Este dia nos pasaron a buscar y nos fuimos para el lago Tonle Sap. Tenía dudas si hacer esta excursión ya que había leído opiniones encontradas en los foros y vaya que valió la pena con creces.
Enero es temporada seca, la aldea del lago Tonle Sap esta habitada por pescadores que habitan allí desde generaciones y en la temporada de lluvias sus casas quedan flotando en el lago, mientras que en la seca quedan al descubierto las calles de tierra y la estructura de palafitos sobre la que se montan sus casas.

La barca paro en la aldea, nos bajamos y comenzamos a caminar por esta calle de tierra principal con los nenitos que iban al colegio, fuimos a visitar la escuela y justo la profesora comenzaba un dictado de inglés, así que el guía le pregunto a nuestros hijos si deseaban participar de la clase, a lo que ellos dijeron que sí y allí comenzó una de las experiencias más enriquecedoras del viaje. Nuestros hijos interactuando con estos niños del otro lado del mundo, sentaditos en sus bancos de escuela. Todos super amables. Fue una experiencia que me alegro el corazón.

La otra visita que hicimos este dia fue de las mejores que hicimos Beng Maelea, es un templo que está en dirección al aeropuerto a 1hora del centro. Si Angkor Wat me impacto, Beng Maelea me dejo enamorada!!!!
Es un templo que no se reconstruyo y se encuentra derruido por sectores, la falta de gente y los armoniosos acordes de los pajaritos que lo sobrevuelan hacen la experiencia sublime, mística, indescriptible.
Nos teníamos que tomar el avión y mi hijo de 12 y yo nos queríamos quedar ahí!!! A vivenciar, a contemplar, a respirar, a descubrir ese lugar misterioso que es Beng Maelea. Encarecidamente lo recomiendo, a mi me fascino!!!
