Bueno, nuestro planteamiento de vacaciones es de descansar y hacer alguna salida al norte (Loro Parque) y ver algo de los alrededores, aunque tampoco es que yo tenga claro qué alrededores (y menos después de leerme entero el hilo “qué ver en Tenerife”)
Pero bueno, para empezar, y como ya es un poco tarde, nos vamos a dar un paseo por La Caleta, un pueblo de pescadores que hay al lado de la Playa del Duque.
El sitio es pequeño, en su día debió ser pueblo de pescadores, pero ahora hay un hotel y bastantes construcciones nuevas. Damos una vuelta, hacemos fotos, cómo no, y nos vamos a tomar algo en una terracita al lado del mar. Me encanta sentarme al lado del mar, y si es con una cañita y unas bravas, mucho mejor (y con buena compañía, claro). La temperatura es ideal, y ha escampado un poco (todos los días está nublado).
Estamos en un bar restaurante, tipo manteles de hule a cuadros, y vemos que tienen una nevera con pescado. Vienen los clientes que comen (a esas horas, todos extranjeros, claro) y escogen directamente el pescado que quieren de la nevera. Luego vimos que esto era lo habitual en el resto de restaurantes.
Ya nos vamos, la peque se ha dormido después de atiborrarse de “etas”, y comeremos en el hotel. Vamos a ir a dar una vuelta por el pequeño paseo, al lado del mar, aunque tenemos que ir por la calle de atrás, que sinó hay unas cuantas escaleras. Mi marido comenta que es curioso que estemos en un sitio que se llame La Caleta (calita en catalán), haya un restaurante que se llama Masia del Mar, y hasta las tapas de alcantarillado estén hechas en Igualada ...
Bordeamos el mar por el paseo, nos paramos a escuchar el sonido que hacen los callaos al ser arrastrados por las olas, nos parece curioso. Vamos hasta la punta donde está el restaurante Celso, que estaba cerrado (aunque las mesas de la terraza están apliadas en la puerta, no parece un cierre definitivo), y continuamos hasta el final.
Tenemos una pequeña pelea con la cámara de fotos ... y gana ella , así que adiós a todas las fotos que habíamos hecho. Me sabe mal por las de la peque llena de arena negra (que estuvo dos días sacando mocos negros), pero aunque no tenga las fotos tengo el recuerdo en la memoria (al menos todavía), así que bueno, pues no pasa nada, hago tres o cuatro deprisa y corriendo y comentamos que como estamos cerca igual volvemos otro ratito a tomarnos algo al lado del mar y a hacer más fotos.
*** Imagen borrada de Tinypic ***
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Se nos ha hecho un poco tarde, pero bueno, estamos de vacaciones, la peque duerme, la mayor está feliz. Así que nos vamos al Mercadona, compramos algo para la comida y tiramos para el hotel.
Por cierto que no vemos en toda la zona una sóla plaza reservada a minusválidos (y para qué me habré traído yo la targeta de aparcamiento??? )
Después de la minisiesta vacacional pensamos en qué haremos por la tarde. Relativamente cerca tenemos El Médano, aunque como he leído que hacen windsurf, umm, no sé, entre el viento y no saber cómo andamos de accesibilidad … podemos pasar cuando volvamos del Loro parque. Y para el otro lado tenemos la zona de los Gigantes, y decidimos ir allí. Si mi marido comentase que quiere seguir hasta Masca yo le pongo la excusa de las niñas, los mareos, que hoy es lunes ... pero es que la que lo pasa fatal de los fatales en las curvas soy yo, y encima en un monovolumen … ufff, si yo creo que ni en un Ferrari se me pasa mí el miedo a las curvas.
Así que cogemos los bártulos habituales de las salidas en familia (galletas, palitos, agua, ropa de recambio, pañales, incluso el adaptador del inodoro de la mayor ….), y para allá que nos vamos.
Por el camino vemos el hotel Abama, que será un súperlujo, pero a mí me parece una mole rosa feísima en medio del paisaje tan oscuro. Yo no es que sea una forofa de la sostenibilidad paisajísitca, pero no me gusta nada. Y en Adeje la montaña se va tiñendo de colorines con todas esas construcciones que se están haciendo, cada vez más arriba, y que por cierto, muchas de ellas, están ahora a medio acabar, y supongo que se quedarán así una temporada. Pero luego todos queremos ir al sitio más chuli, más grande, más cerca de la playa, pero que el paisaje esté immaculado y estemos nosotros solitos. Y claro, va a ser que todo no puede ser.
En fin, que me voy por las ramas.
Cuando llegamos a Puerto de Santiago, vemos un mirador, pero hay muchos coches y seguimos para abajo, hasta el puerto. La vista desde aquí no es nada del otro mundo, y nos volvemos para el mirador. Como había un bar o cafetería o merendero decidimos que nos tomamos un café allí.
Cuando llegamos al mirador resulta que el bar está cerrado, mi gozo en un pozo , y eso que en la puerta hay un letrerito “abierto de lunes a domingo, de 9 a 19”, pues no sé qué día debe ser hoy????
*** Imagen borrada de Tinypic ***
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Me subí a un torreón a hacer fotos y se me coló esta farola ....
*** Imagen borrada de Tinypic ***
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Así que echamos mano de las galletas y los palitos y el agua y nos quedamos allí un rato... No es el lugar más maravilloso del mundo, pero yo estoy allí súperagusto sentada en un banco con mi marido y las crías, comiendo palitos y viendo a los turistas (cómo si yo no lo fuera...) que llegan, hacen la foto de rigor y se van …
Y hablando de irse, eso toca que hagamos nosotros. Que estas peques llevan todo el día en la silla y tienen que estirar las piernas. Al final resulta que no nos hemos traído ni toallas, así que no vamos a la playa y nos volvemos al hotel, aunque sea un ratito al tobogán.
Paramos a echar gasolina y le hice una foto al Roque del Conde, que aquí abajo se ve desde todas partes (el Teide no lo vimos ningún día, escondidos siempre entre las nubes...)
*** Imagen borrada de Tinypic ***
Hoy después de cenar nos quedamos en unos sofás en la terraza del hotel a tomar un café (muy cafetera no soy, pero ya me estaba entrando el mono de un café como Dios manda ). Se me hace extraño, no somos mucho de salidas nocturnas, y menos con las peques, pero las vacaciones también son eso...
Pero bueno, para empezar, y como ya es un poco tarde, nos vamos a dar un paseo por La Caleta, un pueblo de pescadores que hay al lado de la Playa del Duque.
El sitio es pequeño, en su día debió ser pueblo de pescadores, pero ahora hay un hotel y bastantes construcciones nuevas. Damos una vuelta, hacemos fotos, cómo no, y nos vamos a tomar algo en una terracita al lado del mar. Me encanta sentarme al lado del mar, y si es con una cañita y unas bravas, mucho mejor (y con buena compañía, claro). La temperatura es ideal, y ha escampado un poco (todos los días está nublado).
Estamos en un bar restaurante, tipo manteles de hule a cuadros, y vemos que tienen una nevera con pescado. Vienen los clientes que comen (a esas horas, todos extranjeros, claro) y escogen directamente el pescado que quieren de la nevera. Luego vimos que esto era lo habitual en el resto de restaurantes.
Ya nos vamos, la peque se ha dormido después de atiborrarse de “etas”, y comeremos en el hotel. Vamos a ir a dar una vuelta por el pequeño paseo, al lado del mar, aunque tenemos que ir por la calle de atrás, que sinó hay unas cuantas escaleras. Mi marido comenta que es curioso que estemos en un sitio que se llame La Caleta (calita en catalán), haya un restaurante que se llama Masia del Mar, y hasta las tapas de alcantarillado estén hechas en Igualada ...
Bordeamos el mar por el paseo, nos paramos a escuchar el sonido que hacen los callaos al ser arrastrados por las olas, nos parece curioso. Vamos hasta la punta donde está el restaurante Celso, que estaba cerrado (aunque las mesas de la terraza están apliadas en la puerta, no parece un cierre definitivo), y continuamos hasta el final.
Tenemos una pequeña pelea con la cámara de fotos ... y gana ella , así que adiós a todas las fotos que habíamos hecho. Me sabe mal por las de la peque llena de arena negra (que estuvo dos días sacando mocos negros), pero aunque no tenga las fotos tengo el recuerdo en la memoria (al menos todavía), así que bueno, pues no pasa nada, hago tres o cuatro deprisa y corriendo y comentamos que como estamos cerca igual volvemos otro ratito a tomarnos algo al lado del mar y a hacer más fotos.
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Se nos ha hecho un poco tarde, pero bueno, estamos de vacaciones, la peque duerme, la mayor está feliz. Así que nos vamos al Mercadona, compramos algo para la comida y tiramos para el hotel.
Por cierto que no vemos en toda la zona una sóla plaza reservada a minusválidos (y para qué me habré traído yo la targeta de aparcamiento??? )
Después de la minisiesta vacacional pensamos en qué haremos por la tarde. Relativamente cerca tenemos El Médano, aunque como he leído que hacen windsurf, umm, no sé, entre el viento y no saber cómo andamos de accesibilidad … podemos pasar cuando volvamos del Loro parque. Y para el otro lado tenemos la zona de los Gigantes, y decidimos ir allí. Si mi marido comentase que quiere seguir hasta Masca yo le pongo la excusa de las niñas, los mareos, que hoy es lunes ... pero es que la que lo pasa fatal de los fatales en las curvas soy yo, y encima en un monovolumen … ufff, si yo creo que ni en un Ferrari se me pasa mí el miedo a las curvas.
Así que cogemos los bártulos habituales de las salidas en familia (galletas, palitos, agua, ropa de recambio, pañales, incluso el adaptador del inodoro de la mayor ….), y para allá que nos vamos.
Por el camino vemos el hotel Abama, que será un súperlujo, pero a mí me parece una mole rosa feísima en medio del paisaje tan oscuro. Yo no es que sea una forofa de la sostenibilidad paisajísitca, pero no me gusta nada. Y en Adeje la montaña se va tiñendo de colorines con todas esas construcciones que se están haciendo, cada vez más arriba, y que por cierto, muchas de ellas, están ahora a medio acabar, y supongo que se quedarán así una temporada. Pero luego todos queremos ir al sitio más chuli, más grande, más cerca de la playa, pero que el paisaje esté immaculado y estemos nosotros solitos. Y claro, va a ser que todo no puede ser.
En fin, que me voy por las ramas.
Cuando llegamos a Puerto de Santiago, vemos un mirador, pero hay muchos coches y seguimos para abajo, hasta el puerto. La vista desde aquí no es nada del otro mundo, y nos volvemos para el mirador. Como había un bar o cafetería o merendero decidimos que nos tomamos un café allí.
Cuando llegamos al mirador resulta que el bar está cerrado, mi gozo en un pozo , y eso que en la puerta hay un letrerito “abierto de lunes a domingo, de 9 a 19”, pues no sé qué día debe ser hoy????
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Me subí a un torreón a hacer fotos y se me coló esta farola ....
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Así que echamos mano de las galletas y los palitos y el agua y nos quedamos allí un rato... No es el lugar más maravilloso del mundo, pero yo estoy allí súperagusto sentada en un banco con mi marido y las crías, comiendo palitos y viendo a los turistas (cómo si yo no lo fuera...) que llegan, hacen la foto de rigor y se van …
Y hablando de irse, eso toca que hagamos nosotros. Que estas peques llevan todo el día en la silla y tienen que estirar las piernas. Al final resulta que no nos hemos traído ni toallas, así que no vamos a la playa y nos volvemos al hotel, aunque sea un ratito al tobogán.
Paramos a echar gasolina y le hice una foto al Roque del Conde, que aquí abajo se ve desde todas partes (el Teide no lo vimos ningún día, escondidos siempre entre las nubes...)
*** Imagen borrada de Tinypic ***
Hoy después de cenar nos quedamos en unos sofás en la terraza del hotel a tomar un café (muy cafetera no soy, pero ya me estaba entrando el mono de un café como Dios manda ). Se me hace extraño, no somos mucho de salidas nocturnas, y menos con las peques, pero las vacaciones también son eso...