Se dice popularmente que celebrar el cumpleaños antes de tiempo da mala suerte, pero como en casa no somos supersticiosos, mi marido me quiso adelantar mi regalo un par de meses, así que me ha llevado cuatro días a Alsacia para descubrir esta preciosa región.

El viaje ha consistido en el vuelo de ida de Barcelona a Basilea el jueves por la mañana, y el de regreso desde Estrasburgo, el lunes por la mañana, así hemos podido disfrutar prácticamente 4 días enteros.
Es tiempo suficiente para descubrir esta región, ya que los pueblecitos, a pesar de ser todos ellos encantadores, son muy pequeños y bastante parecidos entre ellos.

Nos hemos desplazado todo el rato en tren, excepto la excursión del viernes que es en minivan.
En Estrasburgo no hemos necesitado usar en ningún momento el transporte público. Las distancias son suficientemente cortas como para poder ir caminando a todas partes.
Para los viajes en tren es muy práctica la aplicación móvil que permite consultar los horarios y comprar los billetes.
Seguramente sería posible quedarse a dormir todas las noches en el mismo pueblo porque todos los trayectos pueden hacerse de ida y vuelta el mismo día, pero en nuestro caso nos ha gustado mucho repartirlo.
En nuestro caso hemos estado la primera noche en Colmar, la segunda en Sélestat y las dos últimas en Estrasburgo.
En todos los pueblos y ciudades donde hemos estado hemos encontrado baños públicos gratuitos (están preparados para tener mucho turismo) pero una escasez extrema de fuentes de agua potable, sobre todo coincidiendo con estos días de ola de calor (la máxima ha alcanzado tranquilamente los 35 grados).
