La ruta es muy sencilla, el sendero discurre al lado de una pequeña acequia o arroyo que recoge el salto de agua. Mientras lo recorremos, pasaremos por huertos con árboles frutales y un pequeño bosque de castaños. Muy pronto veremos una impresionante pared rocosa que ocupará casi todo el horizonte, allí es donde se precipita la gran cascada o las Chorreras de Despeñalagua. El camino no está muy bien señalizado pero no tiene pérdida, al llegar a la base de la cascada nos sorprenderá el salto que realiza, con sus 120 metros en diferentes caídas. La cascada suele llevar agua durante todo el año pero la mejor época para visitarla es en primavera, cuando lleva un mayor caudal. Es posible que si vamos en invierno encontremos las aguas heladas.
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