El sol se oculta pasadas las 10 de la noche, en cuanto empieza a decrecer la luz cogemos el coche y rápidamente nos volvemos a presentar en el puerto de Auray, con el único objetivo de ver su estampa nocturna iluminada. La mayoría de las terrazas están ya casi vacías con algunos clientes terminando de cenar, salvo la más cercana al puente, llena de gente… de copas.



