Por un día, voy a empezar más relajado. De nuevo, dormí mal y eso que la habitación al menos es de doce personas y solo estamos 4. Por eso ningún problema pero la cama ..menos mal que ya me voy del 1 Piece.





Casi cinco horas de travesía y eso que en el mapa, la isla de Camiguín, se veía al lado. Llegamos ya de noche, y control de equipajes al bajar. Al estilo colombiano, con el perro pasando por todas las maletas y mochilas alineadas. Yo pensaba buscaban droga, pero luego me enteré buscaban sobre todo cerdo, que no puedes pasar bajo ningún concepto.

Cuando ya nos dejan ir, nada más salir me entra el Rocky, menudo personaje. Le digo que no quiero tuk tuk, que si tiene una moto, me dice que si y empezamos el regateo. Al final, 800 pesos por tres días. Cuando la veo, hasta se me hace caro. La más vieja que he alquilado en todo el viaje, pero cansado, de noche y sin más alternativas, agarro el casco y me voy.
Llego al Borbons Threehouse. Para ser mi última isla en Filipinas, cogí algo más cómodo. Baño privado, cama gigante, cabaña super cuca, hasta agua caliente tenía!! Y cuando veo las motos que alquilaba el tío....se me caía la babita de la envidia, nuevecitas, igualitas que las vespas italianas, una pasada.
Había quedado para cenar con la pareja de españoles que conocí en Panglao, pues era su última noche en Camiguín. Me ducho, pillo la moto del Rocky y eso que no se desbloquea. Después de un buen rato, intentándolo yo y el chico filipino que hacía de todo en el Guesthouse, le mando un WhatsApp al Rocky, contándome el tema y que me tenia que traer otra moto ya mismo, que me tenía que ir.
A la media hora llega, me dice que para que la bloqueo, le digo que para que no me roben su moto y le digo que venga, que lo llevo a su casa y me quedo con la moto que trae él, al día siguiente,que vaya a arreglar la otra . Dicho y hecho, el tío vivía a tomar por c....encima nos llueve. Llegamos a su casa, allí están unos colegas suyos que hacen que me tome un ron con ellos. Tampoco me viene mal, pues la lluvia aprieta. Ya les digo que me tengo que ir, tiene que ser muy tarde, miro el móvil un mensaje de mis amigos, que se iban ya a su hotel, era tarde y llovía mucho.
Llego como puedo a una carendaria, la verdad que un sitio muy apañao. Ceno abundantemente y debajo de la lluvia, llego al Borbons, estoy muerto y al día siguiente he quedado para ir de excursión.