Un poco más adelante, llegamos hasta la Ermita de Santa Justa en Ubiarco,uno de esos lugares de Cantabria que no deja indiferente a nadie, sobre todo por el lugar donde se ubica. Llegar hasta esta ermita es sencillo y bien señalizado.
Encima de la ermita se encuentra La Torre de San Telmo. Situada en los acantilados que separan la playa de El Sable en la ensenada de Santa Justa. Se trata de una antigua atalaya medieval que sirvió de observatorio y punto de referencia para los navíos, así como de bastión y defensa contra las invasiones.Se encuentra en ruinas y sólo se mantienen en pie parte de dos paredes del edificio originario.
Dicen que la ermita fue habitada entre los siglos VIII y X por un anacoreta (Religioso que vive solo en lugar apartado, dedicado por entero a la contemplación, la oración y la penitencia) emigrado probablemente desde Sevilla, donde se encontraban los restos de Santa Rufina y Santa Justa, tras la invasión musulmana.
El acceso a la ermita es por un camino empedrado, si hay mucho oleaje hay que tener mucho cuidado ya que las olas salpican bastante y el agua sube y es resbaladizo con riesgo a caídas.
Llegó a ser tal la relevancia de esta ermita, que en el año 1578, había ordenanzas que multaban con 100 maravedíes a los que no acudiesen a la romería de Santa Justa que se celebra el día 19 de julio
Junto a la ermita hay una fuente de agua natural.
El entorno de la ermita es una preciosidad y se encuentra empotrada en la roca.
Cerca de la ermita se encuentran estas preciosas vacas que no dejan de mirarnos atentas a nuestros movimientos.
Antes de irnos le hacemos una foto más a la ermita ya con el mar picado, es digna de una postal