Antes de continuar, pedir disculpas por los posibles errores al escribir el diario. Yo lo hago siempre desde el móvil que es donde tengo las fotos. A veces el corrector, escribe lo que quiere y yo no repaso lo que escribo. Tampoco pongo las fotos en HD o cosas de esas. Cuando escribo, lo hago de una forma como si lo estuviese viviendo de nuevo. Solo con mis recuerdos, no tengo chuletas. Escribo los diarios solo por dos razones. La primera y más importante, dar información a los siguientes viajeros, como yo obtuve información de otros que escribieron antes que yo. La segunda, volver a vivir lo que ya viví in situ . Como siempre digo, los viajes se hacen tres veces, cuando se preparan, cuando se viven y cuando se recuerdan.
A mis 51 años, ya estoy de vuelta de todo. No me importan las estrellitas, aunque cualquiera que dedique su tiempo a escribir un diario para ayudar desinteresadamente a otros, tiene 6 estrellas. Por no votarme, no me vota ni mi pareja. Lo que si me importa, es las visitas que tenga, eso me reconforta ya que siento que estoy ayudando a bastante gente en su posible futuro viaje. Y por supuesto, los comentarios.
Bueno, vamos al lío que como buen español, en breve toca una siestecita.
He dormido del tirón y como de costumbre, soy el primero en despertar. Rutina diaria, ducha, desayuno, café y salgo zumbando. Es domingo, y hoy toca una nueva aventura, ir a Macao, la ciudad del juego.
Me voy en metro hasta la estación de Sheung Wan, ya en la isla de HK, que es donde salen los ferrys hasta Macao. Allí seguís las indicaciones del ferry que está por todos lados y buscáis la empresa Turbojet. Los fines de semana los tickets son un poco más caros, 190 dolares honkonenses, unos 24 euros. La frecuencia de salidas es cada hora o incluso menos y en una hora estás en Macao. No olvidéis llevar el pasaporte.
Macao se compone de dos grandes islas unidas por carretera. Puedes llegar en ferry a cualquiera de las dos y luego ir de una a otra en bus. Yo elegí ir solo a la que tiene más tema cultureta, ya que la otra es más de solo casinos, y lo mío no es el juego.
En una hora estoy en la terminal Outer Macau, que es la isla donde está la catedral y más lugares emblemáticos. Decid que Macau, fue colonia portuguesa y los carteles de todo, está en mandarín y en portugués, también en inglés, claro.
La moneda de allí es la pataca, no conseguí ninguna. Puedes pagar en dólares honkonenses o tarjeta. Tampoco pillé datos, así que pasé de bus y me fui caminando hasta la catedral desde el puerto, que tiene una buena tirada pero muy llevadera, ya que vas viendo la ciudad y te vas haciendo una idea de lo que se cuece allí. Decir que los edificios me impresionaron mucho menos que en HK. También me pareció que el tono de la piel de la gente, era un poco más oscuro, quizás por su descendencia portuguesa .
Cuando llego a la catedral, eso era una feria. Muchísima gente oriental viendo ese legado católico. Realmente es una fachada impresionante, solo quedó en pie la fachada y unas cuantas salas aparte, con objetos y cuadros conservados de la época.
No había turistas occidentales, así que me sentía el único que estaba en su ambiente, mientras los orientales flipaban sacando fotos a todo como yo hacía cuando visitaba sus templos.

Desde allí me fui paseando hasta el centro histórico, en medio de una inmensa multitud de gente, es lo que tiene visitar esas cosas en domingo. La plaza del Senado y sus callejuelas adyacentes, es como andar por Oporto. Allí, en un mercado callejero de una de las calles, compré unas sudaderas polares que tenían en oferta por 5 euros, ya que todas eran XXL, que me vendrían de pm, en mi inminente regreso a Madrid en pleno Febrero.
Comí también por allí en el primer sitio que vi atestado de locales, muy bueno por cierto y económico y continúe para bingo, nunca mejor dicho porque mi siguiente para era el casino Grand Lisboa.
La verdad, que aunque no te guste el juego, imprescindible ir a ese o cualquiera de los muchos casinos que plagan Macao. Yo solo fuí a ese, pero era una verdadera pasada de lujo por todos lados. Yo pensaba que no me iban a dejar pasar, se notaba a leguas que no era el prototipo de gente que va allí. Pero ni un problema. Aquello estaba atestado de chinos y chinas. Me sorprendió la cantidad de mujeres que juegan allí, la mayoría mayores. Las apuestas comenzaban con un mínimo de 500 dólares, y todas las mesas estaban llenas. Por todos lados, hay guapas camareras que llevan bandejas llenas de bebidas que pueden coger sin problema . Yo fuí con el único que perdieron dinero ese día, pues me bebí un café expreso de gratis y me marché después de un rato mirando, pero sin conocimiento de como iba cada juego.


El regreso también perfecto, compras el billete de regreso en el mostrador de TurboJet y en una hora, de nuevo en HK Island. Allí estuve callejeando un poco, ya que se me había hecho la noche y no quería ver los Monster Building de noche, y aunque esos edificios están en esa parte de HK, tenía un trayecto en metro.



          
 Foro de Agencias