Salt Lake City (2-4 de agosto) ✏️ Diarios de Viajes de USA

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2 de agosto

Los kms que nos separan de Salt Lake City se nos hacen largos y muy aburridos, pues el paisaje no tiene ningún interés, y no se atisba nada de civilización hasta enlazar con la I-15, la autopista que sube desde Las Vegas. Alguna parada técnica para ir al servicio, comprar algo para beber y rellenar el depósito del limpiaparabrisas es todo lo destacable hasta entrar en la capital del estado Mormón. Nuestro alojamiento está bastante céntrico, en un barrio residencial muy bonito y tranquilo, a 5 minutos en coche de Temple Square, el centro de Salt Lake City, ciudad que tiene el dudoso honor de ser conocida como la "más aburrida de USA". Según nuestra opinión, eso no es cierto (aunque poco le falta).
Nos presentamos en el B&B que tenemos reservado para esta noche y la siguiente, y nos atiende una pareja de ancianos muy amables, simpáticos y con muchas ganas de hablar. Una casita adorable con un bonito jardín en la parte de atrás y un par de habitaciones a nuestra disposición es lo que nos encontramos. Nuestros anfitriones son Malon y Myron, y nos pasamos buena parte de lo que queda de tarde charlando con ellos mientras nos tomamos una cerveza y unas copas de vino en el jardín.


Como nos da un poco de pereza volver a subir al coche para ir a cenar y no hay nada cerca para ir andando, decidimos cenar en la habitación, unas galletas y un poco de fruta que tenemos en la habitación, gentileza de M&M. Mañan dedicaremos el día a ver qué tiene de interesante que ofrecer la ciudad de los mormones.

Distancia conducida: 500 kms.
Alojamiento: Malon's Place. 169€ dos noches, desayuno incluído (AirBnb)

3 de agosto

Hemos dormido como bebés en unas camas tan blandas que cuesta salir de ellas (literalmente). Myron y Malon nos esperan en el jardín con un poco de café y chocolate para Ada, y unas pequeñas madalenas hechas por Malon a modo de desayuno (de cortesía, pues el concepto de desayuno incluido no está muy claro...). Charlamos un rato más con ellos para ver qué podemos hacer en Salt Lake City, y con total sinceridad nos comentan que no mucho. Nos aprovechamos de su buena fe y les pedimos si podemos usar su lavadora y secadora para adelantar algo de colada. Encantados, nos responden que por supuesto y nos explican cómo funcionan ambas.


Una vez puesta una lavadora, salimos a pasar la mañana. Como la intención tampoco es hacer nada concreto, les pedimos direcciones para ir de compras, así tenemos a Ada más contenta. Nos comentan cómo llegar a unos centros comerciales de la zona, y al rato de charlar, salimos con dirección a Temple Square, dónde se encuentra el City Creek, un centro comercial tipo outlet, situado junto al Templo de los Mormones. Aparcamiento subterráneo con plazas grandes, como los coches de USA, y muy barato (primeras 2 horas gratuitas, y 2$ las siguientes).
La primera tienda a la que entramos es Macy's, dónde a nos gastamos buena parte del presupuesto en ropa. Tras visitar varias tiendas más, llega la hora de comer, y lo hacemos en Sbarro's, especializada en pasta y pizzas por muy buen precio. En el propio centro comercial hay una zona dedicada a comida, con el típico McDonalds, chino, italiano, griego y algún otro fast food.
Para los postres, nos metemos en el Kneaders, una pastelería-cafetería-tienda de regalos, situada en el piso de arriba del outlet. Justo enfrente, una especie de convención freaky, con gente disfrazada de varios personajes de Star Wars. This is USA...
Después de tomar unos pasteles de postre, volvemos a casa de Malon, para poner una secadora, dejar las compras y dirigirnos a otras de las zonas comerciales que nos comentaron esta mañana. Se trata del Brickyard y el Sugar House, con tiendas tipo "chino", todo mucho más cutre que el City Creek, al que volvemos después de dar una vuelta por estos dos sin muchas ganas en vista de lo que ofrecen. De vuelta al City Creek, aprovechamos para dar un vistazo al Templo de los Mormones, espléndido por fuera, pero que no se puede visitar por dentro. Por la zona, parece que todos los hombres vayan de uniforme, pues todos llevan camisa blanca y corbata. Sin exagerar, da un poco de mal rollo verlos a todos vestidos igual, con las mismas camisas. Por cierto, si queréis comprar una y camuflaros con la fauna autóctona, en el mismo City Creek vimos una tienda en la que venden. Seguro que se forran.



Damos vueltas y más vueltas por el centro comercial (Starbucks, H&M, Cheesecake Factory...), parece que las tiendas no acaban nunca. Por suerte, las compras de souvenirs que hacemos son baratijas, porque si no se nos dispara el presupuesto. Buscamos como locos alguna tienda en la que comprar una botella de vino para agradecer a nuestros anfitriones el dejarnos usar la lavadora y secadora, pero en Utah, esto es bastante complicado. Las tiendas en las que se puede comprar alcohol son muy pocas y reguladas por el estado. Al final nos quedamos sin poder comprar el vino, pues no teníamos ninguna lo suficientemente cerca para no coger el coche o llegar antes de que cerraran. Para no ir con las manos vacías, al final les compramos una libretita y un bolígrafo para que los huéspedes les pudieran hacer unas dedicatorias de despedida.
Cenamos otra vez en el Food Court del City Creek (esta vez cada uno a su bola: McDonalds, chino y ensalada), y después de cenar volvemos a la casa de Malon, recogemos la ropa de la secadora, charlamos un rato más con M&M y nos retiramos a descansar.
Realmente, Salt Lake City debe tener mucho más que ofrecer, pero como etapa de descanso no está tan mal. La fama de ciudad más aburrida de USA creo que es exagerada, pero imagino que en gran parte debe estar relacionada con el hecho de no poder encontrar alcohol fácilmente...

Distancia conducida: 30 kms.

4 de agosto

Hoy tenemos que dejar a la encantadora pareja de M&M, partimos hacia Yellowstone. Al levantarnos y tras dejar todo el equipaje a punto para marchar, nos encontramos con la sorpresa que Malon hoy no nos ha preparado unos muffins para tomar con el café, así que nos lo tomamos con galletas mientras compartimos otro rato de agradable charla con ellos, hasta que Myron tiene que salir por cosas de trabajo (aunque está ya jubilado, sigue haciendo cositas de arquitecto para amigos). Con mucha pena, prometemos volver a verlos antes de partir a casa, pues tenemos el vuelo desde Salt Lake City. Pasadas las 11 de la mañana, dejamos el barrio residencial y enfilamos por la I-15 hacia el norte, parando poco después de dejar los últimos restos de Salt Lake City para llenar el depósito de gasolina. Conducimos durante bastantes millas por la autopista paralelamente al Gran Lago Salado que da nombre a la ciudad, sin más vistas que centros comerciales, gasolineras, alguna fábrica y las montañas que albergaron los JJOO de invierno en 2002 a nuestra derecha. La verdad es que es de los trozos más monótonos y aburridos por los que hemos circulado en USA.

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