Cuando y donde ver la floración en Caderechas en 2024
La floración de los cerezos en el Valle de las Caderechas (Burgos), es sin duda por lo que más se conoce el valle.
La fecha depende de la climatología que haga la floración de los cerezos puede adelantarse o retrasarse. Este 2024, se prevé la primera quincena de abril [actualizado el 20 de marzo].
La floración de los cerezos en Caderechas no es cosa de un par de días. Te aseguramos que durante gran parte del mes de abril podrás gozar de esta experiencia.
¿Dónde ver los cerezos en flor?
Nuestra recomendación es que visites varios pueblos del valle como Huéspeda, Herrera o Quintanaopio. Puedes moverte entre ellos tanto en coche, bici o andando. Si vas en coche lo mejor es que recorras todo el valle por carretera parando en los pueblitos que te llamen la atención. Son unos 30 km en los que verás muchos cerezos y te llevarás una idea bastante buena de lo que es el valle.
A pie entre los cerezos en flor de la provincia de Burgos
siguiendo la ruta de "Las Canales de Madrid"
Un recorrido a pie por el Valle de Caderechas disfrutando de algunos de los paisajes más bonitos de la zona, entre árboles frutales, vegetación y pueblos con encanto
De abril a mayo, el Valle de Las Caderechas ofrece uno de los mayores espectáculos de la primavera, la floración de los cerezos. Cada año el paisaje se tiñe con un manto blanco que rodea a los pintorescos pueblos de la zona y deja imágenes inolvidables. Estampas que se remontan a siglos atrás, ya que está documentado que el cultivo de los cerezos en este valle ya se producía en los siglos XI y XII.
Entre flores de cerezo, montes de pino e imponentes laderas
Cientos de cerezos en flor, situados en la comarca de Bureba, al norte de la provincia de Burgos, se convierten en esta época en la excusa perfecta para hacer una escapada y recorrer la zona disfrutando de una ruta en plena naturaleza. Una idea es seguir ‘Las Canales de Madrid’, un recorrido a través del Valle de las Caderechas que combina el bello paisaje de la floración con bosques de pinos y quejigos, arquitectura popular y rincones llenos de encanto. Se trata de una ruta de senderismo de 17 kilómetros que nace y comienza en el mismo punto, atravesando en su recorrido frondosos bosques y cortados rocosos.
La pequeña localidad de Rucandio es el punto de partida. Desde el lugar en el que se encuentra su iglesia parroquial, caracterizada por una sencilla portada del siglo XVII y una espadaña con grandes campanas, se puede contemplar una maravillosa vista panorámica del Valle de Las Caderechas. Junto al cementerio que se encuentra al lado del templo hay un mirador que permite vislumbrar la ruta que se va a iniciar.
De camino hacia la población de Madrid de las Caderechas el recorrido sigue por una pista forestal que se adentra en una zona de frutales. Cientos de cerezos en flor y otros árboles como manzanos, nogales y melocotoneros, se convierten en la antesala del espeso bosque que se extiende por las laderas del valle. Aquí, grandes pinos y quejigos junto a un denso sotobosque, dominado por los helechos, son el entorno en que habitan numerosos animales salvajes, desde corzos a jabalíes. Pero no es la única fauna que está presente en estos paisajes. Ardillas, martas, gatos monteses a pie de suelo y pájaros piquituertos y carboneros, junto a águilas culebreras, halcones abejeros, gavilanes y azores, son algunas de las numerosas especies que habitan en estos territorios.
El recorrido lleva hasta otro lugar insólito una vez pasados los pagos de La Nava, El Val y Piedra Agudilla. En la bifurcación de este punto, la ruta sigue por el ramal de la derecha y muy cerca de este cruce se encuentra un saliente de color blanco de gran tamaño. Es caolín, un tipo de arcilla blanca utilizada para hacer porcelanas. Este tipo de formación rocosa, junto a otras del valle, son del Cretácico Inferior y del periodo Jurásico. Tal es la antigüedad de algunas de las rocas y materiales de la zona que se pueden encontrar numerosos fósiles de grandes ammonites y belemnites.
El camino entra después en el pueblo de Huéspeda. Su altitud, (a)859 metros, hace posible volver a contemplar una excelente... Leer más ...
Hoja de ruta básica: senderismo, pueblos y miradores imprescindibles
Escapada a Las Caderechas: el bucólico valle de
los cerezos de la provincia de Burgos
Érase una vez un lugar llamado Las Caderechas, un pequeño y poco conocido rinconcito del norte de la provincia de Burgos, pintado de color verde manzana y rojo cereza. Un bonito destino de cuento para una perfecta escapada primaveral con una cita clave: la floración. He aquí la hoja de ruta básica para no perdérselo ni perderse.
Hoja de ruta básica: senderismo, pueblos y miradores imprescindibles
Escapada a Las Caderechas: el bucólico valle de
los cerezos de la provincia de Burgos
Érase una vez un lugar llamado Las Caderechas, un pequeño y poco conocido rinconcito del norte de la provincia de Burgos, pintado de color verde manzana y rojo cereza. Un bonito destino de cuento para una perfecta escapada primaveral con una cita clave: la floración. He aquí la hoja de ruta básica para no perdérselo ni perderse.
Érase que se era un bonito enclave llamado Las Caderechas, lleno de fértiles llanuras donde crecen espléndidos árboles frutales, al norte de la provincia de Burgos. Érase que se era un lugar apodado como “El Valle de las Sensaciones”, a medio camino entre el austero paisaje paramero de La Lora y el Valle de Valdivielso. Érase que se era un destino encantador repleto de pintorescos pueblitos de arquitectura medieval. Un lugar de cuento de auténtica realidad, perfecto para una escapada de primavera. Bienvenidos a Las Caderechas.
Un destino de cerezos, manzanos, bosques y pueblos bonitos
Las Caderechas es un pequeño destino de La Bureba burgalesa, de no más de 100 kilómetros cuadrados, que tiene muchísimo que ofrecer siempre, y muy especialmente en primavera. Hacia mediados y finales de abril, y siempre a merced de la meteorología, sus cientos de cerezos en flor tiñen el paisaje de blanco, reproduciendo ese espectáculo tan deseado, fotografiado, anhelado y, efímero, como es la floración.
En primavera, Las Caderechas rezuma magia, luz y belleza, gracias a este espectáculo natural que, sumado al de sus paisajes siempre verdes y sus pueblos siempre bonitos, hacen de éste el destino perfecto para una escapada renovadora. Un lugar en el que lo fundamental es abrir bien los pulmones para respirar y los ojos para deleitar la mirada a base de campos de cerezos y manzanos (que, además de calidad, tienen larga tradición, pues ya están reseñados en documentos del Monasterio de San Salvador de Oña fechados en el año 1032).
La principal puerta de entrada a “El Valle de las Sensaciones” es Salas de Bureba, un pueblecito de abundantes casonas señoriales que bien merece una parada para mimar la vista y situarse en el mapa. Porque, si nos situamos bien y avanzamos por su carreterilla, estrecha y tranquila, nos adentraremos directamente en el corazón de este bucólico lugar.
La carretera nos lleva a Aguas Cándidas que, haciendo honor a su nombre, cuenta con varios manantiales que nutren de aguas claras el arroyo Vadillo. Éste es un bonito lugar para regodease en la arquitectura tradicional, ya que abundan las casas típicas de la comarca, tanto las construcciones campesinas de piedra como las elegantes casas señoriales con escudos blasonados.
Hozabejas es muy pintoresca, rodeada de bosques y árboles frutales, a los pies de la Peña Cironte y a las puertas del desfiladero del que hereda su nombre, por la estrecha y profunda hoz que antecede al pueblo. Su alargado perfil urbano todavía conserva una llamativa arquitectura popular de entramados de madera, así como restos de... Leer más ...
Hoja de ruta básica: senderismo, pueblos y miradores imprescindibles
Escapada a Las Caderechas: el bucólico valle de
los cerezos de la provincia de Burgos
Érase una vez un lugar llamado Las Caderechas, un pequeño y poco conocido rinconcito del norte de la provincia de Burgos, pintado de color verde manzana y rojo cereza. Un bonito destino de cuento para una perfecta escapada primaveral con una cita clave: la floración. He aquí la hoja de ruta básica para no perdérselo ni perderse.
Érase que se era un bonito enclave llamado Las Caderechas, lleno de fértiles llanuras donde crecen espléndidos árboles frutales, al norte de la provincia de Burgos. Érase que se era un lugar apodado como “El Valle de las Sensaciones”, a medio camino entre el austero paisaje paramero de La Lora y el Valle de Valdivielso. Érase que se era un destino encantador repleto de pintorescos pueblitos de arquitectura medieval. Un lugar de cuento de auténtica realidad, perfecto para una escapada de primavera. Bienvenidos a Las Caderechas.
Un destino de cerezos, manzanos, bosques y pueblos bonitos
Las Caderechas es un pequeño destino de La Bureba burgalesa, de no más de 100 kilómetros cuadrados, que tiene muchísimo que ofrecer siempre, y muy especialmente en primavera. Hacia mediados y finales de abril, y siempre a merced de la meteorología, sus cientos de cerezos en flor tiñen el paisaje de blanco, reproduciendo ese espectáculo tan deseado, fotografiado, anhelado y, efímero, como es la floración.
En primavera, Las Caderechas rezuma magia, luz y belleza, gracias a este espectáculo natural que, sumado al de sus paisajes siempre verdes y sus pueblos siempre bonitos, hacen de éste el destino perfecto para una escapada renovadora. Un lugar en el que lo fundamental es abrir bien los pulmones para respirar y los ojos para deleitar la mirada a base de campos de cerezos y manzanos (que, además de calidad, tienen larga tradición, pues ya están reseñados en documentos del Monasterio de San Salvador de Oña fechados en el año 1032).
La principal puerta de entrada a “El Valle de las Sensaciones” es Salas de Bureba, un pueblecito de abundantes casonas señoriales que bien merece una parada para mimar la vista y situarse en el mapa. Porque, si nos situamos bien y avanzamos por su carreterilla, estrecha y tranquila, nos adentraremos directamente en el corazón de este bucólico lugar.
La carretera nos lleva a Aguas Cándidas que, haciendo honor a su nombre, cuenta con varios manantiales que nutren de aguas claras el arroyo Vadillo. Éste es un bonito lugar para regodease en la arquitectura tradicional, ya que abundan las casas típicas de la comarca, tanto las construcciones campesinas de piedra como las elegantes casas señoriales con escudos blasonados.
Hozabejas es muy pintoresca, rodeada de bosques y árboles frutales, a los pies de la Peña Cironte y a las puertas del desfiladero del que hereda su nombre, por la estrecha y profunda hoz que antecede al pueblo. Su alargado perfil urbano todavía conserva una llamativa arquitectura popular de entramados de madera, así como restos de un acueducto del siglo XVII, que servía para conducir las aguas del arroyo Hozabejas hasta las... Leer más ...
Todas las primaveras, entrado el mes de abril, el Valle de Las Caderechas –un pequeño y sorprendente enclave burgalés situado en el costado noroccidental de la comarca de La Bureba – se cubre con el espectacular manto blanco de sus miles de cerezos en flor.
Cualquiera de las tranquilas carreteras comarcales que atraviesan la zona y comunican entre sí todas las localidades permiten contemplar unos paisajes inolvidables, en los que el estallido de las flores es el mejor anuncio de una escogida cosecha de cerezas, que al llegar el verano hará las delicias de los consumidores más exigentes.
Debido a la altitud a la que se sitúa el Valle y a su peculiar microclima, la floración de los cerezos empieza más tarde que en otras regiones de la geografía peninsular y lógicamente finaliza después.
Este valle burgalés, situado entre Las Merindades y La Bureba, es conocido por la calidad de sus cerezas y manzanas. Los templarios ocuparon el castillo arruinado que domina Rio Quintanilla.
Entre montañas y cerezales se estiran –nunca mejor dicho- pueblos que han conservado la arquitectura de montaña burgalesa.
Terminón, Bentretea, Cantabrana, Quintanaopio, Rio Quintanilla, Aguas Cándidas, Rucandio, Castellanos, Huéspeda, Madrid de las Caderechas, Hozabejas y el recóndito Padrones. Poblaciones pequeñas que mantienen el encanto de otros tiempos. De antes de la gran emigración. Cada una con su iglesia. Todas valiosas pero ninguna como la ermita de San Emeterio y San Celedonio, en Rio Quintanilla. Una joya del románico (siglos XI/XII), solitaria a los pies de los cortados del Castilviejo.
Las Caderechas es un pequeño y sorprendente enclave burgalés situado en el costado noroccidental de la comarca de La Bureba.
Salas de Bureba es la puerta de entrada a Las Caderechas desde la llanura burebana.
Coincidiendo con la floración de los cerezos, el Valle de las Caderechas se convierte en una explosión de color blanco. Sin embargo, cualquier época es buena para visitar una zona plagada de sensaciones y disfrutar de la variedad de registros que ofrece.
Las localidades de Aguas Cándidas, Padrones de la Bureba, Río-Quintanilla, Hozabejas, Rucandio, Madrid de las Caderechas, Ojeda, Herrera de Caderechas, Quintanaopio y Cantabrana forman un circuito perfecto para perderse y gozar de una tranquilidad y una belleza natural que resultan difíciles de igualar.
Ruta 2: Páramo de Masa, Poza de la Sal y Valle de Las Caderechas
Ruta 3: Desfiladero y Valle del Ebro
Ruta 4: Condado de Treviño
Ruta 5: Entre los ríos Oca y Tirón
Ruta 6: Tierras rojas y blancas
Información de las rutas, guía a color y las coordenadas GPS de las rutas, así como una guía turística del territorio de La Bureba en la web de Turismo Diputación de Burgos: www.burgos.es/ ...-la-bureba