Bueno, aquí estoy. Siento el despiste pero se me fue la pinza porque dejé los comentarios del hotel y al final me olvidé del comer y el beber convencida de que lo había hecho.
Estuve una semana escasa a finales de septiembre.
El
Morito no lo probé porque era una locura y no me gusta ese ambiente de mogollón y empujones. Hice amago pero después de 20 minutos sin dejar de recibir empujones y sin sitio para estar ni de pie y sin haber podido pedir, me fui del local. Ojo era entre semana, una tarde-noche de miércoles o martes. Cuando pasé por delante en viernes y sabádo, ya era demasiao'.
Fábula.
Era uno de los sitios que me llamaban mucho la atención y que quería probar en este viaje gastronómico a Burgos; hice mi reserva para dos y ¡¡qué desastre!
El maître sobra con su nerviosismo constante, su pomposidad artificial y su prepotencia sin el menor interés en escuchar más que su propia voz. Una carta de vinos tamaño guía telefónica (incomódisima) sin apenas vinos por copas y de la que el maître tampoco te deja elegir. No tiene la delicadeza de averigüar el grado de conocimiento del cliente para con los vinos y cervezas y se limita a dejarlo a la altura del betún (o eso cree él) dando por hecho que sólo entiende él de la materia.
Los platos son originales pero tampoco nada demasiado especial para el ambiente que han montado y para el autobombo que se dan.
El servicio en sala y la agilidad en cocina son pésimos. Con sólo otra mesa más con dos personas: no daban abasto, no acertaban con las comandas y tardaron 45 minutos entre dos platos que no requerían preparación.
Cena para dos con dos entrantes, dos platos, dos postres, una copa de vino, agua y un vino de postre: 81,75 eur. Caro para los resultados.
Ni volvería a ese sitio ni se lo recomiendo a nadie. Si cambiaran de maître, quizá pero con el actual, ni en broma. De hecho tenía otra reserva para la noche siguiente y la cancelé allí mismo.
El 24 de La Paloma.
Servicio poco agradable y comida muy cara para lo normal que es.
El sitio es bonito pero no merece la pena para nada pagar 91,19 euros por una comida para dos compuesta por un menú castellano (27 euros) para un comensal y para el otro dos platos, agua con gas y un postre.
Algo bueno: el agua con gas es San Pellegrino. Lo demás mal: un par de vinos por copas, nula carta de cervezas, comida pasable y nada original.
El Huerto de Roque.
Un sitio excelente.
Tras el fiasco del Fábula nos topamos con El Huerto de Roque por casualidad y fue tan fantástica experiencia que volvimos tres veces.
Está la ladito de la catedral y es relativamente nuevo.
Se entra por el bar y la sala no es muy grande; las mesas las adaptan cada día a las reservas previstas. Por poner un pero, cuando está todo lleno es algo ruidoso por ser pequeñito pero depende del día. Tampoco es exagerado y la comida lo merece. Lo mejor ir pronto.
La maître es una joven encantadora que te hace la estancia más agradable todavía explicando cada plato y estando pendiente sin que se note.
Se trata de cocina imaginativa y de mercado con una carta no muy extensa pero suculenta y sorprendente pues de un ingrediente sencillo sacan verdaderas delicias.
Algún ejemplo para no dejar pasar: el tiradito de pulpo, las pochas salteadas, la lasagna de sepia o los tigres sorpresa. No todo es lo que parece y se disfruta en todos los sentidos.
La carta de bebidas es igualmente genial porque, siendo breve, es muy completa con cavas chardonnay poco habituales y ¡¡carta de cervezas belgas!! Pocas sí, pero para quien es especialista en ese campo poder maridar debidamente un plato con una cerveza belga es un lujo en este país.
Ah, y los precios muy normales. Dos personas con seis platos-raciones, botella de cava, agua, dos postres, vinos de postre: 61 euros.
Recomiendo reserva sobre todo por las noches.
Abre de lunes a sábado para comidas y de jueves a sábado para cenas.
www.elhuertoderoque.com
No dejéis de ir a comer o cenar al Huerto de Roque porque merece la pena tanto para los que vamos de visita como para los burgaleses. Cierto es que he leído alguna opinión negativa por tardanza en servir; yo siempre ceno o como muy a la europea, es decir que voy prontito y no suelo encontrar mucha gente en los locales lo que es una gran ventaja con los tiempos. Eso sí, cuando tienen el local lleno sí van más lentos.
Royal.
La denominación oficial del sitio es "tapería-bocatería" y es un lugar delicioso para desayunar, comer, picar algo o cenar. Lo tenía al ladito del hotel y no faltamos un día a desayunar (además de algúnq ue otro picoteo otros días).
Tiene unas tapas fantásticas, algunas ganadoras de concursos. Son agradables y simpáticos y tiene terraza.
Está en Huerto del Rey, 25.
Algunos precios: caña, 1,60eur; tapas entre 1,50 y 2 eur. Desayuno con zumo de naranja natural 3,30eur; café 1,10 eur; pincho (enorme) de tortilla paisana 1,40 eur.
Muy recomendable.
En la misma plaza de Huerto del Rey, en el nº 21, hay una joya para los amantes de la cerveza, sobre todo belga.
Se trata de la
cervecería Flandes (
www.cerveceriaflandes.es ). Un pequeño local con terraza en el que un cervezólogo se siente como en casa. Hay unos diez grifos de cerveza belga (además de decenas de referencias en botella) para darse el gustazo de tomarse una Barbar, una Kwak o una Duvel de barril, por ejemplo. Tienen algunas alemanas también. Ah, y por supuesto en sus copas correspondientes y perfectamente tiradas.
Huelga decir que me he pasado horas en este local durante estas vacaciones.
Y esto es todo lo referente al tema de "comercio" y "bebercio" en Burgos que os puedo contar. Mil gracias a los foreros cuyas notas me ayudaron antes de hacer el viaje.