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Tras un par de días de madrugones, hoy hemos dormido muy relajados en nuestra primera noche en Vilna.
Desayunamos en un cafetín del Paseo Vokiečių, 18 (esquina Šv. Mikalojaus), junto a nuestro apartamento. Unos deliciosos croissants clásicos y otros rellenos de chocolate, deliciosos. Con unos apetecibles cafés y “cola-caos”. El lugar es muy agradable, está muy bien situado, tiene wifi, te ponen agua del grifo (en Lituania con una rodaja de limón dentro) y sale el desayuno a unos 3 €/persona.
Vamos a intentar tomarnos el día de visita al resto de Vilna con tranquilidad. Hacia la 10:00 h. vamos a ver el antiguo Ayuntamiento de la ciudad, a 5 minutos andando de donde nos alojamos.
Delante de él se abre una gran plaza con varias boutiques internacionales (Emporio Armani, Ermenegildo Zegna, Bulgari, etc). Las calles que rodean este lugar: Rotušės aikštė, Didžioji gatvė y Aušros Vartų son de las más comerciales de Vilna, lo malo es que hoy no abren hasta las 11:00 h., así que por esta última calle nos acercamos a ver la principal y única puerta histórica de acceso a la ciudad que se conserva.
PUERTA AUROS.
En ella se custodia una imagen de una Virgen pintada en tabla de madera y recubierta en plata, que es la más venerada por el pueblo Lituano, ya de por sí muy religioso.
Hay misa de 10:30 h. La capilla es muy pequeña (construida en la puerta/muralla de la ciudad).
Se entra por un edificio anexo a unos 20 metros antes de llegar a la puerta. A la izquierda.
Hay que explicar que la población lituana históricamente ha sido, se mantuvo durante la era soviética, y aún continúa siéndolo, enormemente religiosa. La gran mayoría es católica(80 %), aunque también hay una importante comunidad ortodoxa.
Esto se refleja especialmente en la infinidad de iglesias que hay en toda Lituania, y especialmente en su capital, Vilna. Casi todas son de estilo barroco, profusamente decoradas.
Por ello, una de las cosas principales a visitar en Vilna son iglesias. Al final, se hace un poco “cansino”. La ventaja es que son gratuitas y no hay que pagar entrada.
Ese espíritu religioso se respira en toda la ciudad: por el número de iglesias, por estar a todas horas entrando y saliendo gente a rezar, por existir varias tiendas con temática religiosa, y además nosotros estuvimos unos días antes de un encuentro que iba a celebrar el Papa Francisco con las familias en Cracovia (otra de las ciudades más católica en la que he estado, potenciada por la figura de Juan Pablo II) y Vilna estaba tomada por legión de peregrinos que iba a acudir a dicho encuentro (y eso que está a más de 800 km.). Por cierto, muchísimos españoles, que si no es por ello, no se dejan ver demasiado por estos países bálticos.
Por no cansar, pongo una foto con diferentes iglesias.
Al salir de la Puerta Auros vamos recorriendo las calles viendo especialmente tiendas para turistas dedicadas al ámbar.
ÁMBAR
Lituania es la capital de esta resina fósil. Hace millones de años, en épocas de grandes temperaturas, lo árboles cercanos a la actual costa del mar báltico “supuraron” abundante resina, pudiendo incluso atrapar en su interior insectos, impurezas (más frecuente), cortezas, hojas, etc. Con las glaciaciones y el enfriamiento de las temperaturas, esas resinas se fueron fosilizando hasta convertirse casi en “piedra o mineral”.
En internet podréis ver las diferentes pruebas a las que se puede someter una pieza de ámbar para saber si es auténtica o no. Al quemar, huele a lo que es originalmente (fuerte olor a resina). Al cortarla la auténtica hace especie de granos o polvo y no se corta en escamas como otros materiales tipo plástico. Otras pruebas más sencillas son: al frotar el auténtico se carga eléctricamente (te erizará el pelo). Claro que hay materiales sintéticos que también adquieren esa característica. También se puede hacer la siguiente prueba: si el ámbar se sumerge en agua con una cantidad de sal (25 cl agua con 4 cl sal) flota. Los plásticos, menos algún tipo, se hunden.
También, y eso dificulta su compra en numerosas tiendas y joyerías, es que hay ámbar natural de resinas más jóvenes, o simplemente virutas de ámbar que por varios métodos son prensadas y quedan igual que un ámbar de una pieza. Quizás por ello puedan certificar que es ámbar auténtico. También lo harán muchos sin escrúpulos ya que no es probable que vayas a analizarlo ni que vuelvas hasta Lituania a reclamarlo, con un certificado o perito.
lógicamente la mejor prueba que tienes de autenticidad es que todo lo que compras por la calle, por precio, NO es auténtico, pero ya que estás allí, y al ser bonito y barato lo compras. Pues ya está. Además ya tienes unos buenos regalos ya que hay centenares de lugares para comprarlo. En Letonia y Estonia también lo encuentras.
LINO
En Lituania y Letonia también destaca como material de compras todo textil elaborado con Lino: vestidos, mantelerías, gorros, chales, etc. Etc. Es un material natural muy ligero que protege perfectamente del frío (lugares que realmente lo necesitan) y a la vez es muy fresco en verano (y nosotros damos fe que en estas fechas de julio hace mucho calor).
CALLE PILIES
Bajando todo recto desde Aurora llegarás a la calle más transitada y comercial de Vilna: Pilies gatvė (calle del castillo, en castellano). En ella, hay numerosos locales y tiendas (sobre todo especializadas en ámbar y lino). Os destaco en esta calle dos cosas:
En el número 16 hay un restaurante muy recomendable para comer comida típicamente lituana. fortodvaras.lt/ No comimos, pero siempre estaba lleno y nos hablaron muy bien de él algunas personas locales. Hay que reservar.
Y También en la calle Pilies, al acabar unos soportales lleno de mujeres vendiendo collares, pendientes y un montón de abalorios (imitando el ámbar) os encontraréis con una torre que pertenece al complejo de la Universidad de Vilna, una de las más antiguas del mundo. Data de 1.579.
UNIVERSIDAD DE VILNIUS
Se puede visitar. Hay dos tipos de entradas que se sacan en una caseta al pie de la torre.
Una entrada es para visitar la iglesia y la torre: 2,5 € adultos y 1,5 € estudiantes y niños.
La otra es para visitar los patios de la universidad: 1,5 € adultos y 0,5 € estudiantes y niños.
Cogimos ambas, con ayuda del estudiante que “cortaba” las entradas. La señora de la taquilla solo hablaba lituano y ruso.
La iglesia (que está en el primer patio), COMO TODAS. Impresionante su interior, pero una más de las decenas que visitas.
La torre sí que merece la pena. Las vistas son increíbles y subes en ascensor. La torre es más alta de lo que aparentemente parece desde abajo.
Foto con una panorámica de Vilna. Abajo los patios de la Universidad y el Palacio Presidencial.
CONSEJO: Con las vistas de la torre, quizás te ahorres (como nosotros) entrar a la Torre de Geleminas (4 €/adultos; 2€/niños). Por cierto, las mismas vistas las tienes desde la colina donde se sitúa.
Al bajar, nos adentramos (con la otra entrada) a visitar la universidad. En estas fechas no hay estudiantes pero se ven los patios, las diferentes facultades y algún sitio que nos “colamos” al verlo abierto.
Foto patio universidad:
Detalle interior universidad:
Pasillos aulas:
Pinturas restringuidas al Público (Rectorado):
Al salir, de la Universidad nos dirigimos a ver por fuera (no se puede entrar) al Palacio oficial del Presidente de la República,
De vuelta a la calle Pilies, por una perpendicular, llegamos al MUSEO DEL ÁMBAR. Calle Shv. Mykolo g. 8
En realidad es una tienda/museo. Llegamos justo cuando una guía de un grupo español explica en español como se extrae, de distingue y explica los diferentes tipos de ámbar.
Al final visitamos las diferentes piezas, incluidas algunas con insectos en su interior (mosquitos, moscas, arañas).
Es interesante, y además gratis.
Muy cerca de allí está la increíble IGLESIA DE SANTA ANA.
Hoy está cerrada al ser lunes, pero sí que está abierta la iglesia de atrás (san Francisco o Benardino), con la que conforma un conjunto.
Destaca como curioso su lámpara formada por cientos de pajaritas de papel.
Al no existir en las repúblicas bálticas montañas de importancia ni sierras, no existen canteras de piedra. Por ello, todos sus edificios importantes (incluidas su iglesias y castillos) están formados o construidos con ladrillo en vez de piedra. En estas iglesias se pueden ver varios tipos de ladrillo diferentes. A pesar de que sean de este material, el conjunto es muy bonito.
Desde allí se veía y se puede subir hasta la COLINA DE LAS TRES CRUCES (unos 20 minutos cuesta arriba).
En el siglo XIV siete monjes franciscanos fueron asesinados en la pagana Lituania de la época. Tres cruces de madera se levantaron inicialmente en la colina en su memoria. En 1916, se construyeron en este lugar tres cruces de hormigón armado.
En 1950, siguiendo las instrucciones de las autoridades soviéticas, las Tres Cruces de Vilnius fueron destruidas. Sin embargo, los habitantes de Vilnius quisieron restaurarlas, por lo que en 1989 y con la resistencia de las autoridades, las tres cruces fueron reconstruidas en su emplazamiento original.
No nos pareció tan interesante la caminata (subir y bajar), así que continuamos por el centro de Vilna hasta llegar a su lugar principal. Su catedral y el parque que se sitúa detrás de ella.
Como ya son las 14:00 h. y hace un sol de justicia, nos sentamos en la GRILL TERRACE. En pleno parque, a la sombra de los árboles, dispuestos a disfrutar de carne, salmón y un rico postre de plátano con helado, todo ello elaborado en unas pequeñas barbacoas.
Estaba muy bueno. De precio similar a otros lugares; lo malo, como siempre, aun siendo pocos para comer tardaron más de 30 minutos para traer la comida.
Con el estómago lleno, nos vamos a ver la hor… CATEDRAL.
La característica principal es que está separado el campanario del resto de iglesia neoclásica (parece un templo griego).
Por dentro, aun dice menos.
Muy cerca está una inscripción conmemorativa y una placa con unos pies, monumento que recuerda la “cadena humana del báltico”:
A las siete de la tarde hora local del 23 de agosto de 1989, durante 15 minutos, más de un millón y medio de personas se tomaron de las manos para formar una cadena humana de más de 600 kilómetros de longitud, cruzando las tres repúblicas bálticas (Estonia, Letonia y Lituania) y pasando por sus tres capitales (Tallin, Riga y Vilna, respectivamente).
La manifestación se organizó para llamar la atención de la opinión pública mundial sobre el destino común que habían sufrido las tres repúblicas. De hecho, se celebró coincidiendo con el cincuentenario de la firma del Pacto Mólotov-Ribbentrop. De acuerdo con el Protocolo Adicional secreto de dicho tratado, la Unión Soviética y la Alemania nazi se dividían esferas de influencia en la Europa del Este, llevando a la ocupación por parte de los soviéticos de los tres países. En la convocatoria se solicitaba directamente la "retirada de las fuerzas de ocupación" soviéticas.
Algunos han querido ver en este acto el germen para lograr la independencia de estos países del régimen soviético, acontecimiento que logró Lituania unos pocos meses después. El 11 de marzo de 1990.
Como pudimos ver, hay unas huellas similares en recuerdo de la cadena humana en cada una de las tres capitales (Vilna, Riga y Tallin).
Desde allí pasamos frente a al MUSEO NACIONAL (cerrado los lunes),
Y a continuación seguimos andando hasta llegar al pie del funicular (1 €/pax) por trayecto. Compramos el ticket únicamente de subida a la COLINA DE LA TORRE GEDIMINA. Bajamos andando que es más fácil.
Como he comentado, no entramos a la Torre. Ya hemos visto una buena panorámica desde la torre de la universidad y además desde la propia colina ya se ven unas bonitas vistas sin necesidad de entrar a la torre.
Tras bajar, seguimos paseando hasta la céntrica Avenida de Gedemino.
Destaca el conjunto escultórico a la puerta de unos de los principales teatros de Vilna.
Nos sentamos a tomar una cervecita en Soul & Pepper. Una terracita de moda en pleno corazón de Vilna.
Por cierto, nos llueve una tormentita de verano.
A eso de las 18:00 h. nos vamos al apartamento a descansar un poco, a darle a la wifi y aprovechamos a comprar en un supermercado junto al piso algo de comida y de agua para llevarnos mañana para el viaje en coche hasta Riga.
Hacia las 20:30 nos vamos a ver un “nuevo” País.
LA REPUBLICA DE UZUPIS.
En realidad es un barrio de Vilna ocupado hace unos años por pintores, galerías, escritores, artistas y bohemios que decidieron “declararse” independientes y promulgar su propia constitución. Tiene un ejército formado por 12 personas, todas ellas intelectuales.
Es algo divertido. Además de muy bonito. A la orilla del propio río Vilnia. Nos adentramos por su calles. Allí está publicada en diferentes idiomas su disparatada constitución
y su símbolo, el ángel con trompeta
Cenamos en el restaurante tras el puente que da acceso al barrio.
Užupio Kavinė
Un lugar que frecuentan los “vilnienses” que sirven una buena comida con sabores locales. Casi seguro que tengáis que reservar. Nosotros en las mesas de fuera no pillamos sitio así que cenamos dentro del local. Había sitio, quizás por ser lunes, ya tarde para ellos y a finales de julio que no había mucha gente.
CONSEJO: En Vilna casi todo el mundo pide para picar o como entrante un pan frito que ponen en todos los restaurantes con una salsa de queso cremoso/alioli y qué está buenísimo.
Luego pedimos cada uno un plato. Son, como veis, muy generosos y exquisitos. Como siempre, servicio lento.
Precio 47,35 € los cinco, con bebida.
Dejamos la curiosa República de Uzupis
De allí en poco más de 5 minutos llegas a la famosa calle Pilies.
Paseando te encuentras un montón de locales de copas.
Uno de camino a nuestro alojamiento.
Bar Distilerija
Vilniaus g. 28, Vilnius
Esto es un buen ejemplo de como se está trasformando Lituania. Este local hace 3 años era una sucursal bancaria y hoy es un local de moda, con una increíble “biblioteca” de botellas de todo tipo. Por cierto, los días entre semana los locales de copas abren desde las 11:00 h (casi todos sirven raciones de comidas) y cierran a las 2:00 h. Los viernes y sábados cierran a las 6:00 h. de la madrugada…Ya veremos lo que les dura tanta libertad y permisibilidad. (Ay como me recuerda la España de los 80!)
CONSEJO: Si queréis un lugar variado para cenar, con un montón de restaurantes seguidos y terrazas de copas (en verano y fin de semana se ponen a tope) podéis ir al paseo o boulevard Vokiečių, cerca del viejo Ayuntamiento.
Bueno, nosotros nos vamos a dormir para prepararnos para una encantadora e increíble etapa de viaje camino de Riga…
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