Ir a la Rivera Maya y no ir a un cenote debería ser delito. Una de las riquezas naturales más comunes de la zona. Nosotros nos decidimos por este por recomendación de un conductor de van que comentó que aunque algo caro estaba muy bien y a una distancia cómoda de la federal. Miráramos un poco por internet y nos terminamos de convencer.

Una de las justificaciones del precio de este cenote es que se realiza una visita guiada. Se trata de un conjunto de 4 cenotes abiertos hace apenas 2 años. El recinto cuenta además con un hotelito.
Desde el Sirenis se coge la van en dirección Tulum y se pide la parada de este cenote, coste 30 pesos por persona. Una vez se llega se pasa como a 50 metros un control de acceso general con un guarda. Después de ese control en unos 300 metros están las taquillas del cenote. El coste es de 400 pesos y como en todos te colocan una pulserita. Aquí ya nos informan de que no están permitidas cremas ni demás que dañan el agua.
Una vez pasadas las taquillas otros 250 metros nos separan la las instalaciones principales. Cuentan con baños, duchas, cabinas para cambiarse, zona de taquillas/consignas (incluido en precio), zona de bar y la zona de recogida del equipo de snorkel. El precio incluye el equipo menos el tubo por tema de higiene, aunque no es necesario el tubo en ningún cenote. Es necesario escarpines o similares por las rocas y estalagmitas de los cenotes cerrados.


Como decía se trata de 4 cenotes: 3 cerrados y uno abierto. El guía te acompaña de uno a otro y además de explicar historia de la zona y de los cenotes son gente majísima que responden a preguntas sobre cultura, vida en la zona... Los cenotes cerrados si no hubiéramos ido con el guía igual ni nos hubiéramos metido pero estaban geniales. Se accede por una apertura minima a espacios interiores mucho más amplios.
En el abierto hay varios puntos para saltar y te dejan todo el tiempo que quieras. No está nada masificado y se pasa una mañana la mar de agradable.

El bar tiene buenos precios y hacen zumos naturales.