Día 7 (Martes 11 de Septiembre)
Hoy hemos ido hacia la zona de Hakone a hacer un poco de turismo rural y bañarnos en unos onsen (aguas termales).
Hemos ido hacia Ofuna, luego a Odawara y de allí hemos cogido otro tren a Yumoto-Hakone, que es donde vamos a pasar la noche (Hotel Shunkoso). Para llegar al hotel tenemos una subida bastante importante que con las mochilas y lloviendo se nos hace eterna. Cuando llegamos nos dicen que hasta las 16h no se hace el Checkin, por lo que dejamos las mochilas y nos volvemos bajando hacia la estación.
Empezamos a las 12.30h cogiendo un tren desde Yamoto-Hakone hacia Gora. El tren está hecho todo de madera, como si fuera una antigua locomotora, y tienen unos ventanales enormes. Va subiendo por en medio de la montaña, y las vistas son bastante impresionantes. Cuando llegamos a Gora cogemos un tren cremallera que nos ha subido a Sounzan, y de allí un teleférico que nos ha llevado a Owakudani (Hell Valley). Se llama así porque está lleno de surtidores de azufre (toda la zona es bastante volcánica). En el teleférico hay mucha niebla y no tenemos mucha visión, y en la ruta a pie está lloviendo a ratos, pero eso no impide que nos demos una vuelta por el valle para probar los famosos “Black Eggs”, huevos duros cocidos con el vapor que emana de la montaña (que con la peste del azufre ya huele todo bastante a huevo jeje). El paseíto vale mucho la pena y es bastante bonito.
Vistas desde nuestro teleférico
Foto de Owakudani con sus fumarolas y el peste a azufre
Black Eggs en Hakone hechos al calor geotermal
De allí volvemos a coger el teleférico para ir hasta el lago Ashi. De camino se supone que se puede ver el monte Fuji si el día está despejado, pero con la pedazo de niebla que hay no vemos nada.
En el lago hemos cogido un velero pirata bastante grande que te lleva de una punta a la otra. Por suerte ha parado de llover y hemos podido ir en la cubierta en la parte de delante del todo (la proa). Las vistas son espectaculares. Se supone que desde aquí también puedes ver el Mt. Fuji a veces, pero hoy no ha podido ser.
Barco pirata que cogemos en el lago Ashi
Vistas des del lago Ashi
Cuando hemos llegado a Hakone Machi nos hemos bajado para hacer a pie el recorrido de la “Antigua Avenida de Cedros”, un sendero paralelo a la carretera lleno de inmensos cedros a ambos lados del camino que hizo plantar el shogunato Edo en 1618; se supone que se plantaron a lo largo de toda la antigua autopista Tokaido para que la gente, que antes siempre se desplazaba mayormente a pie, tuviera frescor y sombra en verano y protección en invierno. Sólo quedan unos 2kms de cedros. Es bastante chulo.
Avenida de cedros en Hakone Machi
Por ese camino llegamos a Moto-Hakone de donde cogemos un bus que serpenteando por la montaña nos ha traído de vuelta a Hakone Yumoto.
Folleto de la ruta que se hace en este zona
Cuando llegamos al hotel nos recibe un chico que habla inglés (por la mañana no había nadie que nos entendiera) y nos comentan que no tienen ninguna reserva a mi nombre. Nos quedamos con cara de WTF (este es el hotel más guay que habíamos reservado para las vacaciones, con cena privada, etc) (NOTA- en 2009 todas las reservas las hicimos por mail aunque no hablaban muy bien inglés; la de este hotel lahicimos a través de una agencia de hoteles llamada Japanese Guest Houses, y se ve que nunca llegó al hotel) . Resulta que la reserva, que tuve que hacer dos veces con esta agencia, y que tenía más que confirmada en su momento (aunque no pagada, ya que aquí todo lo hemos pagado en los establecimientos) no les había llegado al hotel, y cuando ahora estaban llamando a la agencia no les constaba ninguna reserva a nuestro nombre. Por suerte, nos confirman que tienen una habitación disponible y también cena. Estábamos a punto de ponernos a llorar. Y en total todo por 12.750 yenes por persona (unos 153€), que es menos de lo que nos cobraban estos desgraciados de la agencia (que era de 169€ por persona). No sé si alguien más ha tenido una mala experiencia con esta agencia, pero yo no la voy a usar más.
Total, que una vez pasado el susto nos vamos a nuestra habitación, que es muy bonita. Bastante grande, diáfana, con armarios de madera en dos lados de esos de puerta corredera, y un gran tatami que cubre todo el suelo. Como mobiliario sólo hay una mesita baja. Todo muy tradicional. Me encanta. Sobre 19h viene una chica vestida con un kimono, y empieza a traer la cena. Se trata de una cena estilo Kaiseki, donde no sólo la comida sino la presentación es primordial. Así que la chica va colocando todos los platitos en la mesa con parsimonia hasta que la llena toda. Parece un cuadro. Una vez colocado todo en la posición correcta, se despide de nosotros y nos deja allí con ese espectáculo culinario. Hay de todo: gelatina de tofu con verduras, arroz, caldito, tofu rebozado, pescado ligeramente asado, sashimi, encurtidos, fideos con verduras, e incluso una pequeña barbacoa con pollo y verduras. Todo delicioso. Y toda la cena costaba solamente unos 5.000 Yenes por persona. Increíble!!!
Super cena kaiseki que nos prepararon en el hotel Shunkoso
Cuando acabamos llamamos a recepción, y aparece la misma chica que recoge la mesa y prepara las camas, sacando la ropa de uno de los armarios. En un momento la habitación-comedor se convierte en habitación-dormitorio. Antes de que se vaya la chica le soltamos: “O-ryori wa totemo subarashikatta desu” (es decir, “la comida era excelente”, o al menos esa es la intención). La muchacha se ríe mucho y nos da las gracias. Entonces nos traen unos postres que son una especie de flan hecho de tofu, piña y mandarina. Delicioso!!
Al cabo de un rato nos vamos al Onsen (separados hombres y mujeres). Es súper chulo, una piscinita muy pequeña en piedra con el agua bastante caliente al aire libre (bueno una parte al menos). Al principio estoy sólo aunque al rato viene otro hombre. Es una pasada, porque se pone a llover un poco y la sensación de estar allí metido dentro del agua caliente con solo la cabeza afuera y con el agua fresca cayéndote en la cabeza es genial.
Me paso allí todo el tiempo que me apetece (que no me acuerdo ya de cuanto ha sido) y me voy para la habitación. En poco rato estábamos durmiendo.