MARTES 16 DE FEBRERO DE 2010
Es una barbaridad lo rápido que pasa el tiempo cuando uno está disfrutando. Apenas nos parecía que era ayer cuando habíamos llegado y ya llevábamos más de una semana de viaje. Esta vez el despertador se hizo imprescindible a la hora de levantarnos a las 07:00 y salimos tempranito a recoger el coche. Nos hicieron pagar un depósito de gasolina (cerca de 50$), pero íbamos sobre aviso y, en apenas 10 minutos estábamos experimentando la conducción por la city a los mandos de nuestro Hyundai Elantra. Es cierto que con GPS (la “toto” para nosotros) todo era mucho más sencillo, pero aún así daba un poquillo de respeto (sobre todo al principio). Fuimos a recoger a “los Pacos” y, como Cristina y Adrián seguían esperando para recoger su coche, al final decidimos irnos los 5 en el nuestro, y ya nos veríamos de compras más adelante. Una hora escasa y 1,25$ de peaje (justo al final) más tarde, estábamos en el parking de Woodbury. Durante todo el viaje nos estuvo nevando, pero pero en ningún momento fue peligroso.
Salvo una breve parada a las 14:00 para comer algo, el resto del tiempo fue una locura de compras. Muy largo para mí, pero muy escaso para otros. Yo, arrasé en la tienda de GAP (camisas, camisetas, ropa interior y polos), en Nike me compré otras 2 camisetas por 20$, una camisa en Levis por 15,60$, un par de polos en Izod por 29,16$ y una sudadera Tommy Hilfiger por 9,37$ (mi mejor chollo).
Al final a las 18:00 (hora a la que cierran de lunes a miércoles en febrero), nos tuvieron que echar de a tienda de Adidas, donde cayeron unas zapatillas por (45$). Al final el día de compras había sido bastante más productivo que lo que en un principio esperábamos y, con el maletero del coche (en el que íbamos dejando las cosas) lleno a reventar nos dispusimos a regresar, pero tras todo el día nevando (a ratos con una intensidad considerable), tuvimos que hacer uso de los rascadores de hielo que, previsoramente nos habían dejado los del alquiler en ambos coches y regresamos a Manhattan.


Lo que a la ida habían sido 1,25$, se convirtieron a la vuelta en 9,25$. El incremento se debió a que salir de Manhattan es gratis, pero volver a entrar cuesta 8$ (no son listos ni nada). Durante el viaje de vuelta, decidimos quedar para cenar algo todos juntos y, tras el chasco del sábado, el lugar elegido fue el Max Brenner (841 Broadway entre las calles 13 y 14). Nuestro punto de encuentro sería a los pies del Flatiron a las 21:00, y caminaríamos desde allí hasta el restaurante.
Como Asun y yo tuvimos que dejar el coche en un parking (26,03$ por 24 horas) sólo tuvimos tiempo de llegar al hotel, tirar las bolsas en la cama y salir disparados al metro. Compramos 1 tarjeta con 4 viajes para cada uno por 8$ y, una vez allí, esperamos a que llegasen los chicos. Al final, Cristina y Adrián no pudieron venir, así que nos fuimos con “los Pacos” a cenar. Esta vez no había mucha gente y nos sentaron a cenar relativamente rápido. Pedimos una pizza de peperoni, 1 ensalada césar, una especie de patatas rellenas, una cerveza de chocolate (que suena muy bonito pero no sabe tan bien), 2 cervezas y para rematar la famosa pizza de chocolate con mantequilla de cacahuete y nubes (plátano no que a un par no les gustaba). Todo por 83,77$. Al principio yo pensé que sería poca comida, pero estuvo de muerte (la pizza de chocolate fue para quitarse el sombrero, todavía se me hace la boca agua al recordarla) pero el postre lo compensó, y salimos de allí satisfechos.







A las 23:00 nos despedimos y regresamos al hotel. Nuestro plan inicial para el día siguiente era ir a Washington, pero las nevadas y el cansancio acumulado nos obligaron a cambiar la ruta por… MÁS COMPRAS (sólo faltaba jejejeje).
Nos fuimos a dormir totalmente agotados y dejamos la preparación del recorrido para la mañana siguiente.