Para esta etapa teníamos previsto la visita a la isla de Heimaey.
Para llegar esta isla hay que coger un ferry en el pueblo de Landeyjahofn.
Ese día hacía muchísimo viento y en consecuencia, mala mar.
Por tanto, decidimos no hacer la excursión por miedo a que la nena se mareara en el ferry.
Así que tuvimos que reprogramar la ruta prevista inicialmente.
En primer lugar, fuimos a la catarata de Gluglafoss a una hora en coche desde Vik.
No es la catarata más espectacular que vimos, pero era muy bonita.

Glugafoss es una cascada a tres alturas en la que ves caer el agua a diferentes intensidades.
El parking estaba casi a los pies de la catarata.
Par verla más de cerca, se puede subir por un sendero.
Nosotros solo subimos un trocito, la parte más fácil.

Tas hacernos un montón de fotos, volvimos al coche y nos fuimos rumbo a los baños termales Fontana en el pueblo de Laugarvatn, a una hora y 20 minutos desde Gluglafoss.
Antes de llegar a Fontana era casi hora de comer.
Aunque en esta etapa solo habíamos hecho una visita, ya llevábamos dos horas y media en el coche.
Así que paramos en un restaurante, de estilo balneario o retiro espiritual.
Se llamaba “Heradsskolinn historic Guesthouse”. Tenía habitaciones y también zona de bar.
Estaba decorado con mucho gusto.
Comimos los platos del día y a precios aceptables.
Ya con el estómago lleno nos fuimos a los baños termales de Fontana.
Muy recomendables y poco turísticos.

Fontana es un precioso balneario con piscinas a varias temperaturas y tres saunas.
Hay una zona de piscina infantil en la que la nena se lo pasó en grande.
Para los más valientes se puede nadar en el las frías aguas del lago.
También tiene cafetería donde se puede comer, o tomar algo.
Tras el relajante baño termal, la nena tenía mucho sueño.
Así que lo que hicimos fue secar y ducharla a ella y salir a la cafetería.
Nosotros hicimos relevos para seguir disfrutando de las comodidades del spa, aunque de forma individual.
Estuvimos casi toda la tarde allí.

Tras el relajante baño, fuimos a visitar el cráter Kerid a unos 20 minutos en coche desde Fontana.
El cráter Kerid está ubicado en una región volcánica denominada Tjarnarholar.
Se formó hace unos 6500 años por lo que es uno de los más jóvenes de Islandia.
Se paga entrada, aunque su precio es mínimo.

A la llegada, nos llamó mucho la atención su perfecta forma oval y sus colores rojizos.
En el fondo del volcán hay un lago, al que se puede bajar por un sendero.
Nosotros rodeamos el cráter por los senderos indicados e incluso bajamos un trocito hacía abajo hasta que nos cansamos.
Después dimos la vuelta y de subida hicimos muchas fotos para el recuerdo.
Desde Kerid, nos fuimos a Selfoss, a 20 minutos en coche donde pasaríamos las siguientes dos noches.
De camino a Selfoss, encontramos una granja de caballos islandeses.
Los caballos islandeses son una raza de tamaño más pequeño que el habitual.
Paramos el coche allí y estuvimos acariciándoles y dándoles de comer hierba.
Eran muy cariñosos y bonitos.
La nena estaba encantada.

En Selfoss teníamos reservado un apartamento que se llamaba “Au44 hostel”.
Os lo recomiendo.
Era un apartamento con varias habitaciones muy limpias y aseadas.
También tenía cocina muy equipada.
Lo único que no nos gustó es que solo tenía un baño para todas las habitaciones.
Pero por el resto, genial.
Muy bien localizado con un supermercado abajo, farmacia y una gasolinera cerca.
Tras hacer la cena en el hostel.
Concluimos la etapa.