El plan de hoy es ir a pasar el dia en Basilea, ya que tenemos el vuelo a las 20:30.
Tomamos el bus de Rust a Ringheim y luego el tren a Freiburg y de allí otro tren a Basilea. En total tardamos un par de horas y pagamos unos 23€.

Llegamos a la estación de tren de Basilea, que es una maravilla de piedra y cristal.

Nosotros la descubrimos demasiado tarde, sino, hubiéramos pedido un mapa.


El centro de la ciudad está a más de un kilómetro, y vamos con la mochila a cuestas, así que tomamos un tranvía. El billete simple cuesta 2,30€, ¡Qué barbaridad con los precios en Suiza!

Hay un montón de líneas de tranvía que pasan por la estación de tren. Nosotros tomamos el 11 y bajamos en el centro del casco antiguo, esto es la Marktplatz, dónde está el ayuntamiento.
El ayuntamiento o Rathaus, construido en el siglo XVI, es peculiar por dentro y por fuera. Su fachada es roja como el viejo ayuntamiento de Friburgo, pero este es más grande, consta de dos edificios góticos unidos y una torre. La fachada está decorada con ilustraciones de figuras históricas y alegóricas y también lo está el patio, en el que se puede entrar libremente.
Paseamos por las calles peatonales de detrás del ayuntamiento. Es domingo por la mañana y hay poca gente. La iglesia Martinkirche, la más antigua de Basilea, es robusta y austera.
Estamos muy cerca del río, y decidimos cruzarlo. El Rhin, a su paso por Basilea, es caudaloso pero tranquilo. Hoy es un día excepcionalmente cálido y hay locales bañándose en él.

En la orilla noroeste están los barrios más modernos y hay un bonito paseo para disfrutar de las vistas del casco viejo. Después de descansar un rato (y usar un baño público gratuito, hay varios por toda la ciudad, ¡qué detalle!).

Volvemos al casco antiguo por el siguiente puente y muy cerca nos queda la catedral, o Münster, de estilo gótico y piedra rojiza, dentro (en una columna, a la izquierda del altar) se encuentra la tumba de Erasmo de Rotterdam. Destaca el gran claustro y el parquecito que hay detrás, con vistas al río.
Se ha hecho la hora de comer y no nos podemos permitir un restaurante de los del centro.


Basilea tiene más de 200 fuentes y por lo que he leído el agua es potable en todas ellas (excepto la de Tinguely, que es más bien una balsa, con figuras mecánicas de hierro). Quizá por ello y para compensar, además de fuentes, hay un montón de baños públicos gratuitos.

Subimos ahora por las empinadas calles con casas de ventanas blancas y porticones de madera, en dirección a la Spalentor, una de las tres puertas medievales de la ciudad. Con una torre cuadrada central y dos cilíndricas en los laterales, no es muy alta, pero tiene pinta de haber sido infranqueable en su día.
Y ahora retrocedemos en dirección a la estación, paseando con calma por las tranquilas y peatonales calles del centro.
Para ir al aeropuerto, en la estación de tren de Basilea tomamos el bus 50 que tiene mucha frecuencia y cubre el trayecto en unos 20 minutos y por 4€.
Una vez en el aeropuerto, habiendo tormentas en Barcelona, nos preparamos para cualquier cosa.
Nuestro vuelo estaba previsto a las 20:30 pero en las pantallas ponía: info at 20:30. De embarcar, nada.

En la app de Easyjet nos ponía: Vuelo retrasado: 2 horas.

Llegan las 20:30 y el móvil nos avisa: Vuelo Cancelado.



Easyjet tiene un sistema super simple, pero en este momento de nervios es fácil equivocarse.

- Lo primero que hacemos es darle al botón de: Solicitar alojamiento. Ponemos nuestros datos y la app nos dice que nos avisarán por mail y sms.

- Siguiente botón: Cambiar vuelo. En la app nos muestra las opciones: para mañana no hay nada. Miramos en Vueling, ¡aquí sí que hay! Compramos.
- Último paso: Solicitar reemborso en Easyjet. En un click.

Al cabo de un rato nos sacan en autobús de la terminal. Recibimos el mail con el nombre del hotel. Está en Saint-Louis, una población muy cercana.
Preguntamos al punto de información del aeropuerto cómo llegar. Les decimos que somos de los que Easyjet ha cancelado. Nos dicen de llamar al hotel. Eso hacemos. Nos mandan un taxi.
En la zona de taxis hay muchas personas como nosotros, que van al mismo hotel.



El hotel Villa K es fantástico, super nuevo y moderno. En recepción nos toman nota de la hora a la que queremos tomar el taxi mañana hacia el aeropuerto.

Hay que cenar rápido que el restaurante (de lujo) está a punto de cerrar. Easyjet nos cubre hasta 15€ por persona.