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La verdad, como he explicado, es una gozada haber podido alojarnos en el Hilton, especialmente por estar junto al aeropuerto. Nos hemos podido levantar a una hora razonable, sin preocupaciones de tener que ir esa mañana al aeropuerto, y coger el transporte, además el bufé del hotel es una pasada. Hay de todo: dulce, salado, fruta, bollería, zumos naturales, cafés, chocolates, etc. hasta los consabidos arenques en vinagre típicos de los países nórdicos.
Desayunamos hasta las 8:15 h.
Subimos a la habitación, cogemos el equipaje con tranquilidad. Hacia las 8:30 h. ya estamos pasando el control de seguridad, que por cierto fue bastante exhaustivo, incluido el de drogas.
A las 8:50 h. estamos en la puerta de embarque ya que salimos a las 9:30 h.
Yo ya lo sabía, pero sorpresa… el avión es uno de Hélices.
Volamos con la compañía regional de Finnair (Norra). En un avión ATR-72. Asientos 2+2. Va lleno. Vuelo perfecto, aunque con unos minutos de retraso. Duración 1,5 h. Nos dan otra vez el tema de agua/café/zumo arándanos.
Vista de las afueras de Vilna aterrizando (diferente a España):
Nos dirigimos a la pequeña oficina de Autobanga de alquiler de coches. Nos encontramos con unos españoles que acaban de hacer el mismo circuito que queremos hacer nosotros, pero al revés. Han debido tener algún problema con su coche de Europcar. Tras un breve papeleo, a las 11:45 h. ya tomamos posesión de nuestro flamante Golf familiar diesel. Es verdad que tiene ya 75.000 km. Pero está impecable, salvo que huele algo a tabaco.
Como le llevo a todo riesgo no me preocupo tanto. Tiene climatizador manual, freno eléctrico, navegador, etc. Como no sabía si iba a tener el coche navegador (programé una vez el del coche, pero no me convenció), desde España me había descargado la APP Sygic para el Iphone con los mapas de Lituania, Letonia y Estonia. Así puedes usar GPS sin internet. Con adaptador para el parabrisas de 4,5 € en los chinos y una clavija para el encendedor del coche, los 1.000 km. que hemos hecho por los 3 países y por sus ciudades, de maravilla. Llevaba ya memorizadas desde España varias direcciones (lo apartamentos, aparcamientos, y lugares a visitar). Ha sido una herramienta imprescindible.
Pedí un grupo C de alquiler tipo monovolumen pequeño (tipo Ford c-Max), ya que vamos 5 personas con nuestras maletas y mochilas y no quería ir como pulgas. El Golf familiar tiene mogollón de espacio y queda todo el maletero tapado.
En precio las empresas más conocidas salían algo más caras, sobre todo si le coges a todo riesgo sin franquicia como nosotros. Añadimos el elevador para la niña. 12 € por recoger en el aeropuerto (si es en la ciudad, que tienen 2 oficinas, no lo cobran. Pero ojo, al menos para 1 de ellas tendrás que ir en bus o taxi xq está lejos del centro).
Lo peor son los 275 € que cobran por dejar el coche en Tallin en vez de Vilna. En TODAS LAS COMPAÑÍAS COBRAN por este servicio. Unos 200 €. Pero es la única manera de aprovechar el tiempo y no tener que volver a Vilna. Se lo ahorrará el que viaje Ida y Vuelta a la misma ciudad. A mí no me cuadraba, menos desde Helsinki. Lo curioso ha sido lo siguiente: Nos atiende en el aeropuerto un chico joven este domingo. Nos entrega el coche. Pues bien, será este mismo chaval (con su novia) el que nos recoja en Tallin el coche el viernes. De ahí que cobren tanto. No tienen agente en Tallin. Luego la empresa pagaría un billete de bus al chaval de Vilna a Tallin para que fuera a recoger el coche. Une el precio de gasoil de vuelta (más 600 km), más un día de trabajo (se tarda unas 8 h. de trayecto) a la ida y otra de vuelta…
Este gasto quizás sea el más ahorrable, o reducible de los hechos. Ahora bien, para mi ha sido uno de los mejores, ya que al ser 5, por algo más 100 € por persona nos ha dado una libertad y nos ha permitido ver y hacer varias cosas (como veréis en el diario) que de otra manera no hubiésemos hecho (o con muchas más dificultades, mas yendo con niños)
Como es temprano y no tendrán listo el alojamiento, aprovechamos que ya tenemos el coche (medio de trasporte) para hacer una de las principales visitas de Lituania. Además será una bonita manera de tener un primer acercamiento con este nuevo País.
TRAKAI.
En unos 45 minutos (40 km. Desde el aeropuerto), y con el navegador del teléfono, estamos ya aparcados en un parking amplio que llevaba apuntado y que está a unos 7 minutos andando del castillo. Son las 12:30 h. y está medio vacío. Luego se llenaría todo el pueblo. Nos costó 0,50 € las dos horas del ticket de zona azul que ponemos. Aunque sea domingo, funciona. Es más, es uno de los días de máxima afluencia. Vienen muchos lituanos, polacos y bielorrusos en coche a visitarlo. Se llena tanto que las abuelas salen a la puerta de sus casas, para ofrecerte que metas el coche en su patio o parcela de la casa de campo, a cambio de dinero, claro.
Se puede ir sin problemas en bus y creo que también en tren desde Vilna. Lo malo es que te deja a unos 2 km. del castillo y hay que hacer ese tramo andando.
Pueblecito muy limpio y bonito, con increíbles casa de madera con parcela.
Vamos a ver su famoso Castillo: El Castillo de Trakai envuelto por las aguas del lago y en leyendas y poemas, resulta encantador por su extraordinaria historia medieval.
La “ciudad del lago” es el apodo de Trakai, la capital histórica de Lituania. Se jacta no sólo de ser el orgullo de la ciudad sino de toda Lituania, siendo el único castillo en Europa del Este, construido en una isla.
Esperamos estar unas 2 horas, tiempo para hacer la visita y poder luego ir a Vilna al apartamento y llegar a hacer un par de visitas por la tarde, ya que mañana lunes los museos y algunos lugares no abren.
El día está azul y hace unos 25 grados. El Lago es precioso y el Castillo en mitad del mismo, INCREIBLE.
Hacemos un montón de fotos. Nos damos una vuelta y llegamos a su interior. ¿Entramos? Lo sopesamos. El patio interior se ve desde fuera. Al final entramos. 6 € (3€/niños) más 1,5 € cámara.
La visita interior es interesante. Está muy bien conservado, especialmente otro patio interior que con una increíble escalera y balcones de madera da acceso al torreón, a varias estancias que tienen vario objetos de la época (monedas, armaduras, etc.).
En los alrededores del Castillo hay un montón de actividades acuáticas a realizar en el lago donde se sitúa. Barcos que hacen recorridos de una hora, alquiler de botes de remos, de patines de pedales, embarcaciones de vela, etc. etc. La gente va a pasar todo el día en la zona. Además hoy hacía un día de verano perfecto. Con sol y sin casi nubes.
Comemos en una terraza con vistas al Castillo unos panines o tostas con queso y diferentes ingredientes. Abundantes y buenos. 45 € los 5. Con wifi. Se llama La Crepe Terrace. Es una especie de bar familiar con pocas mesas.
Hacia las 14:30 h. Nos vamos hacia Vilna. A las 15:15 h. nos están esperando para enseñarnos el apartamento que es un dúplex maravilloso, con wifi y un pequeño patio donde aparcar el coche (bastante estrecho para meter un coche familiar) las dos próximas noches. Está muy limpio y desde nuestra habitación se ve el campanario de una hermosa iglesia. Estamos en el centro de la ciudad. En el Paseo Vokiečių. Entre el Ayuntamiento y la avenida principal de Gedimino.
Hacia las 16:00 salimos andando a visitar el Museo de la KGB o de del Genocidio.
Los lunes y martes cierran. Quiero explicar y que vean con sus propios ojos, como vivieron los lituanos tanto la ocupación Nazi, como especialmente los años sometidos al régimen soviético cuando pertenecieron estas 3 repúblicas a la URSS, lo que les marcó su destino.
CONSEJO: Hay un museo similar a cada una de las 3 capitales. Pero en el de Riga solo puedes acceder a la parte de las celdas con visita guiada (más cara y solo en inglés y letón) y en Tallin es en realidad una habitación del Hotel Viru, donde la KGB tuvo el lugar de espionaje. Este de Vilna es el mejor para visitar.
El precio es de 4 € (1 € niños) y 2 € permiso para hacer fotos.
Sobrecoge. Muy interesante.
El museo está situado en el antiguo edificio de la KGB, donde se planificaron y ejecutaron durante cincuenta años los crímenes del régimen soviético. Los visitantes pueden visitar:
• la antigua prisión de la KGB,
• los locales en los que se aplicaron las penas de muerte,
• exposiciones modernas cuentan acerca de la pérdida de la independencia durante el siglo XX a mano de los alemanes y la represión de las autoridades soviéticas, y el auto-sacrificio y persistente lucha por la independencia.
Uniformes de entonces:
Celdas:
Órdenes de ejecuciones por días:
Aún el vigilante de hoy nos retrotrae a entonces. Esperando junto al teléfono:
...Y muchas más cosas que no os quiero desvelar por desagradables o por que matengáis la sorpresa. La carne de gallina.
Al salir teníamos la opción de ir al Museo Nacional de Lituania o Palacio del Gran Duque de Lituania (que tampoco iba a estar abierto mañana lunes) y que cierran a las 18:00 h; pero no me pareció de gran interés su contenido (cuadros, trajes, monedas, objetos, etc.). Ya veríamos otros palacios durante el viaje.
Por tanto, al salir del Museo de la KGB cogimos en una calle lateral del parque Lukiski que hay frente al museo el trolebús 4 o 17 (pasa uno cada 5 minutos). Los billetes se compran al conductor (1 € adultos; 0,5 € niños). Por cierto en el trayecto de vuelta al centro entraron los inspectores a pedir los billetes a pesar de ser un domingo por la tarde. En 5 paradas, y unos 15 minutos desde el museo de la KGB, llegamos con un trolebús de la era soviética a la
IGLESIA DE SAN PEDRO Y SAN PABLO.
Eran las como las 17:15 h. A las 17:45 h. había misa.
Está alejada del centro. Por fuera no dice nada
pero por dentro….IMPRESIONANTE.
El barroquismo. Más de 3.000 figuras y detalles diferentes realizados en estuco (esculpidos en el yeso blanco de las paredes).
Tiene un bonito órgano encima de la puerta principal.
Tras una visita de unos 20 minutos, salimos y junto a la iglesia se encuentra un fantástico restaurante de comida local (hay varios similares a éste a las fueras de la ciudad, y como áreas de servicio en la carretera).
Tomamos unas muy buenas cervezas, con wifi gratuito en el local.
CONSEJO: En todos los sitios hay WIFI. En Lituania (y en general en los tres países) todos los establecimientos tienen wifi, y se cogen por la ciudad muchas abiertas, sin necesidad de consumir ni tener la contraseña.
Otra cosa que llama la atención en estos países (común a los tres) es que hay muchísimos empleados (todo jóvenes) en los establecimientos de hostelería. Eso sí, a pesar de ello son bastante lentos. Para comer suelen tardarte unos 10 a 15 minutos en tomar nota, y prácticamente siempre unos 30 minutos más en traerte la comida. Así que tranquilidad y procurad no apurar y sentaros cuando tengáis mucho hambre u os vais a desesperar un poquito. En su descargo, decir que la comida está preparada en el momento y con una generosa y variada guarnición lo que sin duda ralentizará la cocina.
Tras un buen y merecido descanso, regresamos en trolebús (es cuando entraron los inspectores a pedirnos los billetes) hasta el centro.
Llegamos a la Avenida central de Vilna (Gedimino). A pesar de ser la Gran Vía o el Paseo de Gracia de la capital, este es el aspecto que presentaba a las 19:15 h. de un domingo de varano con una temperatura fabulosa que hacia pasear en bermudas y manga corta…
Tras un paseo a la orilla del río Neris que divide la ciudad vieja de la moderna
de pasar junto a su imponente palacio de la Opera/Teatro
Volvemos a la Avenida Gedimino, donde hay varios locales de moda súper interesantes. Como en el que nos sentamos a cenar.
Carré Bar & Lounge
Es una fantástica Terraza de Cocteles en el centro de Vilna, muy cerca de la catedral. c/ Gedimino Pr.9.
que dan muy bien de comer/cenar. Aunque sean las 20:00 h., estos saquitos de salmón o esta ensalada Cesar entran de maravilla.
Al final, los niños finalizan con un increíble coctel de piña sin alcohol.
Total: 48,60 €. No llega a 10 € por persona, con bebida.
De vuelta hacia el apartamento a dormir, en una calle llena de pubs (Totorių), nos encontramos con la agradable sorpresa (en su número 13) de una terraza un patio convertido en pista de baile para bailarines aficionados/profesionales. Un lugar súper acogedor para picar algo, tomar una cerveza o copa y pasar la noche bailando. Cada día dedicado a una música diferente. Hoy toca twists americanos años 50. Enlace.
Tras bastante tiempo, y alguna
, continuamos a 
CONSEJO: Si se visitan estos Países Bálticos en verano, procurad comprar en los chinos unos antifaces antes de venir, para poder dormir. Por ejemplo, a finales de julio anochece hacia las 22:00 h. pero a las 4:00 h. de la madrugada ya empieza a clarear y hacia las 5:00 h. ya parece mediodía. Las casas y los hoteles no tienen persianas y en muchos casos las cortinas o estores (si los hay) son muy claritos para dejar pasar la luz en invierno. Así que si queréis seguir durmiendo con normalidad, avisados quedáis. Si no podéis dormir con antifaz, hay un truco. Traed bolsas de basura negras con cinta de carrocero para tapar los cristales de las ventanas, además os servirán para meter la ropa sucia durante el viaje.
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