Primer día de viaje. El objetivo de hoy era visitar al completo el famoso Triángulo del Arlanza. Para ello cruzaríamos el Negrón para llegar a Lerma a las 12 de la mañana para unirnos a la visita guiada de su Oficina de Turismo (OT a partir de ahora). A las 6 de la tarde es la visita de la OT de Covarrubias, así que por medio teníamos en mente visitar Santo Domingo de Silos. Cumplimos con todo, añadiendo incluso el Desfiladero de la Yecla, si bien en Covarrubias no hubo visita guiada al no formarse el grupo mínimo de 10 personas.

TOTAL: 457 kms.
A las ocho menos cuarto de la mañana salíamos de casa para llegar a Lerma bien de tiempo. Tras una parada a desayunar al poco de coger la autovía León-Burgos, a la altura de Palanquinos, (pueblo donde pasé muchos veranos de niño); nos plantábamos en Lerma hacia las once y cuarto. Os cuento un poco la historia, pero estad atentos, ya que esta es totalmente clave para entender el pueblo como tal.
Lerma nace antes de la llegada de los romanos, y es que por su posición estratégica, en un cerro sobre el Arlanza, era muy apetitoso para cualquiera que llegara a la zona. Romanos, suevos, visigodos y árabes se instalaron en la zona, hasta que es reconquistada y amurallada en el siglo XI. Durante toda la Edad Media es uno de los tantos pueblos castellanos, con el cambio de dueños entre nobles y señores varios.
Hasta que aparece en escena Francisco Gómez de Sandoval y Rojas es nombrado Conde de Lerma. Este noble era el "niñero" del Felipe (futuro Felipe III), hijo del rey Felipe II, y lo primero que hace es convertir el Condado de Lerma en Ducado. Posteriormente, cuando Felipe III, quien confía ciegamente en este modesto noble con quien ha crecido, se instala en Lerma (un lugar que no conocía en persona) para construir una ciudad donde tener entretenido al monarca mientras él lleva las riendas de España aprovechándose de ser su valido.
20 años dura esta situación. El Duque de Lerma construye un gran "parque temático" para el rey, construyendo de la nada todo un enjambre de edificios y pasadizos para que el monarca esté agusto: un gran palacio, varios monasterios para que oiga misa, pasadizos entre ellos para que no se enfrente al frío invernal, un enorme coto de caza a pocos kilómetros... Y mientras tanto el Duque se encontraba en Madrid o Valladolid (donde llegó a mover la Corte tras comprar enormes terrenos -reíros vosotros de las corruptelas de Jesús Gil y El Pocero comparado con este tío..-) llevando España y enriqueciéndose infinitamente; hasta que las envidias de otros nobles hicieron que cayera, aunque logró salvar la vida al ser nombrado cardenal (también tenía sus contactos en Roma, un crack el tío vaya...)
Si queréis saber algo más del mayor corrupto de la historia de nuestro país (y eso que la competencia es ardua) os recomiendo este artículo, es bastante objetivo y narra con detalle su entramado: www.abc.es/ ...21704.html

Aparcamos en la parte de arriba de Lerma, justo debajo de la Plaza Mayor (#2 en el plano), donde nos sentamos a tomar un café, con vistas al enorme Palacio Ducal. Esta Plaza Mayor es de las mayores de España, aunque no es apenas conocida porque fue construida como patio privado, y no como plaza pública (más adelante os cuento algo más de esta plaza)

Hacemos tiempo dando un paseo por esta zona, vemos por fuera el Convento de Santa Teresa (#7), construído, como todo en Lerma, en las dos primeras décadas del siglo XVII.

La OT está en el Ayuntamiento, un antiguo edificio, aunque por fuera es feucho, tiene un bonito patio central.


Nos dan un plano de Lerma y un mapa a escala 1 a 1 practicamente de Burgos (es una sábana, madre mía, eso sí, viene con tanto detalle que está genial para preparar viajes); y además aquí empieza la visita guiada a la que nos apuntamos. Seríamos una decena de participantes, menos mal que era día laborable (previo al puente), durante el puente tenía que ser enorme la afluencia (Lerma está a un par de horas de Madrid)
Cuesta 4€, y la aconsejo por completo. Nuestro guía (no recuerdo el nombre) era muy competente. Conocía a la perfección Lerma, su historia y la vida del Duque, y omitió por completo todas las fechas (todo se construyó en un margen de 20 años) para llenar las explicaciones de anécdotas y comentarios del contexto histórico. Fue increíble, para mi lo mejor del viaje.
Al ser un grupo pequeño empezamos la visita por el Pasadizo, se extendía por encima de la calle desde el Palacio Ducal (se ve en la foto de la Plaza Mayor por la izquierda) en forma de U pasando por todos los conventos. Así Felipe III asistía a misas y conciertos sin pasar frío y sin falta de sacar toda su escolta. Imaginaos por la noche el trasiego de frailes y monjas que había por aquí con 6 conventos unidos sin que nadie viera quien iba por aquí...


Salimos del pasadizo y vemos el porqué de la posición estratégica de Lerma, dominando amplios territorios en torno a la ciudad. Se ve el Sistema Ibérico al fondo, del otro lado La Rioja y Soria.

Bajamos por al lado de la antigua muralla, la mañana estaba superagradable, totalmente primaveral, con el sol reinando en lo alto pero unos 20 grados que eran la temperatura perfecta para patear.

La siguiente parada es la Colegiata de San Pedro (#5), el mayor templo de Lerma. Es de estilo herreriano y de grandes dimensiones.

Delante tiene una bella plaza ajardinada.

Aquí se da misa solo en verano debido al frío (cuando asistía a misa el rey Felipe III se acomodaba en un balcón cerrado que se calentaba facilmente) Destaca en el interior el retablo barroco ricamente decorado.


También la estatua de bronce del tío del Duque de Lerma, por un lado es plana y sin nada porque estaba pensada para estar colocada contra la pared y no en medio de una iglesia.

Enfrente tiene la antigua casa de José de Zorrilla, se cuenta que la historia de Don Juan Tenorio (El Burlador de Sevilla) está inspirada en personajes de Lerma por lo que nos dijo el guía.

Subimos a la Plaza Mayor, donde tenían lugar corridas de toros, que le gustaban mucho a Felipe III. El Papa llegó a prohibir esta tradición, pero consiguieron una bula papal. El mayor divertimento del rey era ver como el toro caía por una puerta lateral al vacío. Al ser una plaza privada el Duque de Lerma repartía la carne de los toros que morían (hasta 10 al día) a los que estuvieran en el río, consiguiendo así que no hubiera ningún plebeyo incordiando en la plaza. Podéis ver perfectamente el pasadizo sostenido por columnas.
Otro dato curioso de esta plaza. El Duque quería cerrarla por casas de conocidos (era un patio privado), así que obligó a sus allegados a construir la suya, pero al acabar la construcción se las expropió. Brillante, ¿no?


Aquí se acaba la visita guiada, de hora y media. Increíble, no se me ocurre otra palabra. Es del estilo de un Free Tour, ameno y entretenido a la par que muy didáctico.
Entramos entonces al Palacio Ducal (#1), un típico palacio nobiliario castellano, aunque este es de enormes dimensiones. No escatimó el Duque de Lerma en gastos para tener contento a Felipe III.

Actualmente es el Parador de Lerma, y entramos a dar un garbeo y ver su majestuoso patio interior, convertido en una tranquila cafetería.

De aquí nos fuimos a comer directamente (cambié de móvil y no encuentro las fotos de las comidas, lo siento), entramos en la Fonda Caracoles, donde comimos estupendas carnes por unos 20 euros por cabeza (no puedo dar más detalles, tenía una nota en el móvil viejo, ya lo siento), muy buena elección, recomendable si pasáis por Lerma. Está en una calle lateral a la Plaza Mayor, donde se encuentran varios restaurantes (Calle Don Luis Cervera Vera)

Bajamos la comida paseando el centro, y es que entramos a comer muy pronto (1 y media) y salimos una hora después, no abriendo Santo Domingo de Silos hasta las 4. Pasamos por el Convento de San Blas (#8), habitado actualmente por Dominicas de clausura.


Bajamos de la parte alta al núcleo medieval (en la parte baja del pueblo) por tranquilas calles.


Saliendo ya del centro de Lerma está el Arco de la Cárcel (#11), una de las puertas de la antigua muralla medieval

Por la parte de fuera nos encontramos el Convento de la Madre de Dios (#9), también obra del Duque de Lerma, actualmente ocupado por las Carmelitas Descalzas, de clausura.

Vamos hacia el río y nos encontramo con un Humilladero (#12), y es que el Duque de Lerma consiguió una bula papal para instalar siete (imitando las siete iglesias de Roma) donde se otorgaba la indulgencia plenaria. O sea que después de días de gula y lujuria podían venir aquí los nobles a redimirse de todos sus pecados. Un máquina, yo sigo alucinando con semejante personaje.

Vamos hasta el Puente Medieval (#12), salvando el río Arlanza en el camino entre Lerma y Burgos. Las vistas de la ciudad en lo alto desde aquí son increíbles


De vuelta hacia el coche vemos la otra cara de la Colegiata, realmente bonita.

CONCLUSIONES DE LERMA: Es un pueblo precioso, las calles de la parte alta están empedradas y llenas de monumentos de interés. No destacaría ningún interior, sencillamente patear y patear, y a poder ser con la visita de la oficina de turismo, sin ella la visita queda algo coja y es barata y no lleva demasiado tiempo.
Para ver Lerma al viajero medio le bastará con 2-3 horas, y es que es fundamentalmente patear y entrar a algún convento. Es una parada imprescindible en un viaje a la provincia de Burgos, y está a la distancia perfecta de Madrid para hacer aquí una parada de camino a la zona de País Vasco, Navarra o La Rioja.
A la entrada de Santo Domingo nos desviamos hacia el Desfiladero de la Yecla, que nos recomendaron en la visita de Lerma. Es un angosto desfiladero que tiene en algunos puntos dos metros de ancho formado a lo largo de millones de años por el desgaste producido por el paso del arroyo El Cauce por entre rocas calizas.
Aparcamos a la entrada de los túneles y nos asomamos al desfiladero, era espectacular, pero no sabíamos muy bien como visitarlo.

Unas escaleras bajaban a un camino, parecía que las rocas estaban completamente cerradas, así que nos acercamos a bichear, el camino llevaría a algún sitio, ¿o no?

Claro que llevaba, es un camino por pasarelas de unos 500 metros, se hace rápido, 15 minutos tardamos y eso que paramos a hacer mil y una fotos. Es impresionante, parece que vamos por el corazón de la tierra, en algunos momentos apenas se ve el cielo, y las paredes se cierran en torno a nosotros de una forma bestial. El lugar sobrecoge.



Bajo nosotros marcha el arroyo, un pequeño cauce de agua que ha formado este profundo cañón, al ser tan pequeño el cauce el efecto es espectacular, puesto que va totalmente encajonado. De todas formas es un paseo, no tiene ningun tipo de dificultad, no es el Caminito del Rey ni mucho menos.


Este lugar es único, no contábamos con él y paramos por parar a hacer un poco de tiempo, pero me encantó, fue de lo mejor del viaje, hace ver lo fortísima que es la naturaleza y lo que es capaz de hacer. Una maravilla natural en toda regla.


A 5 minutos de esta maravilla se encuentra Santo Domingo de Silos, el segundo vértice del Triángulo del Arlanza, principalmente por los famosos relieves de su monasterio, uno de los mejores ejemplos de escultura románica del mundo.
No sabemos cuando se asentó aquí el ser humano; los restos de cerámicas hallados en las cuevas de las montañas nos trasladan a la época prehistórica, y se pueden fechar en el siglo X a.c., en la Edad de Bronce. En los altos de la Yecla se han encontrado también restos celtibéricos, romanos y visigóticos.
La historia de la abadía y la historia de la villa de Silos, han caminado siempre juntas. El monasterio, que remonta sus orígenes al siglo X, Fernán González primer conde de Castilla, empiza a cobrar importancia con la llegada , en 1041, del monje Domingo Manso, natural de Cañas (La Rioja), proveniente del monasterio de San Millán de la Cogolla. El restaura el monasterio, y da origen a un movimiento espiritual y cultural. La grandiosidad del claustro románico y la vida de los monjes has traspasado los límites de estos montes.
El actual núcleo urbano del pueblo de Silos tiene sus orígenes en el fuero de Alfonso VI, rey de Castilla y León, concedió a la abadía, en 1098, por el cual el abad podía poblar junto al monasterio, quedando estos colonos bajo la protección y vasallaje del abad. La villa de Silos dependió del abad hasta el año 1440, fecha en que los monjes vendieron la villa de Silos a la casa de los Velasco, Condestables de Castilla, así lo atestigua el escudo que puede verse en la puerta de la Fuente.
La villa ha perdido casi por completo su aspecto medieval de recinto amurallado, pues solo quedan dos puertas, la de San Juan y de la Calderera, y los paños de murallas cierran la huerta del monasterio. (Ayuntamiento de Santo Domingo de Silos)
Aparcamos en una calle lateral en el centro del pueblo, y fuimos caminando hasta el monasterio, pasando por la plaza principal de Santo Domingo, empedrada y bastante bonita.

Bajamos hacia el Monasterio de Santo Domingo de Silos pasando por la iglesia y por la entrada de visitantes.


Nos ponemos en la cola para sacar las entradas y un panel con los horarios de los monjes nos entretienen la espera. Madrugan, pero no viven mal, no


La visita al claustro es guiada. El guía es muy profesional y conocedor de la historia del claustro y de sus elementos decorativos (lo más importante de la visita), pero no tiene nada que ver con el de Lerma. Parece un autómata, se limita a repetir la descripción de los distintos elementos sin ningún tipo de interés o énfasis. Tuvo cierto interés para mí porque me encanta el arte pero era muy monótono, la mayoría de los visitantes desconectaron ya en la primera explicación y se les notaba.
El claustro es ajardinado y es tipicamente románico, aunque fue construído en tres etapas y un tramo es ya de transición al gótico. La verdad es que es una preciosidad, y además, como muchos sabréis, tengo debilidad por los claustros, me encantan.


El interior de los pasillos está decorado con diversos motivos, destaca una estatua mariana.

Pero sin duda lo más destacado del claustro son los relieves de las esquinas, uno de los mejores ejemplos escultóricos del románico. No sobresalen apenas del marco arquitectónica, y las figuras son todas absolutamente iguales, y los rostros no expresan absolutamente nada, son totalmente hieráticos.


El mejor ejemplo es la Duda de Santo Tomás, que es el que siempre aparece en los libros de texto y en las asignaturas de arte. En él aparecen los apóstoles rodeando la escena central, en la que Santo Tomás introduce el dedo en la llaga de Jesucristo para ver que de verdad resucitó, algo que no se creía en un principio. El fin de esta obra es mostrar que se debe tener fe en el dogma cristiano.

Sin embargo en el tramo de transición al gótico podemos ver la evolución del románico al gótico, saliendo ya más las figuras del marco, con caras expresivas, distintos tamaños...

Información práctica
Acceso: En el centro de Santo Domingo de Silos
Horario: M-S 10-13, 16:30-18; D 12-13, 16:30-18 (son visitas guiadas, no encuentro el horario)
Precio: 3.50€ (2€ estudiantes, parados gratis)
Web: www.abadiadesilos.es/bienven.htm
Salimos del claustro por el museo que no tiene gran cosa y salimos del casco histórico por una de las antiguas puertas de la muralla.


Subimos hacia la Ermita de la Virgen del Camino, aunque nos quedamos a la altura de su cementerio.


La razón de venir aquí es por tener vistas sobre el monasterio y el pueblo desde lo alto.

Volvimos a entrar al pueblo y visitamos el interior de la iglesia del monasterio (la foto del exterior está al principio), es un templo bastante moderno, construído sobre el templo románico original. Es grande, pero tampoco le vi demasiado interés; aparte de la alta cúpula sobre el crucero.


Y ya nos vamos hacia el coche, tenemos algo más de un cuarto de hora a Covarrubias y queremos unirnos a la visita guiada de la OT de las 6.
CONCLUSIONES DE SANTO DOMINGO DE SILOS: No puedo opinar como pueblo, puesto que solo vi una plaza, pero no parece tener mucho más aparte de La Yecla, a un par de kilómetros, que recomiendo encarecidamente. El monasterio es increíble, el claustro es una clase magistral de historia del arte y realmente merece la pena.
Para ver el claustro vale con 1 hora, con hora y media-dos veremos el monasterio, pasearemos un poco y nos podremos acercar a La Yecla, que es una auténtica pasada. Creo que es una parada obligatoria en cualquier viaje por Burgos, si bien está algo apartada para visitarla como parada de camino como pueda pasar con Lerma.
La última parada del día fue Covarrubias, el tercer vértice del Triángulo del Arlanza. La idea era hacer una visita guiada a las 6 de la tarde, pero no se alcanzó el mínimo de 10 personas (la de las 12 de la mañana sale todos los días) así que tuvimos que visitarla por nuestra cuenta. Una pena.
Entrar en Covarrubias es sumergirse en la historia más profunda de Castilla. Su ubicación, a orillas del Arlanza y en el valle del mismo nombre, ha facilitado su poblamiento desde época pre-romana, pero es en la Alta Edad Media cuando adquiere las señas de identidad que hoy la distinguen como una de las villas con más carisma dentro de la provincia de Burgos, en buena medida debido a que fue plaza de avanzada de la vanguardia castellana frente al dominio califal y a su vinculación con el conde castellano Fernán González (siglo X).
Fernán González es una de las grandes figuras, tanto históricas como legendarias, de la historia castellana, muy ligada a los orígenes del entonces inexistente, aunque ya embrionario, reino de Castilla. La relación de Fernán González con la villa se prolongaría en sus desdendientes. Su hijo Garcí Fernández, fundó en 972 el Infantado de Covarrubias. Punto intermedio hacia Silos, situada en un enclave estratégico, según los estudiosos es muy probable que el Cid pasara por Covarrubias y avistara desde el Arlanza, como hoy lo hace el viajero, las murallas de la villa. (Camino del Cid)

Aparcamos a la entrada del pueblo, en la zona habilitada para tal fin, nos fuimos hacia el centro y ya desde el principio vimos la arquitectura tradicional de la zona, que es el principal atractivo de Covarrubias.

Vamos rapidamente a la OT, llegamos un rato antes de las 6, pero nos dicen que no hay visita. Nos dan un mapa e indicaciones, por lo que vamos a tomar un café a la Plaza Mayor (#3) Es muy bonita, la típica castellana, recuerda a la de Pedraza, en Segovia


La segunda parada es el Archivo del Adelantamiento de Castilla (#2) del siglo XVI, que acoge la Oficina de Turismo. Es además una puerta de entrada al centro, y está muy cerca de la Plaza Mayor (en la otra punta del pueblo del aparcamiento, pero no os preocupéis, son 5 minutos, no más, Covarrubias es muy pequeño)


Del otro lado de la puerta se encuentra un crucero (#1) del mismo siglo. Es bonito, en la línea de los gallegos.

Volvemos a entrar al recinto intramuros, y nuestra siguiente parada es el Torreón de Fernán González del siglo X (#8), en la zona que es para mí la más bonita de Covarrubias.

Justo enfrente está la Casa de Doña Sancha del siglo XV (#9), y acompañándola otras de las típicas de la zona. Este rincón es realmente mágico y precioso. Muy sorprendente, tanto el rincón, como Covarrubias como toda la zona en general.



Justo debajo está la Colegiata de San Cosme y San Damián (#10), un conjunto del siglo XV que acoge el órgano más antiguo que sigue en funcionamiento de Castilla.

La iglesia tiene las típicas características góticas de altas columnas para hacer mirar hacia arriba (Dios) y arcos apuntados. Destacan también el retablo barroco y las vidrieras.


El claustro y el museo con arte sacro estaban cerrados, pero pudimos ver tumbas antropomórficas realmente bellas.

Frente a la portada está la Estatua de la Princesa Kristina de Noruega (#11), una sencilla escultura que muestra esta princesa nórdica que llegó a mediados del siglo XIII para casarse con el infante don Felipe, hermano de Alfonso X el Sabio como parte de una alianza dentro del Sacro Imperio Romano Germánico. La estatua data de la década de 1970, y es que en 1958 se descubrió su tumba en la Colegiata.

Aquí están las antiguas murallas (#7), datan del siglo X y tan solo queda este lienzo de las mismas.

Nos dejamos perder por el pueblo tras ver esta esquina tan bonita, y pateamos rapidamente el resto del casco urbano, que es bonito y está cuidado en su conjunto.


Llegamos entonces a la Iglesia de Santo Tomás (#4), un templo románico del siglo XV (construído sobre uno del siglo XII) Tiene fama por una vidriera y una escalera plateresca, pero estaba cerrada, así que nos quedamos con ver solo su exterior.

Y la última visita antes de volvernos al coche fue la Casa del Boticario (#5), que fue botica hasta 1975 y fue reconstruida fielmente 15 años después (tanto que recibió un premio) Es el mejor ejemplo de la arquitectura tradicional de Covarrubias junto con la Casa de Doña Sancha. Es una arquitectura muy bonita, mis padres decían que les recordaba a la de los pueblos de la Bretaña francesa que visitaron el verano pasado.


Y con esto rematamos el Triángulo del Arlanza, una comarca que nos sorprendió, y es que la metimos para rellenar al no querer ir a Frías y nos gustó mucho a los tres
CONCLUSIONES DE COVARRUBIAS: Es un pueblo realmente bonito, con un centro muy cuidado y con muchas muestras de arquitectura popular, además de ser muy pequeño. Destacaría patear y ver la Colegiata.
Con un par de horas sobra para ver este pueblo, y es que como digo es pequeño. Es un imprescindible de Burgos (en un día da tiempo para ver el Triángulo perfectamente) si bien pilla mal de paso por su ubicación, además que destacaría Lerma como lo más destacado de la comarca.
Nos fuimos a Burgos, donde descansamos en el apartamento antes de salir a dar un paseo y cenar (había hecho fotos con el móvil, pero como digo al cambiarlo...) La ciudad luce mucho de noche, con los monumentos iluminados; y además al ser viernes había mucho ambiente por las calles, tanto que no pudimos cenar en El Morito que tanto se recomienda al estar completamente lleno. Cenamos en La Comidilla de San Lorenzo, en la Calle San Lorenzo, que sale de la Plaza Mayor (zona de tapas); un sitio de tapeo que estaba bastante bien. Salimos a unos 15 euros por cabeza con tapas diversas (no me acuerdo cuáles), solo sé que salimos bastante contentos.
Después de cenar nos acercamos a la Catedral, pero el día pesaba y nos fuimos directos a la cama, que la mañana siguiente tocaba ver el centro de Burgos antes de comer e íbamos a tener que estar bien despiertos y descansados.