En solitario por Castilla-León ✏️ Blogs of Spain

Después de la tan buena experiencia del viaje en solitario y de mochilero del verano pasado por Italia, Eslovenia, Croacia, BiH, Serbia y Bulgaria, no he podido aguantar hasta el siguiente verano y me he hecho una escapadita de unos días por Castilla-León (Palencia, Valladolid, Burgos y Salamanca), para acabar en Madrid en casa de unos amigos.

PALENCIA
Como ya hice en el anterior diario, intentaré ofrecer mis experiencias para que sirvan como consejos para futuros viajeros y para todos los foreros que lo lean.
La elección de esta ciudad no ha sido casual. En primer lugar se encuentra a medio camino de Burgos y de Valladolid, con conexiones en tren y autobús suficientemente aceptables. Además, es la única de las tres ciudades en las que hay albergue juvenil: pago las cuatro noches en Palencia un poco menos que una noche en las otras ciudades. Por último, me parece una ciudad a descubrir.
El viaje desde Bilbao a Palencia se puede hacer en el autobús (ALSA) que une Valladolid y Salamanca con Bilbao. Sin embargo, a mí me gusta más el tren (RENFE) y éste tenía un buen horario. Tarda cuatro horas en hacer el recorrido (incluida media hora de parada en Miranda de Ebro). El precio del pasaje ha sido irrisorio (14€). La parada de Palencia (sólo hay una) es bastante céntrica.
Respecto al alojamiento, antes de contar la visita, lo hago en el albergue juvenil. Está situado en el otro extremo de la ciudad. Si miras el mapa de la oficina de turismo, en el Sur (justo donde termina el mapa), en la calle los chalets, nº1. Es una pasada en cuanto a la relación calidad-precio. Está abierto las 24horas. Por unos 11’5€ tienes alojamiento y desayuno!! A mí me ha tocado una habitación doble!! Y de momento, tengo la suerte de estar sólo!!
La localización no es problema porque hay varias líneas de autobús que tienen parada cerca del albergue. Yo cogí desde la estación de tren la línea A (0’53€ ), pero descubrí que también la B y otra más tienen paradas coincidentes con la estación de tren y autobuses, que están pegadas.



Asimismo, aunque en el mapa parezca que está lejos, Palencia es pequeño. Me he recorrido el mapa de Sur a Norte, con algunas paradas en medio, en hora y media. Por lo que estimo que el centro de la ciudad está a unos 15-20 minutos andando desde el albergue.

Palencia es una ciudad pequeñita, limpia y, en esta época del año, heladora.


Sí, has visto bien; los pobres patitos están encima de las aguas heladas del río.

Me gusta el hecho de que tengan el río a un lado de la ciudad, pudiendo dar un paseo agradable por la ribera, así como disfrutar de sus puentes antiquísimos sobre el Carrión.


Respecto a los monumentos de la ciudad no me han parecido espectaculares, si bien tiene varios reseñables.



Tan hermosa como la propia catedral era el patio o explanada donde está ubicada


Sin embargo, me ha llamado la atención la predisposición de la ciudad hacia el turista y los peatones en general. La zona peatonalizada es muy abundante, con calles muy largas absolutamente peatonales, como la calle mayor.


Un fallo que he encontrado es que no se realizan visitas guiadas por la ciudad por parte de la oficina de turismo o empresas privadas.

Es muy curioso que allá donde pueden colocan una figura de bronce o alguna escultura moderna de esas que no hay quien las entienda. Están en todas las plazas y recovecos que puedas pensar.
Escultura al maestro:


Escultura al labrador


Escultura a la aguadora


Escultura de procesiones


De un realismo tal que hasta los ojos son expresivos


Escultura al hombre “bien dotado”


Escultura a Marta Domínguez

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DOMINGO 12/2/2012 VALLADOLID

El día se levanta soleado a menos no sé cuántos grados. El albergue tiene mesas para 108 servicios en el comedor del desayuno, pero hay 107 libres (evidentemente, la otra la ocupo en solitario). Insisto en que el albergue es muy atractivo: barato, limpio, conformtable, espacioso, calentito (que es importante)…

Me doy un paseo hasta la estación del tren para entrar en calor (crasso error, es mentira que andando rápido te calientes). El tren a Valladolid sale a las 10:21 (hay bastantes, porque el recorrido es intermedio en otros recorridos más amplios; el mío iba hasta Santander). Me cuesta 4’25€ y llega en 50 minutitos.

La parada de Valladolid está dentro de la ciudad, así que perfecto. Nada más salir llegas a una explanada y un parque que te advierte de la ubicación de la oficina de turismo. Allí me dirigí inemediatamente, porque quería hacer la visita guiada a l museo de la escultura, que salía a las 12:00. Sin embargo, no hubo suerte, para una visita guiada que encuentro (en Palencia no había y en Burgos, como se verá, tampoco) estaba llena. Pues nada, a seguir vuestros consejos, especialmente los de Yennefer.
Al lado de la oficina de turismo, junto a la explanada del “campo grande”, donde podéis encontrar decenas de pavos reales, por cierto; bueno, al final de dicho parque se encuentra la estatua de un insigne de la ciudad: José Zorrilla



También desde ese lugar uno se sorprende por la belleza de la fachada de la Academia de la Caballería.


El mapa turístico que entregan en la oficina y que puedes ver en muchos sitios (en la propia plaza de Zorrilla, por ejemplo) deja bien claro que la parte más atractiva para el turista está a la derecha del río.


Yo me orienté por él y así acabé en la Iglesia de San Pablo y en la Catedral.

San Pablo



Es grande y hermosa. Destaca su fachada tan recargada de detalles, ya que el interior me pareció sencillo, incluso oscuro.


Esta otra fachada de la Catedral es más limpia


Cerca de la Catedral se encuentra también el colegio de San Gregorio, con un el museo nacional de escultura al que no accdedí. Su fachada nuevamente recargada, pero bonita.



Ya que estamos con fachadas barrocas, no puede faltar la de la universidad


A diferencia de la Catedral, una iglesia que me sorprendió gratamente fue la de la Antigua, con su torre campanario tan característico.




De visita obligada era la casa de Zorrilla.


La entrada es gratuita y cada media hora realizan un pequeño recorrido explicativo muy entretenido, que te permite contextualizar mejor lo que vas viendo.

Al igual que en Palencia no faltan estatuas figurativas y otras más abstractas (que no me gustan). Como ejemplo, en la Plaza de España estaba una fuente con una bola del mundo giratoria y unos niños divirtiéndose, supongo que para completar la alegoría)


La ciudad tiene tanto avenidas amplias, con aceras muy cómodas para pasear; como zonas peatonales, que son un gran atractivo para el turista, e intuyo que para el comercio de la ciudad. Una de estas zonas peatonales conduce a la Plaza Mayor, con soportales, pero diferente a lo que me imaginaba.


En ella destaca el ayuntamiento entre otros edificios, todos ellos muy bien conservados.


Desde esta plaza se puede avanzar por la zona peatonal hasta otra plaza: la de la Fuente Dorada.


Se aprecia en la foto el frío que hacía, para variar, llegando a congelar el agua de la fuente.

Nuevamente me dirigí hacia la estación de tren para coger la vuelta siete horas más tarde (3’60€, 40 minutos). En el camino aproveché para sacar una foto al monumento a Colón, situado en frente de la estación.

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El viaje a Burgos desde Palencia lo he hecho en autobús, con una compañía local “Abel”. Por unos 6’50€, tras un viaje de 1’5h me ha dejado en la estación de autobuses de Burgos. Está muy bien situada (no así el tren), muy céntrica, a escasos 300 metros de la catedral.

Así que lo primero que he visto al salir de la estación, además de la nevada que estaba cayendo, ha sido esa maravilla.



He de advertir que nunca la había visto, ni siquiera por fuera, ya que no conocía Burgos. Es espectacular. Además está restaurada hasta el más mínimo detalle, por lo que puedes disfrutarla por completo.

Lo primero que he hecho ha sido visitar la oficina de turismo que está bajo la catedral. Allí me han dado un mapa y un librito con diez rutas (que al final no he seguido), además de comprar la entrada para visitar la Catedral (5€).

En verdad que he estado gafado. Entiendo que por ser Febrero haya menos turistas (lo prefiero) y eso condicione las visitas guiadas: no hay visita guiada a la Catedral, más que los fines de semana. Pero ya es mala suerte que el Castillo esté cerrado por “riesgo para la salud de los visitantes” debido a la dificultad de acceso por la nieve. A ello hay que unirle que el museo de la evolución humana, ha sido el primer lugar al que me he dirigido tras comprar la entrada a la Catedral, estaba cerrado por ser lunes!! Bueno, que por mí no quede. Siguiendo vuestros consejos me acerco al monasterio de las Huelgas (vaya nombrecito) al Oeste de la ciudad. Si aciertas a la primera, tardarás unos 20 minutos desde la oficina de turismo; evidentemente yo he tardado casi la hora. ¿Para qué? Has acertado, para encontrármelo cerrado por ser lunes!!


Decidido. Voy a patearme la ciudad e ir descubriéndola. Así, por ejemplo me he encontrado con un edificio que no figuraba en la lista a visitar: el palacio arzobispal, majestuoso.


Recorro la ribera del río Arlanzón, desde Plaza de Castilla, pasando por el Paseo de la Isla y por el del Espolón. A pesar del frío (-4º C) y de que nevaba, es una delicia de paseo. No me lo quiero ni imaginar en primavera, con los árboles con hojas, dando sombra en un día soleado…


El paseo del Espolón acaba en el Teatro Principal (un edificio muy bonito) y en la plaza de Mío Cid, donde destaca entre el tráfico su monumento


Desde ahí, a tiro de piedra está la Casa del Cordón, un edificio muy hermoso que ocupa la Caja de Burgos, del grupo Banca Cívica.



El detalle que le da nombre…


Callejeando he llegado a la Plaza Mayor de la ciudad, que tiene una forma muy curiosa, pues no es cuadrangular. Se trata de un espacio diáfano, muy amplio y que me imagino que con el buen tiempo estará a rebosar.



Desde allí he bajado otra vez hacia el Espolón para encaminarme otra vez al Arco de Santa María, antesala de la Catedral.


Sin embargo, como quería dejar la visita para el final (abren de 10:00 a 18:00), primero me he acercado a la iglesia de San Nicolás Bari, que tenía hoy la entrada gratuita.


Como andaba bien de tiempo he consultado acerca de la Cartuja de Miraflores, pero no hay transporte público diferente al taxi. Está a cuatro kilómetros (que no es tanto, una horita escasa), pero el camino implica ir por la carretera nacional, cosa nada recomendable. Por lo que he decidido dejarlo para otra visita (en coche) a la ciudad, siendo ya hora de acercarme a la Catedral, para visitarla por dentro, aunque sea sin guía. En este sentido, es bastante útil el tríptico que te entregan en información turística para orientarte. Como he dicho, es una joya, por fuera y por dentro. Cada capilla a cuál más bonita. Los techos (a mí es lo que más me suele llamar la atención) preciosos. En definitiva, a falta de visitar los otros sitios no accesibles el día de hoy, lo mejor de la ciudad con diferencia.



El famoso papamoscas



Detalle de una de las capillas, con una escalinata dorada de estilo renacentista:


Para volver a Palencia he optado por el tren, ya que sólo hay dos autobuses al día, el último a las 13:15 aproximadamente. Advertir a quien se desplace en transporte público, como yo, que la estación del tren de Burgos está, dicho finamente, muy lejos de la ciudad. Hay tres lineas de autobús que te dejan allí. A mí en la oficina de turismo me han recomendado la línea 25, que sale desde la Plaza de España cada 30 minutos (a y cuarto y a menos cuarto). El viaje (0’95€) tarda casi media hora. La vuelta en tren la he hecho en unos 50’ (6€) en un media distancia de RENFE (145-150 km/h). Hay bastantes trenes que recorren el tramo Burgos-Palencia a lo largo del día, yo cogí uno que hacía recorrido Zaragoza-Salamanca.

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