Aún no nos hemos adaptado a este horario y nos hemos levantado tarde.
Preparo unos bocadillos de pan de molde (aquí tampoco tienen ni idea de lo que es una barra de pan) y vamos a ir andando hasta la playa más famosa de la isla, a 7 KM, Anse Lazio.
Hay autobuses a 5 rupias (0,30 €) que te dejan a pie de la última colina antes de la playa y también se pueden alquilar coches en torno a los 35 € al día (se conduce por la izquierda)
El camino bordea la carretera muy poco transitada, casi nada, y es un paseo agradable por la costa con zonas sombrías, estanques con cangrejos y mucha vegetación
Si vais en coche hay un pequeño puerto de montaña, pero los caminantes y las bicis pueden pasar por dentro de la urbanización, por un camino adoquinado y pegado a la playa.
Esto lo descubrimos a la vuelta y nos cascamos toda la subida bajo un sol de justicia, lo bueno fueron las vistas que desde aquí pudimos disfrutar.
Desde aquí a Anse Lazio hay poquito trozo, caminos absolutamente rurales nos llevan hasta la parada donde deja el bus.
Para llegar a la playa tenéis que subir y bajar una colina de 1 Km aproximadamente.
Se puede ir en bici, pero no os lo recomiendo, la subida es durilla, incluso andando, y en la bajada vi caerse de la bici a 3 personas en apenas 10 minutos.
Esta es la más famosa playa de la isla, junto a Anse Kerlan y Anse Georgette que hay que pedir un permiso especial a un hotel para que te dejen pasar (me niego).
Un azul indescriptible y la arena coralina más fina que he visto en mi vida, ni siquiera en otras playas del archipiélago.
Hoy será un día de relajación absoluta
Es increíble que no haya apenas nadie en esta playa, pero si camináis un poco más hacia la izquierda hay otras playas más pequeñas, de arena y con rocas a los lados en las que podréis estar completamente solos.
Hicimos muchas fotos, incluso submarinas, aunque la visibilidad en ese momento no fuera la mejor (ni nuestra cámara tampoco, claro...)
Aquí hay pececillos a unos 10 metros de la orilla, justo cuando paséis la zona donde rompen las olas.
Si les tiráis una migas de pan acudirán prestos a hacerse la foto con vosotros.
No obstante no es la mejor zona de snorkel y al ser el fondo arenoso la visibilidad estaba más reducida que en otros sitios que visitamos
Nosotros llevábamos agua y comida, pero aquí al lado hay un par de restaurantes e incluso una tienda de recuerdos.
Iniciamos el regreso al alojamiento no sin antes parar en un "badulaque" a comprar unas bebidas frías, que vamos a volver andando de nuevo, ahora sí, por el sendero correcto, a pie de playa y disfrutando de playitas solitarias y algún que otro islote de rocas graníticas
Como tenemos cocina en la guesthouse nos haremos una ensalada de pasta atun y tomates y nos ahorraremos los 15-20€ por persona que piden el la mayoría de restaurantes por una cena de mínimos. Otra opción era el take away, pero ninguno de nosotros tuvo ganas de ir a buscarlo bajo la amenaza de lluvia que nos mostraba el cielo.