Lunes 30 de marzo, ultima mañana de paseo y sorpresas y para sorpresa, para guinda, esa maravilla escondida bajo tierra, la Yerbatan sermici, la Cisterna Basilica, del siglo VI, una de tantas y la mejor, eran depósitos de agua para que la ciudad tuviera reservas en caso de ser atacada. Fue construida en tiempos de Justiniano para abastecer al Palacio Bizantino, Para llenarla se recurría al acueducto de Valente y al de Adriano, que recibían el agua de los bosques de Belgrado, a 20 km de Estambul.
Las fotos son muy oscuras y no hacen justicia a lo mágico del interior, pese a que había bastante gente viendola.
*** Imagen borrada de Tinypic ***
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La cisterna tiene 336 columnas de 9 metros de altura, los estilos son variados ya que fueron reutilizadas. Dos de ellas tienen como base cabezas de Medusa. El precio son 20 liras y no entra en la Museum Pass.
Y fuera una Estambul que íbamos diciendo adiós, o hasta la próxima, una ciudad viva, alegre, colorida, hospitalaria y con un patrimonio que merece ser cuidado y mostrado al mundo
Un zumo de granada, últimas compras, visita a la mezquita de Divan Yolu, Firuz Aga camí, del siglo XV, y los tranvías que van y vienen, de Cabatás a Sultanahmet, de Sultanahmet a Eminonú....
*** Imagen borrada de Tinypic ***
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Nos despedimos, el transfer del aeropuerto espera frente a la puerta del hotel, ya con el propósito de regresar y conocer Turquía, si esta es la puerta del país no dudamos que lo demás tiene que deparar sitios maravillosos, la Capadocia, la costa del Egeo.... volveremos a Estambul y a Turquía, no dudamos de que nos esperan muchos más olores, colores y sabores...
*** Imagen borrada de Tinypic ***