es obra del pintor Jaume Minguell y Miret.
El centro histórico es uno de los pocos núcleos urbanos de formación árabe conservados. Tiene sus orígenes en la primitiva ciudad islámica que creció alrededor de la Suda (Castillo Hermoso) y de la mezquita de Avimoni (en la plaza San Salvador).
El 1105 los condes de Urgell conquistan la ciudad y el antiguo barrio se mantiene casi intacto.
En el siglo XIV hay grandes cambios en el centro de Balaguer con la expulsión de los judíos, la configuración de la plaza Mercadal y la ampliación de las murallas. Se construyeron iglesias y conventos.
En nuestro paseo podemos descubrir bonitos rincones como la Plaza del Pozo o la Plaza de San Salvador. También se ha conservado el antiguo lavadero público, "la Reguereta". A la Plaça del Pou se llega desde el carrer Major. Es una pequeña plaza toda porticada donde antiguamente se encontraba el pozo que servía para abastecer de agua a los habitantes.
También muchas calles están porticadas, dando un regusto medieval. Una de las más bonitas es el carrer del Pont. También está portucado el carrer d'Avall, por donde pasaba la antigua acequia islámica que transportaba el agua hacia la huerta.
Más allá de la Plaça del Pou está la Plaça de san Salvador. Allí aún se conservan los restos de la antigua iglesia de San Salvador, antes mezquita de Avimoni. En lo alto de plaza, al lado de la calle Torrent, se puede ver una imagen del santo.
Si algo destaca en la ciudad es su lienzo de murallas. Desde la plaza Mercadal se puede acceder a ellas por el portal del Hielo.
Una de las imágenes más famosas de la ciudad es la que da la Iglesia de Santa María, situada dominando la villa. Se empezó a construir en 1351 en estilo gótico. Destacan los contrafuertes y el campanario octogonal.
El Santuario del Santo Cristo, nuestra siguiente parada, se construyó sobre la antigua iglesia de Almatà, primitivamente mezquita mayor de los sarracenos, que fue destruida en los enfrentamientos con los cristianos. En 1105, cuando definitivamente fue conquistada la ciudad, fue reedificada y se convirtió en la iglesia de Santa María de Almatà, parroquial hasta el año 1.351. Ese año se convirtió en iglesia conventual de las Clarisas.
En 1610 se emprendió una reestructuración bastante impirtante. De la antigua iglesia quedan unos restos de una antigua puerta con rosetón por un lado. Ambos están tapiados y muy degradados pero recomuendo acercarse a verlos por su antigüedad y por el gran contraste con el edificio actual.
El 22 de marzo de 1.626 se trasladó la imagen del Santo Cristo de la capilla donde estaba al nuevo altar mayor. Fue un acto muy solemne con la presencia de Felipe IV, el Conde Duque de Oluvares y muchas personalidades. Desde ese momento la iglesia dejó de llamarse de Santa María de Almatà para conocerse como Iglesia del Santo Cristo.
En 1787 había fantos devotos que se tuvo que hacer una reforma para ampliarla.
El año 1912 se empezó a construir la fachada actual. Las obras se prolongaron hasta 1930. El retablo y el altar mayor son de los años 50. La verdad es que el santuario es imponente pero desentona un poco en ese entorno.
Dice la tradición que esa imagen del Cristo fue la primera que se hizo en el mundo. El autor era Nicodemo y tomó como modelo la imagen de Cristo crucificado que había visto con sus propios ojos. Se dice también que había sabido hacer el cuerpo pero no la cara y que ésta es obra de los ángeles. La imagen estuvo muchos años en Jerusalén. Cuando la ciudad cayó, se llevó a Beirut. Los musulmanes la encontraron y la tiraron al río. Fue flotando hasta el Mediterráneo y luego por ríos hasta acabar en el Segre, frente al convento de las monjas en Balaguer.
Pronto empezó a tener mucha devoción porque corrió la voz que curaba enfermedades.
Esa imagen original ya no se puede ver. La quemaron en la Guerra civil. La actual es una copia del siglo XX que solo conserva un pie quemado de la antigua.
Lo encontramos cerrado así que no puedo ofreceros más datos.
Al oeste del Santuario está el Pla d'Almatà, un importante yacimiento arqueológico. Allí fue donde se establecieron los árabes. El Casell Formós se empezó a levantar el año 897-898. Tenía una importante situación estratégica.
Durante el siglo XI el Castillo pasará a convertirse en una residencia señorial.
Con la conquista de Balaguer (1105) por las tropas de Ermengol VI, el Castillo pasó a ser residencia temporal de los sucesivos Condes de Urgell hasta el año 1314, momento en que Alfonso de Aragón convierte Balaguer en capital del condado y el castillo en su permanente.
Con el Compromiso de Caspe desapareció el castillo. Fue asediado en 1413 por Fernado I de Antequera. Fue restaurado después.
Volvemos a cruzar el río para ir a ver el Claustro de Sant Domènec. El convento de Santo Domingo (Sant Domènec) fue fundado en la ciudad de Balaguer en 1323, con licencia del papa Juan XXII solicitada por el rey Jaime II de Aragón, para la orden dominicana. La iglesia es de una sola nave de estilo gótico catalán. El claustro es del siglo XV
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