CUEVAS DE ZAÉN Y BAJIL. EVOCACIONES MARINAS EN LA MONTAÑA DE MORATALLA
En clave de turismo extremo (llegar hasta el extremo del territorio confinado y vuelta
) acabo de meterme en el cuerpo una rutaza senderista en el extremo oeste del término municipal de Moratalla, lindando con Castilla-La Mancha:
Cuevas de Zaén, Molata de la Fuensanta, paseo por la prehistoria en
El Bajil ¿Eso estaba en la comunidad donde vivo desde hace muchos años? Son tiempos para el descubrimiento en cercanías.
De las varias rutas que manejé, me decidí por esta cuyo autor es Malpaso, en función del toque montañero que le da el cresteo por la Cuerda del Manco y también porque está descrtita al detalle (puede también consultarse en su blog):
es.wikiloc.com/ ...l-11694219
malpaso-senderismo.blogspot.com/ ...urcia.html
El perrete del que habla la crónica también salió a recibirnos a nosotros. Nos acompañó hasta las cuevas la mar de contento, grabando la ruta a su manera en cada arbusto
y ahí ya dio media vuelta sin necesidad de que le regañáramos. Luego, de vuelta en los coches, acudió a despedirnos, muy cumplido.
Ved qué verdores en la Región de Murcia.
Como veis, la distancia social no va a ser un problema
La ruta empieza fuerte en el fastuoso paraje de las Cuevas de Zaén. Glub ¿Hay que pasar por ahí?
Ahora entiendo por qué se dio la vuelta el perro.
Pasamos, pasamos. El efecto óptico acongoja un poco en la distancia pero se pudo hacer bien. Y es que esta colosal plataforma emergida desde el fondo de un antiguo mar está circundada con un reborde que parece pensado para el paso del hombre. No obstante, precisa calzado de montaña con buen agarre y tiempo seco. No es senda para quienes padezcan vértigo, ni para ir con niños.
Fósiles, grutas, oquedades nos transportan a un mundo acuático inesperado en estos parajes.
Empleamos cinco horas en el recorrido circular. El avance por la cuerda sobre un lecho rocoso intensamente fracturado por las heladas y con oquedades abundantes, es lento y la riqueza paisajística y cultural de los parajes invita a detenerse.
Opciones en plan de paseo:
Para algo menos aventurero, los dos parajes que concentran mayor número de atractivos están cerca del Bajil, diminuto caserío donde se estaciona el coche. Un letrero pintado a mano indica el camino a las Cuevas de Zaén (o bien preguntar al perrete
) y una pista con doble rodada a nuestra derecha conduce cómodamente al yacimiento arqueológico, aunque luego queda una trepada al Cerro de las Víboras. Más fácil acceso -un senderillo como de bosque encantado- tiene esta curiosidad: El Barco del Bajil:
Por si faltaran evocaciones marineras, una enigmática pintura rupestre en tiempos históricos ¿Quién recrearía un barco del siglo XVI en estos parajes tan alejados del mar?
Coronamos la jornada con un grato almuerzo en
La Pastora, en el bonito enclave de la
ermita "Casa de Cristo". Disfrutamos de una mesa resguardada tras los arcos del claustrillo. Simpático camarero, horarios comprensivos con los montañeros y platos ricos y bien presentados. Para abrir boca ¡cómo no! en una jornada de mar y montaña, qué mejor que unas marineras flambeadas, una recreación de un clásico muy, muy murciano.
Como dice Malpaso en su relato, Moratalla nunca defrauda.