Vaya noche que pasamos con las olas. Joder!! Se escucha una barbaridad!! Las paredes son de tablas, encima la habitación no es cerrada del todo, así que estás en la cama con la sensación de que el mar te va a engullir en cualquier momento. Yo no valdría para vivir en un sitio como ese, con lo ligero que tengo el sueño.
Un último paseo por el centro de Cartagena, algo de compras, un café en Juan Valdez, cenita y para el aeropuerto, que salimos de nuevo para Bogotá.
Es la razón por la que no fuimos a San Andrés, ya llevábamos cuatro vuelos internos y estábamos hartos, así que por eso dejamos solo un día para estar en un poquito de playa, aunque fuese la de Barú, que si vas en plan de varios días, no la recomiendo.
Una vez llegamos a Bogotá, ya ese aeropuerto es como de la familia, así que nos vamos para la segunda planta y pido un Cabify. Un trayecto de media hora, el tío lo hizo en diez minutos, y con una mano, el móvil, mandando audios y recibiendolos todo el tiempo. Jajaj, no dijimos ni mu, ya sabíamos que los de Bogotá, van de otra manera que el resto de colombianos jajaja.