24 Rovaniemi (día trineo de perros – Santa village)
A las 08:30 horas, tenía que estar en la agencia para la actividad de trineo de perros, así que camino de la plaza Lordi para desayunar, ya había a las 08:00 horas una temperatura de -21ºC (fue la más baja del viaje, pero frio no pasé). En la agencia, Giuseppe, me presentó a Miriam (nuestra guía), una chica Italiana, simpática que también dominaba español, y explicaría el tipo de actividad a realizar. Íbamos 2 furgonetas de la agencia y creo que unas 12 personas. La granja era “Raitola”, a unos 12 km de Rovaniemi y tras abandonar la carretera que atraviesa el círculo polar ártico y Santa Village, llegamos a sus instalaciones, que se divide en una primera zona de renos y otra de perros.
Nos encontramos en ese lugar más personas, puesto que había alguna otra empresa también para hacer esa actividad.
Allí, Miriam comentó que habrían aproximadamente unos 250 perros y sus cuidadores, comenzaron a preparar los trineos. Tras esto, el que sería el guía de la expedición (iría en moto de nieve en cabeza), distribuyó a la gente y trineos y sorpresa me llevé, que al estar sólo, me convertía en piloto oficial, sin posibilidad de cambio y me asignó el trineo número 1 (de los 12 que íbamos). Lo malo de esto, es que no pude tomar fotografías mientras tiraban los perros entre unos paisajes muy guapos. Al elegir la actividad de 10 km, lo normal es cambio de pilotaje a los 5 km de recorrido, pero en mi caso, no pudo ser y quedé sin foto de perros (como decía), atravesando el bosque.
Previamente, facilitó instrucciones básicas para gobernar trineo y perros y sobre todo atención al sistema de frenado y ahora lo entiendo, porque esos perros tenían mucha fuerza y que como te descuidases parecía como si fuesen a despegar. De hecho en una curva, el que escribe esto, casi volcó, porque los endiablados canes, tomaron el trazado de aquella manera y la situación resultó comprometida, pero conseguí retomar los mandos del susodicho trineo.
A los 5 km, el guía me dijo que parase y el resto de trineos hizo lo mismo. Aquí cambiaron los pilotos, pero yo, tenía que tener pisado el freno para evitar que salieran los perros como el “Speedy Gonzalez”.
Tras el recorrido, accedimos al interior de una de las casas que era un comedor, muy caldeado y con bebida caliente y galletas típicas y nos explicaron que la temperatura óptima de trabajo de estos perros es entre -20 y -25ºC, que son de raza llamada Husky de Alaska (mezcla) y que eran el mejor tipo de perros para el tiro de trineo.
La experiencia, muy positiva, disfruté mucho y es brutal la fuerza de los perros. La repetiré cuando pueda.
Tras regreso a Rovaniemi, a las 13:50 horas, subía al bus nº8 que me llevaba al Santa Village tras varias paradas previas (8.5 km / 25´). Esta es su atípica parada.
La espalda, empezaba a dar señales de molestia. Comencé a moverme por el Santa Village, visité varias estancias, hice la foto de rigor con el “Santa”, fotos en la línea divisoria del círculo polar ártico y galería comercial. Sinceramente, entre que había mucha gente y que las lumbares protestaban, no pasé mucho tiempo allí.
En lugar de subir al bus 8 que había utilizado a la ida, cambié al Santa bus, ya que salía antes y la única parada que tenía primero era el aeropuerto y posteriormente te dejaba en el lateral del centro comercial Raventoulli (lo más próximo al centro) ya en Rovaniemi.
A las 17:00 horas, en el apartamento y descansar un rato. Más tarde, fui a cenar a otro de los restaurantes recomendados y fue el Ravintola Roka Street Bistro ravintolaroka.fi/
Es un lugar muy pequeño y tuve suerte y me colocaron en una barra con vistas a la calle, compartiendo con otros comensales. La sopa de salmón buenísima y otra de sus especialidades era el reno. Lo probé, pero a mí, no me llamó mucho la atención.
Ya cuando me encontraba en el apartamento, recibí el mensaje “susto” de Finnair con la cancelación de mi vuelo del día siguiente y por suerte pude gestionar como decía más arriba, el nuevo vuelo, alojamiento y la pre-reserva de taxi.
25 Rovaniemi (día trineo de renos)
La actividad de hoy, era únicamente trineo de renos y en la agencia tenía que estar a las 12:30 horas, así que el desayuno fue más tarde y más relajado. Observé cuando me movía para la ribera del Kemijoki como habían dejado un gorro en una barandilla de un establecimiento y resulta que tienen como norma que si una persona pierde algo, lo suelen dejar donde aparece y así se pueda recuperar.
Un lugar que tiene mucha aceptación es un llamativo parque, el de los “angry birds”, con unos muñecos de grandes proporciones, un disfrute para los pequeños.
A la hora que me indicaron, me presenté en la agencia y en este caso Giuseppe, me presentó a otro compatriota suyo, Davide (también hablaba buen castellano, además que había estado por mi tierra). Esta vez, íbamos 3 personas, así que nos pusimos en ruta hacia la granja “Napapiirin Porofarmi”, a unos 9 km de Rovaniemi. Al llegar, había un par de autobuses y un grupo abandonando la granja.
Davide, me mostró una pequeña construcción lapona en madera que se llamaba “Nili” que parecía como una casa de reloj de cuco. Esto realmente era utilizado para almacenamiento de alimentos. De ahí posiblemente, el nombre del restaurante tan conocido en Rovaniemi de nombre “Nili”.
Bueno, pues una joven muy simpática nos llevó hasta el puesto de salida de renos y a diferencia del día anterior, aquí mi colega y yo, vamos sentados.
Con el reno que llevábamos detrás, mi criatura andaba mosqueado y decía que parecía una garrapata, porque nada más quería adosarse a nosotros y no le quitaba ojo (capaz era de desmenuzarle la cabeza).
La travesía fue muy bien, entre parajes de zona boscosa y espacio abierto, pero nada que ver con el tema perros, porque esto es más pausado y relajante.
Tras regreso, la chica de la granja nos informó sobre las características de los renos y en concreto sobre los albinos, que dicen que traen buena suerte. Tienen la particularidad por su genética y es que no oyen (son sordos).
Tomamos la típica infusión de frutos rojos y galletas en una cabaña bien aclimatada con fuego de leña, junto con varias pieles disecadas en las paredes de madera. Davide, comentó que eran precisamente el lobo, el lince y el oso glotón (las 3 pieles disecadas), los depredadores naturales del reno.
[i]Aproveché la tarde para ir por el paseo paralelo al rio congelado Kemijoki, hacia el Arktikum Arboretum. Este tramo (como el resto de la ciudad), tenía habilitados carriles para motos de nieve, gente andando, con esquís, etc. Esta zona, era la mejor dentro de Rovaniemi para ver la aurora boreal, por ser la que tendría menor contaminación lumínica.
Tocaba la última salida para cenar y guardar el equipo y preparar maleta.
26 Rovaniemi – Helsinki- Alicante
A la hora prevista de la mañana, tenía en la puerta de los apartamentos el taxi de Menevä conforme la pre-reserva y en cuestión de 10 minutos, llegada al aeropuerto. En esos momentos había una temperatura exterior de -18ºC.
En las pistas, trabajando las máquinas y el avión que nos llevaba hacia Helsinki era otro Airbus A320 (no un regional como a la ida) y llegada en hora a Helsinki, nevando.
Casualmente, los compañeros de asiento de Rovaniemi a Vantaa, fue una pareja española (Canaria), que mantuvimos una agradable conversación recordando también viaje de Islandia.
Tenía 8 horas por delante antes del vuelo a Alicante.
Era la primera vez que utilizaba una sala privada en un aeropuerto, concretamente a Finnair Lounge y aunque sólo era un acceso por 3 horas, mereció la pena. Accedí sobre las 13:00 horas y no había mucha gente, al extremo de poder utilizar un sillón de relax con masaje. A partir de las 14:30 horas, de la calma se pasó al ajetreo y todo se llenó. La comida, la verdad todo vegetal (había escuchado comentarios respecto a eso que no había variedad), tomé lo justito, pero la tranquilidad inicial, fue lo mejor.
Avanzando el tiempo, aparecía la puerta de embarque y todo iba en sintonía. Suena el móvil (la aplicación de Finnair, que por cierto va bastante bien) y me puse a temblar, pero sólo me indicaba que cambiaba la puerta de embarque, íbamos bien (pensaba el subconsciente). Transcurrió otro momento y otro susto, la aplicación otra vez. Que el vuelo se retrasaba un mínimo de 1 hora, ufff.
Estaba viendo en las pantallas, que algún vuelo hacía Alemania estaba cancelado y comencé a controlar los vuelos que se aproximaban al aeropuerto a través de esta web:
www.flightradar24.com/59.8,23.82/7
Al final, aterrizó uno procedente de Alemania y la verdad lo prepararon rápido y en cuestión de 1 hora estaba listo y regresando a casa.
Ahora entiendo ese retraso e intuyo que fue porque, en toda Alemania al día siguiente (27-03-23), hubo huelga general del transporte, paralizando los vuelos.
Espero que haya resultado interesante este relato y fotografías.
Un saludo y hasta otro momento
A las 08:30 horas, tenía que estar en la agencia para la actividad de trineo de perros, así que camino de la plaza Lordi para desayunar, ya había a las 08:00 horas una temperatura de -21ºC (fue la más baja del viaje, pero frio no pasé). En la agencia, Giuseppe, me presentó a Miriam (nuestra guía), una chica Italiana, simpática que también dominaba español, y explicaría el tipo de actividad a realizar. Íbamos 2 furgonetas de la agencia y creo que unas 12 personas. La granja era “Raitola”, a unos 12 km de Rovaniemi y tras abandonar la carretera que atraviesa el círculo polar ártico y Santa Village, llegamos a sus instalaciones, que se divide en una primera zona de renos y otra de perros.

Nos encontramos en ese lugar más personas, puesto que había alguna otra empresa también para hacer esa actividad.
Allí, Miriam comentó que habrían aproximadamente unos 250 perros y sus cuidadores, comenzaron a preparar los trineos. Tras esto, el que sería el guía de la expedición (iría en moto de nieve en cabeza), distribuyó a la gente y trineos y sorpresa me llevé, que al estar sólo, me convertía en piloto oficial, sin posibilidad de cambio y me asignó el trineo número 1 (de los 12 que íbamos). Lo malo de esto, es que no pude tomar fotografías mientras tiraban los perros entre unos paisajes muy guapos. Al elegir la actividad de 10 km, lo normal es cambio de pilotaje a los 5 km de recorrido, pero en mi caso, no pudo ser y quedé sin foto de perros (como decía), atravesando el bosque.





Previamente, facilitó instrucciones básicas para gobernar trineo y perros y sobre todo atención al sistema de frenado y ahora lo entiendo, porque esos perros tenían mucha fuerza y que como te descuidases parecía como si fuesen a despegar. De hecho en una curva, el que escribe esto, casi volcó, porque los endiablados canes, tomaron el trazado de aquella manera y la situación resultó comprometida, pero conseguí retomar los mandos del susodicho trineo.
A los 5 km, el guía me dijo que parase y el resto de trineos hizo lo mismo. Aquí cambiaron los pilotos, pero yo, tenía que tener pisado el freno para evitar que salieran los perros como el “Speedy Gonzalez”.

La experiencia, muy positiva, disfruté mucho y es brutal la fuerza de los perros. La repetiré cuando pueda.

Tras regreso a Rovaniemi, a las 13:50 horas, subía al bus nº8 que me llevaba al Santa Village tras varias paradas previas (8.5 km / 25´). Esta es su atípica parada.

La espalda, empezaba a dar señales de molestia. Comencé a moverme por el Santa Village, visité varias estancias, hice la foto de rigor con el “Santa”, fotos en la línea divisoria del círculo polar ártico y galería comercial. Sinceramente, entre que había mucha gente y que las lumbares protestaban, no pasé mucho tiempo allí.






En lugar de subir al bus 8 que había utilizado a la ida, cambié al Santa bus, ya que salía antes y la única parada que tenía primero era el aeropuerto y posteriormente te dejaba en el lateral del centro comercial Raventoulli (lo más próximo al centro) ya en Rovaniemi.
A las 17:00 horas, en el apartamento y descansar un rato. Más tarde, fui a cenar a otro de los restaurantes recomendados y fue el Ravintola Roka Street Bistro ravintolaroka.fi/
Es un lugar muy pequeño y tuve suerte y me colocaron en una barra con vistas a la calle, compartiendo con otros comensales. La sopa de salmón buenísima y otra de sus especialidades era el reno. Lo probé, pero a mí, no me llamó mucho la atención.

25 Rovaniemi (día trineo de renos)
La actividad de hoy, era únicamente trineo de renos y en la agencia tenía que estar a las 12:30 horas, así que el desayuno fue más tarde y más relajado. Observé cuando me movía para la ribera del Kemijoki como habían dejado un gorro en una barandilla de un establecimiento y resulta que tienen como norma que si una persona pierde algo, lo suelen dejar donde aparece y así se pueda recuperar.


Un lugar que tiene mucha aceptación es un llamativo parque, el de los “angry birds”, con unos muñecos de grandes proporciones, un disfrute para los pequeños.


A la hora que me indicaron, me presenté en la agencia y en este caso Giuseppe, me presentó a otro compatriota suyo, Davide (también hablaba buen castellano, además que había estado por mi tierra). Esta vez, íbamos 3 personas, así que nos pusimos en ruta hacia la granja “Napapiirin Porofarmi”, a unos 9 km de Rovaniemi. Al llegar, había un par de autobuses y un grupo abandonando la granja.
Davide, me mostró una pequeña construcción lapona en madera que se llamaba “Nili” que parecía como una casa de reloj de cuco. Esto realmente era utilizado para almacenamiento de alimentos. De ahí posiblemente, el nombre del restaurante tan conocido en Rovaniemi de nombre “Nili”.


Bueno, pues una joven muy simpática nos llevó hasta el puesto de salida de renos y a diferencia del día anterior, aquí mi colega y yo, vamos sentados.










[i]Aproveché la tarde para ir por el paseo paralelo al rio congelado Kemijoki, hacia el Arktikum Arboretum. Este tramo (como el resto de la ciudad), tenía habilitados carriles para motos de nieve, gente andando, con esquís, etc. Esta zona, era la mejor dentro de Rovaniemi para ver la aurora boreal, por ser la que tendría menor contaminación lumínica.
Tocaba la última salida para cenar y guardar el equipo y preparar maleta.






26 Rovaniemi – Helsinki- Alicante
A la hora prevista de la mañana, tenía en la puerta de los apartamentos el taxi de Menevä conforme la pre-reserva y en cuestión de 10 minutos, llegada al aeropuerto. En esos momentos había una temperatura exterior de -18ºC.
En las pistas, trabajando las máquinas y el avión que nos llevaba hacia Helsinki era otro Airbus A320 (no un regional como a la ida) y llegada en hora a Helsinki, nevando.



Casualmente, los compañeros de asiento de Rovaniemi a Vantaa, fue una pareja española (Canaria), que mantuvimos una agradable conversación recordando también viaje de Islandia.
Tenía 8 horas por delante antes del vuelo a Alicante.
Era la primera vez que utilizaba una sala privada en un aeropuerto, concretamente a Finnair Lounge y aunque sólo era un acceso por 3 horas, mereció la pena. Accedí sobre las 13:00 horas y no había mucha gente, al extremo de poder utilizar un sillón de relax con masaje. A partir de las 14:30 horas, de la calma se pasó al ajetreo y todo se llenó. La comida, la verdad todo vegetal (había escuchado comentarios respecto a eso que no había variedad), tomé lo justito, pero la tranquilidad inicial, fue lo mejor.


Avanzando el tiempo, aparecía la puerta de embarque y todo iba en sintonía. Suena el móvil (la aplicación de Finnair, que por cierto va bastante bien) y me puse a temblar, pero sólo me indicaba que cambiaba la puerta de embarque, íbamos bien (pensaba el subconsciente). Transcurrió otro momento y otro susto, la aplicación otra vez. Que el vuelo se retrasaba un mínimo de 1 hora, ufff.
Estaba viendo en las pantallas, que algún vuelo hacía Alemania estaba cancelado y comencé a controlar los vuelos que se aproximaban al aeropuerto a través de esta web:
www.flightradar24.com/59.8,23.82/7
Al final, aterrizó uno procedente de Alemania y la verdad lo prepararon rápido y en cuestión de 1 hora estaba listo y regresando a casa.
Ahora entiendo ese retraso e intuyo que fue porque, en toda Alemania al día siguiente (27-03-23), hubo huelga general del transporte, paralizando los vuelos.
Espero que haya resultado interesante este relato y fotografías.
Un saludo y hasta otro momento
