Después de la paliza de coche de ayer, dudamos si ir también al norte hoy. Pero sólo reservamos 3 días de coche... Así que pensamos ir a la playa, al norte. Sí, ya, ya sabemos que la playa de las Teresitas es artificial, pero eso no quita para que la considere, como al resto de playas de la isla, diferente a lo que estoy acostumbrada (básicamente por las palmeras, que me parece bastante curioso). Además, hay un mirador, y yo soy muy forofa de los miradores.
Así que después de los mil preparativos matutinos enfilamos de nuevo para el norte. Menos mal que hoy no conexionamos con nada (aunque ya que nos lo habíamos aprendido...)
Salimos de Costa Adeje con un día despejado y un sol espléndido, es el primer día que no está nublado, pero hace un calor... Sin embargo, conforme vamos subiendo la temperatura va bajando, y se va nublando. Cuando por fin llegamos está bastante nublado.
Hay bastante sitio para aparcar. Vemos también un montón de aparcamientos para minusválidos (o discapacitados o personas con movilidad reducida, o, como les da por llamar a algunos, con diversidad funcional o no estándar, en definitiva, personas que no pueden andar igual que la mayoría). Incluso está indicado el número de plazas a que afecta la señalización.
Mi marido aparca debajo de una palmera, y me dice: “Mejor aquí, a la sombrita”. Sombrita???? pero si está todo nubladoooo.
En algún hilo del foro se comentan sitios que no nos han gustado. Unos dicen que influyen las circunstancias de la visita, las expectativas, el estado de ánimo... otros dicen que hay que ser objetivos y si un sitio es bonito, es bonito y punto.
Pues bien, yo soy de las primeras. De entrada el sitio me ha parecido un poco viejo, o quizá descuidado. Cuando por fin llegamos a la arena (por su correspondiente rampa con pasarela, eso sí), el mar refleja el gris de las nubes, y la arena se ve opaca, sin brillo. Así es que mi primera impresión no es muy buena... pero tampoco es mala. Me gusta el tema de las palmeras y el resto de árboles, que no sé que son, y el pueblecito de colores colgado en la montaña. Y me dedico, como siempre, a mi sesión de fotos.
Pero aunque esté nublado, la temperatura, como el resto de días que llevamos allí, es ideal. La peque peque se ha dormido, la peque grande se sienta a jugar con la arena al lado de su papi, y yo puedo, por fin, tumbarme 5 minutos y cerrar los ojos. Se está en la gloria divina.
Y lo mejor de todo, es que no sé cómo, de repente el cielo se abre y sale el sol, y la arena empieza a brillar y el mar empieza a verse azul y yo me voy a hacer más fotos (no sé qué pretendo, si no tengo ni idea, y siempre las hago en “automático”). Y menos mal que tenemos el coche a la sombra .
Estas no sé si son de la primera o de la segunda tanda.
*** Imagen borrada de Tinypic ***
*** Imagen borrada de Tinypic ***
*** Imagen borrada de Tinypic ***
Cuando vuelvo la peque ya se ha despertado, y nos quedamos ahí los cuatro disfrutando del día.
Desde la arena veo la carretera que lleva al mirador. No me gusta nada. Pero no creo que sean más de dos quilómetros. Tampoco va a ser tan grave, pienso, y seguro que la vista es preciosa.
Nos hemos encantado un poco, y me despisto con los pipis. Vamos allí al baño, pero está muy sucio, y no voy a meter allí a la cría. Ya es la una, habría que hacer un pensamiento. El proceso de quitar la arena a las peques es largo y tedioso y lo conseguimos a medias. Queremos ir a comer ya, y encontrar un lavabo limpio. Allí no nos quedaremos (no hubiera estado mal dar una vuelta por el pueblo, pero esas subidas parecen peores que las de Costa Adeje, no hace falta ser masoca). Así que enfilamos para Santa Cruz... y ni nos acordamos del mirador.
Comemos en una terraza y luego damos un paseo por allí (cuesta arriba, cómo no!). Estamos en una zona muy comercial, aparte del clima, creo que podría ser cualquier otra ciudad. Las mismas tiendas (H&M, Mango, Zara, C&A, Bershka....) y un montón de ópticas. Pero a esa hora casi todas están cerradas. Damos un paseo también por los alrededores, a eso de la cuatro y media la calle empieza a cobrar vida, pero nosotros estamos muertos de tanto andar, y nos vamos para el coche (que por cierto hemos conseguido aparcar “gracias” a nuestra peque grande).
Desde el coche le hago una foto al auditorio de Calatrava.
*** Imagen borrada de Tinypic ***
De camino para el Sur paramos en Candelaria, y aprovecharemos para que las enanas merienden. Seguimos las indicaciones (menos mal!!) y llegamos a un aparcamiento. Una hora: gratis, dos horas: 0,80 €, tres horas: no me acuerdo, cuatro horas: sanción . Tenemos que esperar para entrar, porque no nos hemos fijado y está completo. Pero enseguida sale un coche y se abre la barrera, y ya sea por no buscar qué sitio ha dejado libre como para que lo aproveche otro, volvemos a aparcar en zona *** Imagen borrada de Tinypic ***.
Hay una calle peatonal con diversas tiendas de recuerdos y llegamos a la plaza de la basílica. Allí nos sentamos a tomar un café en una terraza, y damos de merendar a las peques.
Como siempre, hago algunas fotos, a la basílica y a los menceyes (que por cierto, faltaba uno) y damos una vuelta por allí. De vuelta para el coche paramos en una tienda y compro una virgencita para mi madre. Cuando nos dijeron que la peque grande tenía una lesión cerebral, mi madre le puso una vela a San Antonio. Luego, casi cada vez que ella o alguien de su entorno va a a un sitio donde hay un santo o una virgen, le trae una imagen. Yo creo que mi madre ya no se atreve a apagar la vela.
*** Imagen borrada de Tinypic ***
*** Imagen borrada de Tinypic ***
De camino al hotel paramos en las Américas, a un cajero de nuestra entidad para ver nuestros números. No me parece un sitio lleno de guiris borrachos … y además me parece plano!!! Pero es tarde, y nos vamos ya.
No encontramos aparcamiento. Al final dejamos el coche en una zona de carga y descarga cercana, pero bastante grande. Pero luego nos acordamos que la normativa que nosotros conocemos que permite aparcar en carga y descarga es catalana, y como no sabemos si en toda España es así, lo quitamos al día siguiente prontito, y por suerte aparcamos mucho más cerca.
Así que después de los mil preparativos matutinos enfilamos de nuevo para el norte. Menos mal que hoy no conexionamos con nada (aunque ya que nos lo habíamos aprendido...)
Salimos de Costa Adeje con un día despejado y un sol espléndido, es el primer día que no está nublado, pero hace un calor... Sin embargo, conforme vamos subiendo la temperatura va bajando, y se va nublando. Cuando por fin llegamos está bastante nublado.
Hay bastante sitio para aparcar. Vemos también un montón de aparcamientos para minusválidos (o discapacitados o personas con movilidad reducida, o, como les da por llamar a algunos, con diversidad funcional o no estándar, en definitiva, personas que no pueden andar igual que la mayoría). Incluso está indicado el número de plazas a que afecta la señalización.
Mi marido aparca debajo de una palmera, y me dice: “Mejor aquí, a la sombrita”. Sombrita???? pero si está todo nubladoooo.
En algún hilo del foro se comentan sitios que no nos han gustado. Unos dicen que influyen las circunstancias de la visita, las expectativas, el estado de ánimo... otros dicen que hay que ser objetivos y si un sitio es bonito, es bonito y punto.
Pues bien, yo soy de las primeras. De entrada el sitio me ha parecido un poco viejo, o quizá descuidado. Cuando por fin llegamos a la arena (por su correspondiente rampa con pasarela, eso sí), el mar refleja el gris de las nubes, y la arena se ve opaca, sin brillo. Así es que mi primera impresión no es muy buena... pero tampoco es mala. Me gusta el tema de las palmeras y el resto de árboles, que no sé que son, y el pueblecito de colores colgado en la montaña. Y me dedico, como siempre, a mi sesión de fotos.
Pero aunque esté nublado, la temperatura, como el resto de días que llevamos allí, es ideal. La peque peque se ha dormido, la peque grande se sienta a jugar con la arena al lado de su papi, y yo puedo, por fin, tumbarme 5 minutos y cerrar los ojos. Se está en la gloria divina.
Y lo mejor de todo, es que no sé cómo, de repente el cielo se abre y sale el sol, y la arena empieza a brillar y el mar empieza a verse azul y yo me voy a hacer más fotos (no sé qué pretendo, si no tengo ni idea, y siempre las hago en “automático”). Y menos mal que tenemos el coche a la sombra .
Estas no sé si son de la primera o de la segunda tanda.
*** Imagen borrada de Tinypic ***
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*** Imagen borrada de Tinypic ***
Cuando vuelvo la peque ya se ha despertado, y nos quedamos ahí los cuatro disfrutando del día.
Desde la arena veo la carretera que lleva al mirador. No me gusta nada. Pero no creo que sean más de dos quilómetros. Tampoco va a ser tan grave, pienso, y seguro que la vista es preciosa.
Nos hemos encantado un poco, y me despisto con los pipis. Vamos allí al baño, pero está muy sucio, y no voy a meter allí a la cría. Ya es la una, habría que hacer un pensamiento. El proceso de quitar la arena a las peques es largo y tedioso y lo conseguimos a medias. Queremos ir a comer ya, y encontrar un lavabo limpio. Allí no nos quedaremos (no hubiera estado mal dar una vuelta por el pueblo, pero esas subidas parecen peores que las de Costa Adeje, no hace falta ser masoca). Así que enfilamos para Santa Cruz... y ni nos acordamos del mirador.
Comemos en una terraza y luego damos un paseo por allí (cuesta arriba, cómo no!). Estamos en una zona muy comercial, aparte del clima, creo que podría ser cualquier otra ciudad. Las mismas tiendas (H&M, Mango, Zara, C&A, Bershka....) y un montón de ópticas. Pero a esa hora casi todas están cerradas. Damos un paseo también por los alrededores, a eso de la cuatro y media la calle empieza a cobrar vida, pero nosotros estamos muertos de tanto andar, y nos vamos para el coche (que por cierto hemos conseguido aparcar “gracias” a nuestra peque grande).
Desde el coche le hago una foto al auditorio de Calatrava.
*** Imagen borrada de Tinypic ***
De camino para el Sur paramos en Candelaria, y aprovecharemos para que las enanas merienden. Seguimos las indicaciones (menos mal!!) y llegamos a un aparcamiento. Una hora: gratis, dos horas: 0,80 €, tres horas: no me acuerdo, cuatro horas: sanción . Tenemos que esperar para entrar, porque no nos hemos fijado y está completo. Pero enseguida sale un coche y se abre la barrera, y ya sea por no buscar qué sitio ha dejado libre como para que lo aproveche otro, volvemos a aparcar en zona *** Imagen borrada de Tinypic ***.
Hay una calle peatonal con diversas tiendas de recuerdos y llegamos a la plaza de la basílica. Allí nos sentamos a tomar un café en una terraza, y damos de merendar a las peques.
Como siempre, hago algunas fotos, a la basílica y a los menceyes (que por cierto, faltaba uno) y damos una vuelta por allí. De vuelta para el coche paramos en una tienda y compro una virgencita para mi madre. Cuando nos dijeron que la peque grande tenía una lesión cerebral, mi madre le puso una vela a San Antonio. Luego, casi cada vez que ella o alguien de su entorno va a a un sitio donde hay un santo o una virgen, le trae una imagen. Yo creo que mi madre ya no se atreve a apagar la vela.
*** Imagen borrada de Tinypic ***
*** Imagen borrada de Tinypic ***
De camino al hotel paramos en las Américas, a un cajero de nuestra entidad para ver nuestros números. No me parece un sitio lleno de guiris borrachos … y además me parece plano!!! Pero es tarde, y nos vamos ya.
No encontramos aparcamiento. Al final dejamos el coche en una zona de carga y descarga cercana, pero bastante grande. Pero luego nos acordamos que la normativa que nosotros conocemos que permite aparcar en carga y descarga es catalana, y como no sabemos si en toda España es así, lo quitamos al día siguiente prontito, y por suerte aparcamos mucho más cerca.