Uno de los objetivos de mi viaje era demostrar a mi regreso a mi familia y amigos que Etiopía es algo más que las imágenes de tierra árida y niños desnutridos que aparecen en los medios de comunicación; difundir dentro de mis posibilidades la esencia de la cultura etíope que he logrado asimilar en estos dias y espero seguir admirando y aprendiendo en mis próximos viajes al país. Por eso me dediqué a tomar casi de forma compulsiva cientos de fotografías que confirmaran que Addís Abeba es una ciudad moderna, que lo es con sus carencias, donde además se pueden ver algunas escenas no tan modernas, como una manada de vacas cruzando por sus calles, por ejemplo...
Addís es una ciudad donde lo contemporáneo se codea con las tradiciones más arcaicas. Una gran ciudad donde se puede comprar practicamente todo tipo de productos a precios muy asequibles para el farenyi, con la excepción de algunos artículos de importación que se adquieren a precios muy similares a los de España.
La vida en la ciudad comienza muy temprano, con los primeros atisbos de la luz solar, por la que se rigen para llevar a cabo sus actividades diarias. Por tanto la hora etíope empieza a contar sobre las 7 de la mañana , que para ellos es la hora 1, las 8 serían las 2 hora etíope, y así sucesivamente. Los que vayais a viajar al país no os preocupeis por este detalle y simplemente ajustad el reloj dos horas más tarde que en España.
Suelen comer pronto, entre las 12:30 h y las 13:30 h y la oferta de comida es variada. Se les da especialmente bien la elaboración de platos italianos(herencia de la breve ocupación italiana) como la pizza, buenísima, o la pasta, sobre todo los spaguetti con todo tipo de salsas. En general suelen condimentar bastante los platos con especias y picante. Quien quiera probar la comida tradicional deberá pedir inyera, que como sabeis es una gran crepe hecha de harina de teff (cereal típico del país), que se adereza con distintas salsas e ingredientes y se come con las manos. A través de un amigo etíope supimos que el gobierno del país no va a permitir la exportación de teff a EEUU, que paradojicamente pretendía comprarlo para incluirlo en productos dietéticos, porque eso subiría mucho el precio interno del cereal e imposibilitaría su compra a los propios etíopes, provocando una crisis alimentaria aún más grave, ya que el teff es la base de la comida etíope.
*** Imagen borrada de Tinypic ***
Con respecto a la bebida, pudimos encontrar agua embotellada sin problema en todo el norte (de las marcas Highlands, Abyssinia,etc ) y en todos los pueblos en los que paramos en nuestro camino por carretera hasta Gondar, hasta en el pueblo más remoto, Pepsi y Mirinda incluídas. Dicen que la Coca-Cola es universal y está en todas partes, pues es cierto, nos costó encontrarla debido al cierre temporal de algunas de sus fábricas (habían agotado el stock) pero los últimos dias ya pudimos verla en algunas tiendas.(curiosidades...)
*** Imagen borrada de Tinypic ***
Por cierto, nos portamos muy mal y contravinimos todos los consejos que el Ministerio de Asuntos Exteriores y las guias de viajes dan a la hora de emprender un viaje por Etiopía y Africa en general: desde el primer dia nos lavamos los dientes con agua del grifo, comimos ensaladas (lavadas con agua del grifo claro), bebimos zumos de frutas naturales hechos en fresco en pequeños bares, comimos comida muy picante (injera)...y tuvimos la suerte de no pasar ni un solo episodio de la llamada "diarrea del viajero". Nada de nada. Aunque si vuestro organismo es sensible a los cambios de agua y alimentación os recomiendo que no sigais nuestro ejemplo, es tentar a la suerte.
En la ciudad tuvimos agua corriente y caliente en todo momento y no sufrimos cortes de electricidad, pero sí en las afueras, donde nos encontramos un dia sin agua para ducharnos y con corte de luz hasta las 10 de la noche, algo muy frecuente y comprensible no solo en Etiopía, sino también en otros países africanos. El acceso a Internet no nos causó problema, aunque es muy lento. Curiosamente en Bahar Dar tuvimos una conexión rápida y continua, a pesar de estar a más de 500 kms al norte de la capital. Eso sí, la cobertura del móvil que no falte. Es curioso comprobar como en la capital casi todo el mundo dispone de teléfono móvil y casi siempre hay cobertura, tanto en Addís como en otras poblaciones que visitamos. Todos estos comentarios los hago para que sirvan como simple comparativa entre su vida y la nuestra occidental,y para que reflejen el esfuerzo del pueblo etíope por el avance y el desarrollo, no porque én este viaje tuviéramos grandes expectativas sobre lo que nos íbamos a encontrar. Hay que ser muy consciente de a dónde se viaja y de sus carencias y limitaciones.
Retomando el tema culinario, si estamos invitados a comer en casa de un etíope no faltará tras la inyera el aromático bunna (café), que se prepara siguiendo la ceremonia del café. Esta ceremonia lleva su tiempo, porque el café se presenta en grano, se tuesta, se hace la infusión, se cuela y se sirve en varias tomas. Nosotras lo tomamos acompañado de una especie de pan amargo suponemos hecho con teff, y en otras ocasiones de...riquísimas palomitas de maíz. Sea cual fuere el acompañamiento, el café es delicioso, aunque bastante fuerte, y es una agradable experiencia tomarlo en compañía de una familia etíope. En nuestro caso, haciendo gala de una gran hospitalidad, una familia nos invitó a su casa sin apenas conocernos, sin pedir nada a cambio, y ya no pudimos salir de allí sin tomarnos al menos un par de tazas de café tras presenciar la ceremonia.
*** Imagen borrada de Tinypic ***
El ocio en Addís depende del nivel social y de la zona en que uno se mueva. En las calles pudimos ver como los niños y los jóvenes disfrutaban del deporte rey con los desvencijados futbolines, el invento gallego que triunfa en Etiopía. No sólo en la ciudad, en las zonas rurales también observamos el fenómeno futbolístico. Los jóvenes de nivel social "medio", casi todos estudiantes, se reúnen al atardecer en bares y terrazas y beben zumos de frutas, buna, macchiatos y bira (cerveza).
A pesar de la impresión que nos causó la ciudad y su pobreza, por la noche, dispuestas a conocer todas las facetas de Addís, decidimos animarnos y fuimos partícipes, todo hay que decirlo, de la movida nocturna de la ciudad, con sus animados bares con pinchadiscos y otros con música en directo. En uno de ellos, al ver unas farenyis bailando, nos dedicaron música hispana: estar en Addis y escuchar a Enrique Iglesias resultó una experiencia un tanto surrealista... Algunos locales se dedican en exclusiva a los típicos espectáculos y danzas etíopes, orientados hacia el creciente turismo y que se situan sobre todo en las calles más concurridas de Piazza aunque pueden encontrarse casi en cualquier zona de la ciudad. La zona de Piazza es frecuentada por las prostitutas. Nos desmoralizó ver bastantes clientes occidentales.
Esto es lo que nosotras pudimos vivir a pie de calle. Es evidente que hay otros puntos de encuentro, como el lujoso hotel Sheraton, por ejemplo, donde tomar una cena opípara por 70 € y codearse con la clase pudiente de la ciudad y con los turistas de primera línea, pero no era ese el objetivo de nuestro viaje. Aunque al llegar al aeropuerto de Bole vivimos una anécdota curiosa y acabamos en el Sheraton...y un poco más tarde metidas en una limusina del lujoso hotel rumbo a nuestra humilde guest house...Cosas de la vida en Addís, una ciudad donde casi todo es posible.
Fotografías:
- Inyera.
- Cartel publicitario de Coca-Cola en el lago Tana.
- Ceremonia del café en casa de una familia etíope.
Addís es una ciudad donde lo contemporáneo se codea con las tradiciones más arcaicas. Una gran ciudad donde se puede comprar practicamente todo tipo de productos a precios muy asequibles para el farenyi, con la excepción de algunos artículos de importación que se adquieren a precios muy similares a los de España.
La vida en la ciudad comienza muy temprano, con los primeros atisbos de la luz solar, por la que se rigen para llevar a cabo sus actividades diarias. Por tanto la hora etíope empieza a contar sobre las 7 de la mañana , que para ellos es la hora 1, las 8 serían las 2 hora etíope, y así sucesivamente. Los que vayais a viajar al país no os preocupeis por este detalle y simplemente ajustad el reloj dos horas más tarde que en España.
Suelen comer pronto, entre las 12:30 h y las 13:30 h y la oferta de comida es variada. Se les da especialmente bien la elaboración de platos italianos(herencia de la breve ocupación italiana) como la pizza, buenísima, o la pasta, sobre todo los spaguetti con todo tipo de salsas. En general suelen condimentar bastante los platos con especias y picante. Quien quiera probar la comida tradicional deberá pedir inyera, que como sabeis es una gran crepe hecha de harina de teff (cereal típico del país), que se adereza con distintas salsas e ingredientes y se come con las manos. A través de un amigo etíope supimos que el gobierno del país no va a permitir la exportación de teff a EEUU, que paradojicamente pretendía comprarlo para incluirlo en productos dietéticos, porque eso subiría mucho el precio interno del cereal e imposibilitaría su compra a los propios etíopes, provocando una crisis alimentaria aún más grave, ya que el teff es la base de la comida etíope.
*** Imagen borrada de Tinypic ***
Con respecto a la bebida, pudimos encontrar agua embotellada sin problema en todo el norte (de las marcas Highlands, Abyssinia,etc ) y en todos los pueblos en los que paramos en nuestro camino por carretera hasta Gondar, hasta en el pueblo más remoto, Pepsi y Mirinda incluídas. Dicen que la Coca-Cola es universal y está en todas partes, pues es cierto, nos costó encontrarla debido al cierre temporal de algunas de sus fábricas (habían agotado el stock) pero los últimos dias ya pudimos verla en algunas tiendas.(curiosidades...)
*** Imagen borrada de Tinypic ***
Por cierto, nos portamos muy mal y contravinimos todos los consejos que el Ministerio de Asuntos Exteriores y las guias de viajes dan a la hora de emprender un viaje por Etiopía y Africa en general: desde el primer dia nos lavamos los dientes con agua del grifo, comimos ensaladas (lavadas con agua del grifo claro), bebimos zumos de frutas naturales hechos en fresco en pequeños bares, comimos comida muy picante (injera)...y tuvimos la suerte de no pasar ni un solo episodio de la llamada "diarrea del viajero". Nada de nada. Aunque si vuestro organismo es sensible a los cambios de agua y alimentación os recomiendo que no sigais nuestro ejemplo, es tentar a la suerte.
En la ciudad tuvimos agua corriente y caliente en todo momento y no sufrimos cortes de electricidad, pero sí en las afueras, donde nos encontramos un dia sin agua para ducharnos y con corte de luz hasta las 10 de la noche, algo muy frecuente y comprensible no solo en Etiopía, sino también en otros países africanos. El acceso a Internet no nos causó problema, aunque es muy lento. Curiosamente en Bahar Dar tuvimos una conexión rápida y continua, a pesar de estar a más de 500 kms al norte de la capital. Eso sí, la cobertura del móvil que no falte. Es curioso comprobar como en la capital casi todo el mundo dispone de teléfono móvil y casi siempre hay cobertura, tanto en Addís como en otras poblaciones que visitamos. Todos estos comentarios los hago para que sirvan como simple comparativa entre su vida y la nuestra occidental,y para que reflejen el esfuerzo del pueblo etíope por el avance y el desarrollo, no porque én este viaje tuviéramos grandes expectativas sobre lo que nos íbamos a encontrar. Hay que ser muy consciente de a dónde se viaja y de sus carencias y limitaciones.
Retomando el tema culinario, si estamos invitados a comer en casa de un etíope no faltará tras la inyera el aromático bunna (café), que se prepara siguiendo la ceremonia del café. Esta ceremonia lleva su tiempo, porque el café se presenta en grano, se tuesta, se hace la infusión, se cuela y se sirve en varias tomas. Nosotras lo tomamos acompañado de una especie de pan amargo suponemos hecho con teff, y en otras ocasiones de...riquísimas palomitas de maíz. Sea cual fuere el acompañamiento, el café es delicioso, aunque bastante fuerte, y es una agradable experiencia tomarlo en compañía de una familia etíope. En nuestro caso, haciendo gala de una gran hospitalidad, una familia nos invitó a su casa sin apenas conocernos, sin pedir nada a cambio, y ya no pudimos salir de allí sin tomarnos al menos un par de tazas de café tras presenciar la ceremonia.
*** Imagen borrada de Tinypic ***
El ocio en Addís depende del nivel social y de la zona en que uno se mueva. En las calles pudimos ver como los niños y los jóvenes disfrutaban del deporte rey con los desvencijados futbolines, el invento gallego que triunfa en Etiopía. No sólo en la ciudad, en las zonas rurales también observamos el fenómeno futbolístico. Los jóvenes de nivel social "medio", casi todos estudiantes, se reúnen al atardecer en bares y terrazas y beben zumos de frutas, buna, macchiatos y bira (cerveza).
A pesar de la impresión que nos causó la ciudad y su pobreza, por la noche, dispuestas a conocer todas las facetas de Addís, decidimos animarnos y fuimos partícipes, todo hay que decirlo, de la movida nocturna de la ciudad, con sus animados bares con pinchadiscos y otros con música en directo. En uno de ellos, al ver unas farenyis bailando, nos dedicaron música hispana: estar en Addis y escuchar a Enrique Iglesias resultó una experiencia un tanto surrealista... Algunos locales se dedican en exclusiva a los típicos espectáculos y danzas etíopes, orientados hacia el creciente turismo y que se situan sobre todo en las calles más concurridas de Piazza aunque pueden encontrarse casi en cualquier zona de la ciudad. La zona de Piazza es frecuentada por las prostitutas. Nos desmoralizó ver bastantes clientes occidentales.
Esto es lo que nosotras pudimos vivir a pie de calle. Es evidente que hay otros puntos de encuentro, como el lujoso hotel Sheraton, por ejemplo, donde tomar una cena opípara por 70 € y codearse con la clase pudiente de la ciudad y con los turistas de primera línea, pero no era ese el objetivo de nuestro viaje. Aunque al llegar al aeropuerto de Bole vivimos una anécdota curiosa y acabamos en el Sheraton...y un poco más tarde metidas en una limusina del lujoso hotel rumbo a nuestra humilde guest house...Cosas de la vida en Addís, una ciudad donde casi todo es posible.
Fotografías:
- Inyera.
- Cartel publicitario de Coca-Cola en el lago Tana.
- Ceremonia del café en casa de una familia etíope.