Tras un 2019 lleno de viajes 2020 supuso un parón en nuestro ritmo. Las restricciones del verano de 2020 y la incertidumbre de los viajes internacionales hicieron que optáramos por hacer un viaje por España con el coche, sin aviones ni nada, y estuvimos por Cantabria.
En 2021 las condiciones para viajar eran mejores, aunque todavía había ciertas restricciones, pero al menos sabíamos que íbamos a estar vacunados para el verano y empezamos a pensar posibles destinos. Estuvimos considerando Italia, sur de Francia... sitios que incluso pudiéramos ir en coche desde España, pero un día de camino al trabajo se me ocurrió la idea de Islandia. Un país casi deshabitado, con pocas aglomeraciones, turismo de naturaleza, casi todo tiempo al aire libre... y que tenía unos datos de contagios de COVID envidiables. Todo pintaba bien, salvo el precio, que sabíamos que allí todo es caro, pero bueno, llevábamos un año y pico ahorrando a saco.
Curiosamente, en esos días que estábamos planteándonos el viaje a Islandia leímos una noticia. Como ya conté alguna vez, Víctor y yo somos fans del Festival de Eurovisión, nos conocimos gracias a él, y nuestra luna de miel cuando nos casamos fue a Israel para poder ver en directo la edición de 2019, como ya conté en este diario:
www.losviajeros.com/ ...hp?b=15865
Pues resulta que esos días salió una noticia que decía que para el verano estaba prevista la apertura de un museo de Eurovisión en Husavik, Islandia!!! Era la señal definitiva que nos animó y nos decidimos a hacer realidad el viaje. Gracias a los diarios de esta web y a otros blogs más o menos tenía una idea de lo que podíamos visitar por allí así que organizarlo no me llevó demasiado tiempo, aunque como siempre, la planificación original no fue exactamente lo que luego hicimos por imprevistos y modificaciones de última hora, pero el viaje final se ajustó mucho a esa primera planificación.
Normalmente en los viajes internacionales solemos sacar vuelo y hoteles con mucha antelación, de 7 u 8 meses como mínimo, pero esta vez, como las condiciones sanitarias iban variando esperamos a tener la doble vacuna los dos y los certificados de vacunación, así que hasta junio no pudimos empezar a reservar vuelos. Además, al comentar con amigos que íbamos a hacer este viaje una pareja acabó apuntándose con nosotros, así que finalmente fuimos 4 los viajeros: Miriam, Pepe, Víctor y yo. La verdad es que el viaje ha salido genial y nos lo hemos pasado estupendamente, es un destino que merece mucho la pena si te gusta la naturaleza. Pero si lo tuyo son las ciudades o pueblos con encanto... entonces es mejor que no, Islandia no tiene mucho de eso, pero sus paisajes y su entorno natural son un espectáculo puro.
Este año hicimos las reservas para el viaje bastante tarde. Los vuelos y hoteles los compramos en Junio para ir en Agosto... muy apurados para lo que estamos acostumbrados, así que seguramente nos salieron más caros que lo que se puede conseguir haciéndolo con más antelación. Como siempre, aconsejo mirar este tema lo antes posible, y en el caso de Islandia más aún ya que hay zonas en las que hay poco alojamiento disponible. Aún así no ha salido caro como yo pensaba y hemos pagado 926 euros por persona en total por los hoteles (16 noches). Hemos tenido hoteles, apartamentos de 2 personas, un par de apartamentos de 4 personas, guesthouses... un poco de todo según lo que encontrábamos en cada zona.
El tema del coche fue más peliagudo. Cuando fuimos a reservarlo nos encontramos con precios carísimos, y en la web que solemos usar no había disponibilidad para nuestras fechas. Acabamos contratando con Bluecar, una empresa que nos recomendaron. No teníamos idea de coger un 4x4 porque para meternos por zonas del interior del país teníamos pensado contratar algunas excursiones y evitar así las carreteras F, ya que si vas con tu coche la mayoría de los seguros de coches de alquiler no cubre desperfectos si transitas por ellas, pero algunos conocidos nos recomendaron contratar un 4x4 porque en algunas partes te encuentras carretera de gravilla aunque no sean F. Nos dieron un Nissan Xtrail automático y la verdad es que fue estupendamente, fácil y cómodo de usar. Al ser 4 necesitábamos un coche con espacio suficiente para las maletas y en éste cabían bien, pero nos salió por 5.000 euros los 11 días que lo usamos. Y después nos enteramos de que hubo gente que se quedó sin poder alquilar coche por esas fechas porque estaban agotados
así que no dejéis mucho este punto del viaje.
En cuanto a los trámites sanitarios, en junio llamé al consulado de Islandia en España para preguntar los trámites necesarios, y en ese momento nos dijeron que sólo con el certificado de vacunación completo era suficiente, pero que estuviéramos pendientes de la página oficial ya que podían cambiar en cualquier momento.
travel.covid.is/
Y efectivamente, cambiaron. Unas dos semanas antes de nuestro viaje aumentó la incidencia en Islandia y empezaron a pedir además una prueba PCR o de antígenos realizada en las 72 horas antes del vuelo y había que presentar un informe en islandés, danés, sueco, noruego o inglés, no valía en español, así que optamos por hacernos un test de antígenos en una clínica privada el día antes de la partida.
Para Junio ya teníamos también la planificación del viaje completo, distribución de noches, qué ver cada día, etc. Sin embargo tuvimos que hacer algunos cambios de última hora ya que decidimos ir a ver el volcán Fagradalsfjall, que llevaba en erupción desde marzo de 2021 y también para ver la cueva de hielo del volcán Katla, que a diferencia de otras del país puede visitarse en verano. Esta última visita la hicimos a raíz de ver la serie Katla de Netfilx, ambientada precisamente en Vik y los alrededores de dicho volcán.
Con todo esto la planificación quedó así:
5 de Agosto: vuelo a Keflavik y traslado a Reykjavik
6 de Agosto: Reykjiavik
7 de Agosto: Reykjiavik
8 de Agosoto: Recogida del coche de alquiler y península de Reykjanes: Blue Lagoon, volcán Fagradalsfjall, zona de Krysuvik
9 de Agosto: Círculo Dorado
10 de Agosto: Excursión a Landamannaugar
11 de Agosto: Zona Sur hasta Vik
12 de Agosto: Zona Sur desde Vik hasta el parque nacional de Skaftafell
13 de Agosto: Parque Nacional de Skaftafell, Jokursarlon y Hofn.
14 de Agosto: Fiordos del Este
15 de Agosto: Zona del lago Myvatn
16 de Agosto: Excursión a Askja
17 de Agosto: Husavik
18 de Agosto: Zona norte
19 de Agosto: Península de Sneafellness
20 de Agosto: Excursión "Inside the volcano"
21 de Agosto: Vuelta a España.
En las siguientes etapas iré describiendo cada uno de estos días.
Nuestro deseado vuelo desde Madrid a Keflavik tenía que salir el 5 de Agosto a las 21:00, para llegar a las 23:20 hora local, ya que el vuelo dura 4:20 pero hay 2 horas de diferencia entre Islandia y Madrid. Sin embargo, unos días antes nos avisaron de que restrasaban un par de horas los dos vuelos, el de la ida y el de la vuelta.
Por suerte, habíamos contratado el traslado desde el aeropuerto hasta Reykjavik con el Flybus y según me dijeron la hora del billete es flexible. Para cada vuelo que aterriza en el aeropuerto islandés hay un bus para llevar a los pasajeros hasta la ciudad, da igual la hora que sea, así que los billetes que teníamos eran válidos. Para el sentido contrario, de Reykjavik al aeropuerto, sí que hace falta reservar para una hora en concreto, y el procedimiento es similar: te recogen en tu hotel o la parada más cercana y te llevan a la estación central, y allí un cambio de bus que te lleva ya al aeropuerto. En la página web de la empresa que lo lleva vienen detalladas las paradas disponibles.
www.re.is/tour/flybus/
El resto de alternativas que estuvimos mirando (transfers privados o taxis) eran mucho más caras, y el transporte público para llegar es bastante complicado porque hay que hacer trasbordos y con horarios muy limitados.
Encontramos el aeropuerto de Barajas muy dejado, no había restaurantes abiertos para tomar algo o cenar y tuvimos que tirar de máquinas de sándwiches, supusimos que por el covid, pero nunca lo había visto así. Además nos pidieron la tarjeta de embarque o el correo de confirmación de la aerolínea para poder entrar al aeropuerto, si no no te dejaban. El vuelo transcurrió tranquilamente, pero cuando estábamos llegando a Islandia pudimos ver el volcán Fagradalsfjall en erupción. Como era de noche se veía claramente el resplandor rojo y la columna de humo que salía del volcán, la imagen era impactante, ¡¡nunca antes habíamos visto un volcán activo en directo!! El volcán se ve desde el lado derecho del avión conforme llegas a Islandia, así que si lo queréis ver bien ya sabéis dónde seleccionar el asiento para el viaje. Nosotros íbamos en el izquierdo y aún así pudimos verlo, pero para las fotos es mejor ventanilla en el lado derecho. Estas fotos son de otros pasajeros del vuelo que nos las pasaron.
Con la emoción del volcán y de pisar suelo islandés por primera vez nos dirigimos a por las maletas y los controles de salida. El aeropuerto es pequeño y se recorre rápido, y además había poca gente a esas horas. Víctor, Miriam y yo no tuvimos problema con la documentación que llevábamos, pero Pepe sí que tuvo un problema. En su certificado de vacunación covid le aparecía que sólo tenía puesta una dosis de dos, cuando los cuatro teníamos las dos dosis, así que tuvo que hacerse una PCR allí mismo. Miriam les explicó que él tenía las dos dosis, que era un error... pero aún así le dijeron que tenía que hacérsela y hacer cuarentena unos días en el hotel hasta que le avisaran para una segunda PCR. La verdad es que fue un bajón para todos, porque eso trastocaba todos los planes del inicio del viaje. Miriam les preguntó que si conseguían el certificado correcto podía salir del hotel y le dijeron que sí, que si conseguía tener la documentación en regla ya podría salir con normalidad. En España eran las 4 de la mañana y no era hora de llamar a ningún sitio, pero por la mañana temprano estuvieron gestionándolo y pudo tener el certificado correcto así que no tuvo que hacer la cuarentena. En principio nos dijeron que no hacía falta presentarlo pero por si acaso, en cuanto tuvimos el coche disponible nos acercamos para que lo vieran.
El autobús de Flybus estaba esperando en la puerta y dan bastante tiempo para que la gente haga sus gestiones y recoja las maletas, así que pudimos cogerlo. Al montar te preguntan a qué hotel vas o la parada más cercana y te dan un ticket de cierto color. En principio llevan a todos los pasajeros a la terminal de autobuses, que son unos 45 minutos de viaje, y allí hay que cambiarse de autobús según el color del ticket que te han dado y van repartiendo a los viajeros por las diferentes paradas. En nuestro caso no hizo falta cambiar de autobús y el mismo que no llevó hasta la estación nos dejó en la puerta de los apartamentos que teníamos reservados.
Al final acabamos llegando sobre las 4 de la mañana hora local, bastante cansados y preocupados por el certificado de Pepe, no es la mejor forma de empezar un viaje. Al menos el apartamento estaba bastante bien. Era el Stay Apartments Einholt. Está bien situado, cerca del centro, y fue bastante cómodo. Cada uno tiene una pequeña cocina, dos camas individuales y baño. A Víctor y a mi nos dieron el que está adaptado para discapacitados, que es más espacioso y que además tiene sofá y una mesa para 4 personas, así que nos vino de lujo para hacer allí algunas cenas o desayunos. Además, las camas me parecieron muy cómodas, de hecho, fueron las que más me gustaron de todo el viaje.
Nos instalamos en el apartamento y nos acostamos unas pocas horas para descansar y poder salir a descubrir la capital islandesa al día siguiente. Con un poco de suerte podríamos hacerlo los 4 juntos, si no... seríamos 3 y Pepe se quedaría en el apartamento.