Perú en 18 días ✏️ Blogs de Peru

4º Día en Perú: Nazca

Como casi todos los días en nuestro viaje, madrugamos mucho. A las 6 de la mañana ya estábamos en pie, ilusionados ya que hoy nos desplazaríamos a Nazca donde sobrevolaríamos las Líneas.

Preparamos las maletas e hicimos un poco de tiempo hasta que nuestro hotel sirviera el desayuno a las 7 am. Desayunamos y nos desplazamos caminando a la estación de Cruz del Sur. Está bastante cerca, se puede llegar caminando en diez o quince minutos.
Llegamos a las 7:35 y fuimos directamente al mostrador para dejar las maletas y ahí empezó el problema. Pensábamos que teníamos la guagua a las 8:00, un error al preparar las notas fue el causante, por 5 minutos perdimos el bus, lo que hacía que las excursiones de ese día peligraran. Menos mal que teníamos nuestro router wifi inalámbrico con Alldaysinternet y pudimos ponernos en contacto con la empresa que teníamos las excursiones y modificamos los horarios.
La persona que regenta la estación de Cruz del Sur Luis Herrera, nos ayudó bastante y nos cambió los billetes para el bus de las 10:30 sin ningún coste, algo muy raro en esta empresa que se caracteriza por ser la mejor del país, pero a la vez la más exigente en los cambios. Esta persona tiene un hostal justo al lado de la estación que tiene muy buena pinta y que si volviéramos a ir probablemente reservaríamos antes que el hotel Gran Palma Paracas que habíamos reservado.

Subimos en el bus de Cruz del Sur dirección Nazca en un recorrido de unas cuatro horas y en ese momento nos empezaba el miedo a subir en la avioneta. Ésta vez reservamos el bus en segunda clase, con asientos normales, iguales que cualquier otro bus. Recomendamos para los trayectos que no se va a dormir usar la segunda clase y si lo que necesitamos es descansar, usar la primera clase.
Durante el camino nos pensamos varias veces si hacer el vuelo o no, pero finalmente y casi sin pensarlo, al bajar del bus sobre la 13:30 am nos esperaban de la empresa con la que contratamos la excursión y salimos camino del aeródromo de Nazca situado a 10 minutos del centro de la ciudad.
Llegamos y fue todo muy rápido por la hora que era, volamos con la compañía Aeroparacas, según dicen, de las mejores. Cuando llegamos al mostrador nos pidieron los pasaportes, nos pesaron y me dijeron que no podía llevar la maleta con la cámara ya que pesaba mucho, y en ese momento pensé; ¿Dónde me voy a subir que no puedo llevar una maleta de 5 kg?.
Pues eso, con cámara en mano y junto a otra pareja salimos a la pista para subir en la avioneta. En ese momento la Canon que llevábamos sin motivo dejó de funcionar. No podía ser, íbamos a ver las Líneas de Nazca y la cámara no funcionaba. Al final tuvimos que recurrir a la cámara pequeña y al móvil para sacar alguna foto.
La avioneta tenía solamente asientos para cuatro pasajeros, el piloto y la copiloto. Cuando nos íbamos a sentar juntos Raquel y yo nos dice el piloto que por el peso tenemos que ir los dos chicos juntos y las dos chicas juntas, y me vuelve a surgir la pregunta; ¿ Tan débil es el avión que importa tanto el peso?



El vuelo duró aproximadamente media hora. Cada figura que veníamos el avión se tumbaba totalmente para cada lado y así poder ver bien la figura, algo que hizo que Raquel a medio camino dejara la cámara del mareo.



El vuelo fue impresionante, una de las cosas que con más ganas esperábamos hacer en Perú. Si tuviera que volver a subir no lo haría, pero una vez, si se puede, hay que hacerlo. Habíamos cumplido otro sueño de viajero.
Al terminar el vuelo y recoger el resto de pertenencias te dan un diploma con tu nombre en el que te confirman como pasajero de las Líneas.

En Perú a las 6:30 de la tarde ya es de noche y casi todo cierra, por lo que tuvimos que comer un sándwich y unas galletas rápido al salir del aeródromo dentro del coche de nuestro guía para no perder tiempo y llegar a nuestra segunda visita del día, el cementerio de Chauchilla.
El cementerio se encuentra a una hora del aeródromo, no tiene coste y en nuestro caso, contratamos una excursión con guía para llegar allí. El lugar es pequeño y se pueden ver una gran cantidad de esqueletos de la época de los Paracas, anterior a la inca, enterrados con vasijas y ropa. Algunos conservaban pelo o piel.
Había muchos huecos en la arena ya que los muertos eran enterrados con pertenencias que años más tarde fueron saqueadas para llevarse los objetos de valor.


Pasamos una hora en el lugar y nos dirigimos a Cahuachi un centro ceremonial Nazca, donde se nos acabó haciendo de noche allí.
Era un centro ceremonial de la cultura Nazca que vivió su época de esplendor entre el año 1 y 500 y estaba situado en el valle del río Nazca a 28 km del centro de la ciudad y muy cerca de las Líneas de Nazca. Su nombre significa lugar donde viven los videntes.


Volvimos al centro de Nazca para coger nuestra guagua a las 10:30 de la noche pero antes paramos a cenar en un bar que había justo al lado y nos habían recomendado, El Pollo Rico.
Una de las mejores comidas de nuestros días en Perú, pollo a la brasa con papas fritas y un helado de postre y todo por 10 euros. Prácticamente eramos los únicos turistas del bar.



Fuimos a la estación y como casi todas las guaguas en Perú, tenía un retraso de una hora, acabámos saliendo a las 11 y 30 de la noche. Pasamos más de una hora hablando con unos chicos de Andalucía que también iban para Arequipa y llevaban ya unos días por el país.
Y cuando por fin llegó la guagua recorrimos las 10 horas que separaban Nazca de Arequipa en la primera clase por 115 soles por persona. Yo me tomé una pastilla para dormir y me funcionó, pude dormir 6 horas seguidas algo que me vino muy bien para el siguiente día en Arequipa.

Aquí un video de un pequeño resumen de nuestra visita a las Líneas de Nazca:

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5º Día: Arequipa


Tras pasar 10 horas en la guagua de Cruz del Sur, por fin llegábamos a ciudad de Arequipa para así comenzar nuestro quinto día por Perú. Cambiábamos el desierto y el nivel del mar por la altura de la conocida “ ciudad blanca” que se encuentra a unos 2500 metros sobre el nivel del mar.


Desde la estación de guaguas y tras recoger nuestras maletas, un taxi nos llevó por 8 soles hasta nuestro hotel, el Boutique Beusejour en un trayecto de unos 10 minutos. Empezamos a comprobar los contrastes del país y de su gente comparando nuestros días a nivel del mar a nuestra primera ciudad entre las montañas.
Hicimos el check-in en el hotel y dejamos la ropa en la lavandería ya que al ir con la mochila solamente llevamos 5 camisas y 3 pantalones por lo que fuimos todo el viaje lavando cuando podíamos.
En el mismo hotel consultamos que hacer ese día y nos recomendaron hacer el city tour por la ciudad y luego pasear por la Plaza de Armas, eso fue lo que hicimos.


El hotel nos pagó un taxi hasta la plaza de Armas y allí empezamos el tour por la ciudad en una guagua de dos plantas y con la parte arriba descubierta. Nos sorprendió comprobar que los quince o veinte turistas eran de habla hispana, aunque españoles solamente nosotros.
Paramos primero en un mirador conocido como Yanahuara, donde se apreciaba el volcán Misti, símbolo de la ciudad, pero por desgracia las nubes impedían que pudiéramos verlo. Allí también vimos unos pequeños puestos de artesanía local y probamos un helado típico de Arequipa hecho con queso.



Pasamos a otro mirador llamado Carmen Alto, donde se veía el valle y el volcán Misti, que seguía sin aparecer entre las nubes. Allí compramos unos caramelos y chocolate de coca, para ir adaptándonos a la altura.



Seguimos a una tienda donde vendían productos de alpaca, una parada para nuestro gusto innecesaria y que suponemos que la tienda paga bastante dinero para que las excursiones paren allí.
Continuamos a la mansión del fundador, donde hay que pagar entrada, por lo que muchos de los turistas no entraron. Justo en el acceso al lugar había una sesión de fotos de novias, a las cuales les pudimos sacar fotos.


Al salir de allí empezó a llover y tuvimos que bajar a la planta baja del bus para no mojarnos . Llegamos a la siguiente parada, montar a caballo y entrar a unos molinos. A nosotros no nos pareció interesante ninguna de las dos cosas, además había que pagar entrada en cada una de ellas, y a eso le sumamos que estaba lloviendo decidimos no salir de la guagua mientras la gente salía a las excursiones. Había un puesto donde compramos una papa rellena de carne bastante buena que nos comimos mientras esperábamos por la gente. A Raquel no le gustó y acabó dándosela a unos perros callejeros que tenían pinta de tener más hambre que ella.
Y de allí volvimos a la Plaza de Armas, donde buscamos un lugar para cambiar los últimos euros que teníamos. Entramos a una empresa de excursiones donde cambiamos el dinero y uno de los chicos nos preguntó al ver el suéter del blog que si éramos de Tenerife y hablando con él nos contó que era de Madrid y había venido de mochilero hace 10 meses y se había quedado trabajando porque le había encantado la ciudad, hicimos un seguidor nuevo del blog desde Perú.
Nos recomendó un lugar para cenar justo arriba de la empresa donde trabajaba con vistas a la plaza de armas iluminada, unas vistas increíbles. Yo me atreví a pedir un bistec de alpaca y que pidió pechuga de pollo con papas fritas. Decir que la alpaca tiene un sabor similar a la ternera y no tiene grasas pero se va poniendo dura su carne si no la comemos rápido.


La valoración que hacemos de este día es que esperábamos un poco más de la ciudad, es bonita, pero teníamos unas expectativas más altas. Por ejemplo comparándola con Cuzco nos quedamos con ésta última. También creo que influye que no nos gustó nada el city tour por la ciudad, en nuestra opinión no recomendamos hacerlo.

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Día 6: Arequipa - Chivay
Acabado nuestro día en Arequipa nos disponíamos a recorrer el camino hasta Chivay, la antesala a nuestra visita al Cañón del Colca y la Cruz del Cóndor que serían el día siguiente.



A las 7:30 de la mañana y tras despedirnos de los dueños del Hotel Boutique Beausejour con un gran desayuno, la empresa que hacia la excursión tenía un taxi en la puerta de nuestro hotel para llevarnos a la Plaza de Armas donde nos esperaba la guagua ya cargada con el resto de turistas que hacíamos la excursión ese día.

Un lituano, dos franceses, un alemán y ocho peruanos, aparate de nosotros compartiríamos durante dos días la guagua y las excursiones programadas.
Nuestra primera parada fue en la tienda Zamacola para ir al baño el que quisiera y comprar productos de coca para el mal de altura. Nosotros aprovechamos y compramos unos caramelos que por cierto sabían bastante mal. Durante el camino al estar el día despejado pudimos ver el Misti, volcán insignia de la ciudad de Arequipa nevado. Las fotos no son muy buenas porque la guagua no paró para poder sacar mejores fotos.
En la guagua al entrar los últimos, nos sentamos justo detrás del conductor y la guía, lo que se agradeció bastante, ya que cuando casi todo el mundo dormía podíamos ir preguntando cosas a nuestra guía. Hubo un momento en el que de las 16 personas que estábamos allí solamente estábamos despiertos el chófer, la guía y yo ( David).
Durante el recorrido visitamos la Reserva Nacional de Salinas y Aguada Blanca, donde observamos flora y fauna, entre ellas varias vicuñas, alpacas y llamas. Paramos en algunos lugares para sacarles fotos y poder tocarlas.



Las vicuñas se encuentran en peligro de extinción ya que poseen la mejor lana de todas y para quitárselas el animal acaba muriendo, cosa que no pasa en el resto de camélidos, por lo que está muy controlada esta especie.
Es la primera zona de Perú donde podemos ver los camélidos debido a que solamente se encuentran a una altura determinada, continuaremos unos días viéndolos bastantes veces.
Cuando quedaba aproximadamente dos horas para llegar a Chivay llegamos a Patawasi, donde hicimos una parada para comprarnos unos gorros de alpaca para cubrir el frío que pensábamos que haría esos días, y al final lo usamos más para cubrir el sol que el frío. Allí tomamos un mate de coca y pedimos algo para comer, pero con la cantidad de gente que había casi sale la guagua y sin servirnos la comida, por lo que la tuvimos que llevar en la guagua y comérnosla allí.



A una hora de Patawasi paramos en Patapampa el punto más alto de nuestro recorrido en Perú. Un mirador que se encuentra a 4910 m.s.n.m y desde donde se observa la cordillera de los Andes, el nevado Mismi donde es el nacimiento del río Amazonas y varios volcanes como el Ampato entre otros. Pero desgraciadamente el cielo estaba cubierto y no pudimos ver nada.


Desde el mirador a Chivay hay aproximadamente una hora más de camino y haríamos una última parada en un mirador donde se ve el poblado de Chivay. Uno de los pocos lugares donde pasamos frío en todo el viaje.


Llegamos a Chivay y allí para poder entrar al pueblo hay un control donde los turistas tienen que pagar 70 soles por acceder al lugar, toda una estafa. Paramos a comer en un buffet ya acordado por la empresa de excursiones y aprovechamos para intercambiar aventuras con un peruano llamado Richard muy simpático que se convirtió en nuestro compañero de viaje esos días y con una pareja Peruana-Alemana que llevaba 27 años sin volver a Perú, muy simpáticos también.

A la salida del hotel habían unos niños con una llama pidiendo un sol por sacarte una foto con el animal y accedimos y así pudimos tocarlo por primera vez.
Después de la comida en el buffet la guagua empezó a repartir a los turistas por los hoteles y como el nuestro estaba más alejado en el Yanque, nos dejaron 45 minutos en el pueblo de Chivay para recogernos al final y llevarnos a nuestro hotel.
Recorrimos durante 45 minutos el pueblo viendo lo tradicional que es, visitamos un pequeño mercado local donde la gente al ver nuestra cámara se nos quedaba mirando, compramos un imán en una tienda y cambiamos dinero en un pequeño local que había en su plaza central.



Chivay es un pueblo pequeño, todavía muy tradicional y que necesita mejoras ya que todas sus calles son de tierra pero que desprende desde que entras en el la auténtica esencia de Perú con la gente vestida con la ropa tradicional y los camélidos caminando por sus calles con total normalidad.
A las 15:00 pm nos recogió de nuevo el bus de nuevo con el resto de turistas que se dirigían a unos baños termales públicos cercanos a nuestro hotel, el Colca Lodge.


Dejamos a todos los turistas y la guía junto al río donde estarían una hora y media en los baños y seguimos a nuestro hotel con el conductor, y cuando vimos el paraje donde se encontraba el hotel alucinamos, no podíamos imaginar que el lugar fuera tan bonito.
El hotel era increíble, junto al río, sin nada a su alrededor y con unos baños termales propios y gratuitos para los huéspedes que hicieron del lugar nuestro mejor hotel en Perú.


Baños termales del hotel
Allí pasamos dos horas en los baños termales hasta que la luz del sol nos abandonó y volvimos a nuestra gran habitación para pasar la noche previa a la excursión del Cruz del Cóndor y el Cañón del Colca, excursión que comenzaría al día siguiente a las 6:30 de la mañana.

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