Día 6 (Lunes 10 de Septiembre)
Nos hemos levantado y comprobado que está lloviendo otra vez. Hemos desayunado, otra vez, como si no hubiera un mañana, hemos recogido el equipaje y hemos tirado para Kamakura. En una hora estábamos allí. El pueblo es bonito, pero es un poco “guirilandia”. Todo está orientado hacia el turismo. Eso sí, es súper verde. Hemos salido de la “urbanidad” de Tokyo y esto es otro mundo. Todo son casitas de una planta (o dos como máximo) de madera, con árboles y plantas por doquier. Muy bonito.
Lo más interesante de aquí son los templos, así que hemos empezado por el Jochi-ji que es precioso e inmenso (los jardines son espectaculares). Pero como sigue lloviendo no podemos acabar de disfrutar todo lo que queríamos. Luego, ya sin lluvia, visitamos el Engaku-ji, que también mola mucho. Estos dos primeros están en la zona de Kita-Kamakura, que es la parada anterior del JR antes de llegar a Kamakura.
Detalle del templo de Engaku-ji
Otra foto del templo de Engaku-ji en Kamakura
De camino a ver los templos nos encontramos con un edificio de madera con un jardín inmenso y un campo de tiro adentro en el que hay una chica que está practicando el arte del Kyudo (el tiro con arco tradicional). Nos quedamos un rato embobados viendo todo el proceso.
Chica practicando el arte de tiro con arco tradicional japonés
Luego volvemos con el tren a Kamakura y visitamos el Tsurugaoka Hachimangü, que tampoco está mal.
Entrada al recinto del Tsurugaoka Hachimangu
Escaleras de acceso a uno de los templos del Tsurugaoka Hachimangu
Puentecito en el Tsurugaoka Hachimangu
Selfie que no puede faltar en el Tsurugaoka Hachimangu
Para finalizar cogemos un bus desde la estación de tren de Kamakura y vamos a ver el gran buda Daibutsu (14,4mts y 850 toneladas de cobre), una pasada (y dicen que el de Nara aún es más grande, vamos a flipar!!). Incluso hay dos sandalias de esparto del buda colgadas de una pared (tamaño gigante, claro está). Este buda está al aire libre. La historia cuenta que en 1495 hubo un tsunami que arrasó el edificio en donde estaba metido este buda, pero que la escultura se salvó.
Foto del impresonante Gran Buda de Kamakura
Las “mini” sandalias del Gran Buda
Detalle de la cabeza del Gran Buda
Gran Buda en medio de la naturaleza
Acabada esta visita no hemos tenido tiempo para más, ya que el buda cerraba a las 18h, y el resto de sitios entre 16h y 16.30h (en Japón hay que ir siempre temprano a los sitios, sino no ves nada).
Volvemos caminando hacia el hotel y vivimos uno de los momentos que te dejan claro que la cultura japonesa es totalmente distinta a las otras. Vamos a un cruce de calles, y vemos que este cruce tiene un semáforo que actualmente está rojo para los peatones. Pues bien, los peatones (todos de allí) están haciendo una cola perfecta uno tras otro esperando que se ponga el semáforo en verde, a pesar de que hay como un kilómetro de visibilidad y no se ve ni un coche. Nosotros, evidentemente, gentuza occidental, cruzamos sin esperar al cambio de semáforo jeje.
Pues lo dicho, volvemos hacia el hotel (llamado New Kamakura), que no está mal (aunque el Edoya de Tokyo estaba muchísimo mejor), y descansamos un rato para ir luego a cenar. La verdad es que si volviéramos a hacer el viaje de nuevo a Japón no nos hubiéramos quedado a dormir en esta ciudad, ya que a partir de las 18h está muerta, no hay ni una alma por la calle. Mucho mejor es dormir en Tokyo y hacer un ida-vuelta a Kamakura. Pero si alguien quiere hacer noche aquí, pues este hotel está bastante bien también, y está al lado de la estación.
En fin, mientras estamos en la habitación nos dedicamos a empaparnos un poco de la cultura nipona, y que mejor modo de hacerlo que ver un rato la TV. Hemos visto un par de capítulos de una serie de anime de unos chicos que con magia encierran a unas bestias en unos cubos de cristal o algo así, muy curioso todo, pero claro sin entender japonés difícil enterarse de nada, juas.
A las 20.30h aprox nos vamos a intentar cenar algo, pero como digo antes, está todo muerto, así que acabamos en un supermercado Tokyu comprando comida para llevar. Aprovechamos que a última hora bajan los precios de los artículos frescos que no se han vendido, y compramos un pack de sushi al 50% (unos 380 yenes), unos tempuras de gambas y unos yakitoris. Nos lo hemos cenado en la habitación del hotel la mar de bien, viendo programas frikys, y luego a dormir.