VISITA A PAPÁ NOEL. UNA SEMANA POR FINLANDIA Y ESTONIA ✏️ Blogs de Finlandia

Viajamos a Finlandia a finales de octubre de 2010. Siempre habíamos tenido curiosidad por conocer este país, la zona de Laponia y, como no, acercarnos a la casa de Papá Noel. Nos juntamos un grupo de cinco amigas y comenzamos a preparar las etapas. Teníamos en total nueve días y poco a poco fuimos diseñando nuestro recorrido.

Lo primero que hicimos fue cerrar los vuelos, que los reservamos con medio año de antelación. Lo más barato que encontramos en internet fue volar con Lufthansa (lo reservamos a través de la web de Rumbo). La idea y la vuelta a Helsinki con facturación de equipaje nos salió por unos 150 euros, haciendo escala en Frankfurt.

En cuanto al alojamiento, lo teníamos claro. Finlandia es un país caro, así que nos decidimos por dormir en los albergues de Hi Hostel. Con la tarjeta de alberguista te hacen descuento. Todos los albergues en los que estuvimos estaban bastante bien, aunque las cocinas dejaban mucho que desear con respecto a otros países ya que son pequeñas y no están muy equipadas. Pero en general la valoración es positiva, la mayoría de los albergues tenía wifi gratis e incluso en el de Helsinki, en el Eurohostel, se puede utilizar de forma gratuita la sauna a primera hora de la mañana. Si quieres usarla por la tarde te cobran 5 euros.

Con el transporte tampoco quisimos complicarnos mucho. La red ferroviaria funciona fenomenal y hay un tren nocturno que te lleva desde Helsinki hasta Laponia. Vamos, que te deja casi en la puerta de la casa de Papa Noel. Nos movimos en tren y ferry, aunque para ir a Savonlinna y Porvoo sí que alquilamos un coche. Menos mal que fueron sólo dos días porque la gasolina es carísima. Más adelante ya os iremos detallando precios.

En cuanto al clima, nos esperábamos, sobre todo en Laponia, temperaturas gélidas y mucha nieve. Sí que hizo frio (de hecho llevamos mallas y camisetas térmicas para protegernos) pero no tanto como esperábamos. Es a partir de noviembre y sobre todo diciembre cuando más frío hace y a partir de estas sí que hay que ir bien forrado.

Respecto al idioma, la mayoría de la gente habla inglés perfectamente, así que no hay problema. A poco que sepas inglés, puedes comunicarte.

Bueno, pues después de esta pequeña introducción os empezamos a relatar nuestra aventura por Finlandia!!

---

Salimos de Barajas a las 2 de la tarde rumbo a Frankfurt. El vuelo dura dos horas y media y tras otro par de horas haciendo escala, tomamos otro avión hacia Helsinki. Llegamos a la capital de Finlandia a las 22.30 horas y nuestra primera impresión es que hacía bastante frío! Por cierto, en Finlandia hay que cambiar la hora: una hora menos que en España.

Al salir del aeropuerto de Vantaa, que está a 19 kilómetros al norte de Helsinki, cogemos un autobús para ir al centro. Hay dos clases de autobuses: el caro (5,90 euros) y el barato (4 euros), que es como un bus urbanos. A la ida cogimos el caro y a la vuelta el barato porque coincidió que fueron los primeros que aparecieron por allí. Ambos te llevan en una media hora a la estación de trenes, que está en el centro de la ciudad.

Nuestro albergue estaba a unos dos kilómetros de allí, así que tuvimos que tomar un tranvía. Si os alojais en el Eurohostel (de la red de Hi Hostel), teneis que coger el 4 o 4T (el billete cuesta 1,80 euros en las máquinas de la calle; si se lo compras al conductor es más caro). En diez minutillos te lleva al albergue. La verdad es que lo recomendamos. Es muy grande y, aunque los baños están fuera de la habitación (por cierto, tienen un hilo musical continuo de pájaros cantando) está limpio y la gente es agradable. Y además tiene sauna gratis a primera hora de la mañana, y vale la pena probarla en un país donde la sauna es toda una institución!! La noche en habitación doble nos salió a cada una por 22 euros.

---

Dedicamos el día completo a visitar la capital de Finlandia. Ya nos habían advertido que no tenía mucho que ver y, en nuestra opinión, con un día es suficiente. Helsinki tiene alrededor de 600.000 habitantes y los sitios turísticos se pueden explorar andando. No obstante nos dijeron que había una tarjeta, la Helsinki Card, que venden en quioscos (allí se llaman Kioskis) y que sirve para poder viajar en transporte público gratis y entrar en diversas atracciones.

A primera hora de la mañana, y tras probar la sauna, llevamos las mochilas a las taquillas de la estación de tren (cada taquilla, 4 euros) y comenzamos la visita viendo la plaza del Senado y la catedral luterana, uno de los símbolos de la ciudad. Os dejamos algunas fotos:



Después fuimos a ver otra catedral, la de Uspenski, que nos encantó. Construida como iglesia ortodoxa rusa, nos pareció una maravilla. Ambas catedrales están muy cerca una de la otra, en lo alto de la ciudad.



El centro de Helsinki es moderno, plagado de centros comerciales y tiendas. Uno de los puntos más importantes de la ciudad es el puerto, de donde salen los ferries. Junto a él, la plaza del mercado o Kauppatori. Allí venden pescado, aunque también hay cerca un mercado que está dentro de un edificio y que merece la pena una visita.



Después de comer (un menú en la cadena PICNIC compuesto por sopa, bocata y bebida que podías rellenar por 8,20 euros) fuimos a la iglesia excavada en la roca, la iglesia de Temppeliaukio, que es otra de las atracciones de la ciudad y da buena muestra de la innovación en la arquitectura religiosa finlandesa. También quisimos acercanos al parque Sibelius, que está un poco alejado del centro. Habíamos leído que era famoso por el monumento al músico finlandés, pero tampoco nos entusiasmó demasiado.


La verdad es que nos esperábamos que Finlandia fuera más caro. Todo cuesta más que en España, por supuesto, pero creíamos que los precios iban a ser exageradamente superiores. No fue así, aunque de vez en cuando nos llevábamos alguna sorpresa, como cuando compramos barras de pan (que no suele haber en todos los sitios, por cierto) y nos cobraban más de 2,5 euros!!!

Os dejamos algunos precios de los supermercados para que entreis en calor, jeje:
-Botella de agua: 1,50 euros
-1 litro de yogurt: 2,10 euros.
- Coca Cola de 1 litro y medio: 2,15 euros.

Visto esto, merece la pena llevar algo de comida de casa, como por ejemplo embutido envasado al vacío. Nos pusimos finas a jamón serrano!! Por cierto, Finlandia es uno de los mayores consumidores de café.... y la verdad es que es caro! Normalmente nos costaba más de 2,70 euros y los chocolates también tenían más o menos ese precio, hasta los 3,50 euros.

Ese día, por la noche, a las 19.26 horas, cogimos un tren nocturno rumbo a Rovaniemi. Vamos, que íbamos directas a Laponia! Los billetes se reservan a través de esta web: www.vr.fi/eng y también se pueden comprar allí mismo en taquilla. El trayecto es largo, de 12 horas, pero creemos que es la forma más cómoda de llegar hasta allá arriba. Con precio de grupo, nos salió por unos 60 euros a cada una en un vagón normal, con asientos. Si queríamos litera, se subía otros 30 euros. Lo peor del viaje es que no apagaron la luz por la noche.

---