Este día madrugamos un poco más pues habíamos reservado mesa para desayunar a las 9.00 en la Torre de la Televisión, la reserva la realizamos a través de la página: http://www.tv-turm.de/es/index.php
Al principio éramos un poco reacios a reservar mesa para desayunar pues nos parecía un poco caro y tampoco habíamos leído opiniones muy buenas al respecto. Ahora que ya he ido tengo que decir que fue muy buena idea lo de desayunar allí, la verdad es que tuvimos un día estupendo para disfrutar de las vistas, no había ni una sola nube.
El desayuno que nosotros pedimos fue el continental, hay que tener en cuenta que no cubre el café, eso va a parte, pero la verdad que es una maravilla desayunar tranquilamente y disfrutando de las maravillosas vistas que desde este sitio podemos disfrutar. Además nos llevamos una sorpresa pues al comprar las dos Berlin Welcome Card viene incluido un descuento de 5€ en cada una de ellas, pero te especifica bien claro que no se puede canjear nada más que un descuento por factura. Nosotros le preguntamos al camarero y sin ningún problema nos canjeó los dos vales en un mismo ticket, con lo que al final además de las colas nos ahorramos 10 €.
Al final entre una cosa y otra hasta casi las 10.30 no salimos de la torre, de allí nos fuimos hasta el museo Nuevo pues habíamos reservado hora para las 11.00, reserva que nos hicieron desde la propia oficina de turismo a la hora de comprar las tarjetas de transporte. Llegamos un poquito antes de la hora y había colas para sacar las entradas, nosotros no las tuvimos que hacer, simplemente enseñamos la hoja de reserva con las tarjetas y para dentro. Nada más entrar te pedirán que si llevas mochila o bolsas las dejes en las taquillas gratuitas que hay a la entrada, y a continuación, a por una audioguía gratuita en español. Y es gratuita porque en el precio de la entrada va incluida. A ver si los señores del Prado, entre otros, toman nota.
Sobre el museo os podría estar hablando horas, es un museo en el que podréis ver infinidad de obras egipcias, pero la estrella de este edificio no es otra que el busto de Nefertiti. A nosotros nos llevó ver el museo algo más de una hora.
De este museo nos fuimos al Museo del Pérgamo, con nuestra Berlin Card nos saltamos todas las colas y al igual que en el museo Nuevo dejamos las bolsas en las taquillas y cogimos la audioguía en castellano que también está incluida con la entrada. Si el anterior museo nos había sorprendido, este museo nos sorprendió mucho más. Es impresionante!!!! nos tiramos casi 30 minutos sentados en las escaleras del Altar de Zeus escuchando la audioguía, es uno de los museos que más me ha impresionado por la grandiosidad de sus obras. Además de dicho altar también puedes disfrutar viendo la Antepuerta de Istar de Babilonia. Ver el museo no lleva mucho tiempo, es más el que tú quieras pasar disfrutando de tan majestuosas obras de arte.
Cuando quisimos salir de la isla de los museos ya era la hora de comer asique por cercanía nos dirigimos de nuevo a la Alexander Platz a disfrutar de una sabrosa comida, en este caso nos decantamos por otro restaurante recomendado en el foro, el Mutter Hoppe en Rathausstrasse 21, http://www.prostmahlzeit.de/mutterhoppe/
Como hacía muy buen día decidimos comer en su terraza, comimos un plato cada uno, con dos cervezas (una de ellas de frambruesa que estaba deliciosa) y dos capuchinos, nos costó 39,20€.
Después de descansar un rato y hacer unas compras por la Alexander Platz nos fuimos dando un paseo hasta la Nueva Sinagoga, donde no pudimos entrar pues estaba todo vallado y con policías en la puerta. No sabemos si eso es habitual o era una cosa esporádica, asique simplemente sacamos un par de fotos a la fachada, y de ahí al edificio Tacheles. Este edificio ya no es lo que era antiguamente, un centro okupa donde las salas se alquilaban a bajo precio a artistas para exponer sus obras, ahora mismo está cerrado, según nos explicó la guía del primer día lo ha comprado una cadena hotelera.
Hicimos un par de fotos a la fachada y caminito al hotel a dejar los recuerdos que nos habíamos comprado. Como era temprano y había quedado una tarde soleada y hasta calurosa, decidimos coger el metro en el hotel e irnos hasta la Puerta de Brandeburgo a darnos un paseo por el Tiegarten. Otros días habíamos visto que ante la Puerta de Brandeburgo había gente vestida de soldados soviéticos y estadounidenses para hacerse fotos con los turistas a cambio de un par de euros, este día además de los soldados con las banderas había una especie de puesto donde te sellaban el pasaporte como si realmente estuvieras pasando de la RDA a la RFA, lo reconozco, es una turistada, pero a mi me hace ilusión tener mi pasaporte sellado por los aliados y los soviéticos, al que no le guste que no lo haga, pero para gustos colores
El paseo por el Tiegarten fue una pasada, no es un parque con jardines como estamos acostumbrados en España más bien es un bosque, realmente era un campo de caza, pero en los años 1830 se hizo parque público y aunque hay zonas ajardinadas muy bonitas sigue manteniendo la esencia de bosque.
Muy cerquita de la Puerta de Brandeburgo y el Parlamento, en este parque, visitamos el Monumento Conmemorativo Soviético, en los tiempos de la Guerra Fría era considerado como "el dedo en la herida" y fue lugar de numerosas manifestaciones antisoviéticas, que alcanzó dimensiones impensables el 7 de noviembre de 1970, cuando un fanático anticomunista disparó a un Soldado Soviético del Batallón de Honor encargado de la custodia. Es un sitio que a mi me gustó visitar, no es de los imprescindibles de Berlín pero si que recomiendo verlo.
Seguimos con nuestro paseo por el Tiegarten pero en dirección a la Potsdammer Platz, se estaba acercando la hora de cenar y como el primer día nos había gustado tanto la cena en el Linderbräu queríamos repetir en este sitio. La verdad es que tuvimos mucha suerte porque nada más salir del Tiegarten se puso a llover fuertemente, nos tuvimos que refugiar en una entrada de un garaje, si nos llega a pillar en medio del parque nos hubiéramos pillado una buena mojadura.
En esta ocasión para cenar yo volví a tomarme la cerveza con sabor a Cocacola y mi marido una cerveza rubia pero esta vez de un litro, pedimos un plato cada uno: un escalope y unas tiras de pechuga de pollo que estaban deliciosas, te las servían en una cesta metálica con patatas fritas y para finalizar una copa de helado, todo ello por 47,75€.
Como el día había sido bastante largo nos hicimos un par de fotos en la plaza con el primer semáforo que se instaló en Europa y de vuelta al metro para volver al hotel a descansar.