VIGO DI FASSA-RIFUGIO CIAMPEDIÈ-RIFUGIO GARDECCIA.Hoy subiremos desde Vigo di Fassa al Rifugio Ciampedié, con el Funivia Catinaccio-Rosengarten (Strada De Col De Me, 10) para acercarnos al Catinaccio/Rosengarten y a las Torri de Vajolet/Vajolettürm, que nos acompañarán en nuestro camino hacia el Rifugio Gardeccia.
Hay tres aparcamientos en las inmediaciones de Vigo. El primero ya estaba lleno cuando llegamos; el segundo era de pago (6€); dejamos el coche en el tercero, a unos 600 metros de la estación de salida del funivia, con la que conecta un transfer gratuito.
Una vez arriba, vemos que detrás del Rifugio Ciampedié llega el telesilla que sube desde Pera di Fasa. Hay una zona de juegos amplia (4,5€ la hora), pero la dejamos para la vuelta. Las Torres, justo encima del kinder park, y el Catinaccio a su izquierda vigilan desde las alturas. En esta área hay distintos refugios y baitas, y varios senderos temáticos, como el del bosque y el de la leyenda. En el mapa Vigo-Pera Catinaccio vienen marcadas las varias rutas que se pueden hacer. Una vez que pasamos el Rifugio Ciampediè, con sus ventanas blancas y azules, seguimos la señal 540.
Tras pasar el Refugio Negritella, caminamos por una zona boscosa, acompañados del Grupo del Sella, que queda al fondo, el Spiz de Ciampiè, el Passo delle Scalette y la Crepe di Larsech.
Es un camino muy sencillo, casi llano, de pequeñas piedrillas blancas, lleno de carteles que explican la flora. Se hace muy entretenido, porque caminando con estas vistas parece que vamos abducidos.
Pasamos también por el Rifugio Catinaccio, que parece estar ya abandonado. Una pena.
El ambiente que encontramos al llegar al Rifugio Gardeccia nos gusta mucho: gente disfrutando del buen día, una explanada de hierba enorme enfrente del refugio y las bestias rocosas encima de nosotros.
Comemos en las mesas del exterior y al poco se nos unen dos matrimonios italianos muy simpáticos y parlanchines que nos amenizan la comida, atentos a las gracietas de nuestro nene y a cada uno de nuestros bocados.
Después de comer y con unos helados en la mano, dejamos atrás la hütte y caminamos hacia las Torres, que ahora ya sí se ven descomunales. El Rifugio Vajolet está a 45 minutos desde el Gardeccia.
De vuelta a la estación del Ciampediè teníamos pendiente lo prometido: jugar un buen rato en el parque infantil que vimos nada más llegar.
Existe el Fly Line Catinaccio Rosengarten, que consiste en bajar a través del bosque suspendido en una silla-arnés durante 6 minutos; empieza cerca del Rifugio Ciampedie y baja hasta Pian Pecei, estación a la que llega el telesilla o seggiovia Vajolet 2, desde Pera di Fassa. Nos pareció muy interesante, pero no lo probamos porque es a partir de 20 kg y nuestro hijo todavía no llegaba.
PASSO COSTALUNGA-RIFUGIO PAOLINA. A continuación, desde el Passo Costalunga subimos en telesilla o seggiovia al Rifugio Paolina. Es una sensación muy gratificante sentir el sol y el aire en la cara mientras vamos subiendo muy despacito. A nuestro hijo le gustó mucho la experiencia de ir “con los pies colgando”. Vamos viendo Roda di Vael y enfrente la parte trasera del Catinaccio y Vajolet, mientras se va nublando y baja la temperatura. Subimos por un camino empedrado con escalones irregulares hasta Christomannos denkmal, siguiendo la señal 539, un monumento con forma de águila de bronce dedicado a Teodor Christomannos, el padre de la Strada delle Dolomiti; a la bajada descansamos después un rato en el refugio contemplando las montañas y el cielo transformándose en negro...
… augurio de la lluvia que hubo más tarde. Podríamos haber bajado caminando, el camino que señalaba la 552 parecía sencillo, en unos 50 minutos. Pero la inminente tormenta y la visita pendiente con el Karersee nos hizo volver a coger el telesilla. El lago que se ve en una de las fotos por un momento nos confundió y pensamos que era el Carezza, con la decepción incluida (¿tanta fama para ver un lago vallado y artificial?) ¡Menos mal que no nos conformamos!
Este sí es el que buscábamos.
LAGO DI CAREZZA. La joya natural del Lago di Carezza o Karersee, que pertenece a la provincia de Bolzano. Una vez pasamos el Grant Hotel Karessa y salimos del pueblo, llegamos al aparcamiento de pago, donde hay restaurante y baños. Al ser pasadas las cinco no pagamos nada y fuimos directamente al lago a través de un túnel de madera. La gente suele agolparse en una plataforma-mirador que hay al principio para sacar fotos; nosotros preferimos alejarnos y dar la vuelta al lago, que es precioso desde cualquier parte.
De vuelta a Penia, lo que suponíamos: lluvia, rayos y truenos… Estos cambios bruscos de tiempo son propios de la zona. Desde la piscina calentita se veía de lujo la tormenta.
¡Mañana más!
Hay tres aparcamientos en las inmediaciones de Vigo. El primero ya estaba lleno cuando llegamos; el segundo era de pago (6€); dejamos el coche en el tercero, a unos 600 metros de la estación de salida del funivia, con la que conecta un transfer gratuito.
Una vez arriba, vemos que detrás del Rifugio Ciampedié llega el telesilla que sube desde Pera di Fasa. Hay una zona de juegos amplia (4,5€ la hora), pero la dejamos para la vuelta. Las Torres, justo encima del kinder park, y el Catinaccio a su izquierda vigilan desde las alturas. En esta área hay distintos refugios y baitas, y varios senderos temáticos, como el del bosque y el de la leyenda. En el mapa Vigo-Pera Catinaccio vienen marcadas las varias rutas que se pueden hacer. Una vez que pasamos el Rifugio Ciampediè, con sus ventanas blancas y azules, seguimos la señal 540.
Tras pasar el Refugio Negritella, caminamos por una zona boscosa, acompañados del Grupo del Sella, que queda al fondo, el Spiz de Ciampiè, el Passo delle Scalette y la Crepe di Larsech.
Es un camino muy sencillo, casi llano, de pequeñas piedrillas blancas, lleno de carteles que explican la flora. Se hace muy entretenido, porque caminando con estas vistas parece que vamos abducidos.
Pasamos también por el Rifugio Catinaccio, que parece estar ya abandonado. Una pena.
El ambiente que encontramos al llegar al Rifugio Gardeccia nos gusta mucho: gente disfrutando del buen día, una explanada de hierba enorme enfrente del refugio y las bestias rocosas encima de nosotros.
Comemos en las mesas del exterior y al poco se nos unen dos matrimonios italianos muy simpáticos y parlanchines que nos amenizan la comida, atentos a las gracietas de nuestro nene y a cada uno de nuestros bocados.
Después de comer y con unos helados en la mano, dejamos atrás la hütte y caminamos hacia las Torres, que ahora ya sí se ven descomunales. El Rifugio Vajolet está a 45 minutos desde el Gardeccia.
De vuelta a la estación del Ciampediè teníamos pendiente lo prometido: jugar un buen rato en el parque infantil que vimos nada más llegar.
Existe el Fly Line Catinaccio Rosengarten, que consiste en bajar a través del bosque suspendido en una silla-arnés durante 6 minutos; empieza cerca del Rifugio Ciampedie y baja hasta Pian Pecei, estación a la que llega el telesilla o seggiovia Vajolet 2, desde Pera di Fassa. Nos pareció muy interesante, pero no lo probamos porque es a partir de 20 kg y nuestro hijo todavía no llegaba.
PASSO COSTALUNGA-RIFUGIO PAOLINA. A continuación, desde el Passo Costalunga subimos en telesilla o seggiovia al Rifugio Paolina. Es una sensación muy gratificante sentir el sol y el aire en la cara mientras vamos subiendo muy despacito. A nuestro hijo le gustó mucho la experiencia de ir “con los pies colgando”. Vamos viendo Roda di Vael y enfrente la parte trasera del Catinaccio y Vajolet, mientras se va nublando y baja la temperatura. Subimos por un camino empedrado con escalones irregulares hasta Christomannos denkmal, siguiendo la señal 539, un monumento con forma de águila de bronce dedicado a Teodor Christomannos, el padre de la Strada delle Dolomiti; a la bajada descansamos después un rato en el refugio contemplando las montañas y el cielo transformándose en negro...
… augurio de la lluvia que hubo más tarde. Podríamos haber bajado caminando, el camino que señalaba la 552 parecía sencillo, en unos 50 minutos. Pero la inminente tormenta y la visita pendiente con el Karersee nos hizo volver a coger el telesilla. El lago que se ve en una de las fotos por un momento nos confundió y pensamos que era el Carezza, con la decepción incluida (¿tanta fama para ver un lago vallado y artificial?) ¡Menos mal que no nos conformamos!
Este sí es el que buscábamos.
LAGO DI CAREZZA. La joya natural del Lago di Carezza o Karersee, que pertenece a la provincia de Bolzano. Una vez pasamos el Grant Hotel Karessa y salimos del pueblo, llegamos al aparcamiento de pago, donde hay restaurante y baños. Al ser pasadas las cinco no pagamos nada y fuimos directamente al lago a través de un túnel de madera. La gente suele agolparse en una plataforma-mirador que hay al principio para sacar fotos; nosotros preferimos alejarnos y dar la vuelta al lago, que es precioso desde cualquier parte.
De vuelta a Penia, lo que suponíamos: lluvia, rayos y truenos… Estos cambios bruscos de tiempo son propios de la zona. Desde la piscina calentita se veía de lujo la tormenta.
¡Mañana más!