ESLOVENIA: EL OLVIDADO REINO DEL DRAGÓN Y LAS CUEVAS ✏️ Blogs de Eslovenia

Este diario relata un viaje de 11 días hecho en Agosto de 2.013 a Eslovenia por libre, en plan de pareja, en avión, alquilando un coche todo el tiempo y alojándonos en apartamentos super-cucos... Los motivos principales que nos llevaron a pasar nuestras vacaciones de verano en este país son las siguientes:

MOTIVOS PARA QUERER VISITAR ESLOVENIJA

- Es un destino muy minoritario. Cuando vas allí te parece increíble que tan poquísima gente le dedique un tiempo a este país. Por esta zona de Europa normalmente se prefiere dedicar el grueso del tiempo a Croacia, Italia o Austria. Pero, lector, créeme si te digo que realmente merece la pena parar unos días por aquí.

- Bajas temperaturas en verano. Si tus vacaciones son en pleno verano y odias las altas temperaturas, este es tu sitio. Nos levantábamos a unos 12º-14º y por el día entorno a 18º-21º.

- Naturaleza exuberante. Toda Eslovenia es un inmenso bosque interminable. Sus parajes naturales son muy especiales: Montañas imponentes, ríos verde esmeralda, bosques frondosos, impresionantes cuevas y hermosos lagos esperan al visitante.


- Vuelo directo Alicante-Venecia con Ryanair: 327 € ida y vuelta con 1 maleta facturada.

- En Venecia alquiler de coche con Goldcar Rental 10 días por unos 500 €, un precioso Fiat Giulietta diésel que funcionaba de maravilla y consumía como un mechero.

- Alojamientos: En total 11 noches incluyendo la noche de llegada Venecia, después:

Ljubljana. Apartamentos Vila Klara: Casa con 4 apartamentos situado en el precioso barrio de Trnovo, media hora andando al sur del centro de Ljubljana; Se trata de un histórico barrio Ljubljanés con coquetas casas y mucha vida entorno a sus bares. El apartamento tiene un dormitorio enorme con una terraza exterior cubierta enorme, y un salón comedor y baño suficientes. Si volviera a ir no repetiría aquí porque no tenía ni persianas, ni contraventanas ni cortinas opacas en el enorme ventanal del dormitorio. (Todas las viviendas de alrededor tenían o persianas o contraventanas) Total 500 € por 5 noches.


Bled. Apartamentos Vila Ana. Aquí tiramos la casa por la ventana y nos alojamos en el mejor apartamento que tenían: el apartamento superior tipo A, en el "Apartment House" (que es más nuevo), y no en la "Villa" (bastante más viejos y austeros). Costaba 650 € por 5 noches pero adelantando 100 € como reserva por transferencia se quedó en 550 € por 5 noches. Era alucinante.


www.vila-ana-bled.si/



Se trata de un país bastante pequeño (tiene el tamaño de la provincia de Badajoz) y con una forma bastante redondeada, lo que facilita enormemente los desplazamientos. El viaje se divide en dos grandes zonas:

1.- Zona central y sur del país con base de operaciones en Ljubljana. De esta forma el desplazamiento más largo no lleva más de una hora de coche.

2.- Zona norte y noroeste. En la esquina noroeste se encuentra el único Parque Nacional esloveno: el Triglav, además de zonas de excepcional belleza como el lago Bled y el lago Bohinj. En esta zona es donde están los famosos ríos de color verde esmeralda y las montañas más altas y espectaculares del país.

Visitas en la primera etapa del viaje: Centro histórico de Ljubljana, Parque Tivoli, Zoo de Ljubljana, Pirán, Portoroz, Cuevas de Škocjan (*), Castillo de Predjama, Ptuj, Velika Planina.

(*) Patrimonio de la Humanidad UNESCO desde 1986

Visitas en la segunda etapa del viaje: Lago Bled, Castillo de Bled y alrededores, Lago Bohinj y alrededores, Cascada Savica, Vogel, Garganta Vintgar, Tren porta-coches, Kobarid, Paso de Vrsis, Valle del Soca, Skofja Loka, Radovljika.

En la primera parte del viaje vimos menos cosas porque el mero hecho de estar en el centro de Ljubljana es una gozada y merece pasearlo sin prisas y, sobre todo, conocer algunos de sus miles de bares con terraza.


El sistema de peajes esloveno es similar al de otros países centroeuropeos. Al entrar al país o unos kilómetros antes (nosotros la compramos en Italia a unos 30km de la frontera eslovena), se debe comprar en las gasolineras una etiqueta adhesiva llamada Vinjeta y colocarla en lugar visible del cristal delantero, al estilo de la pegatina de la ITV. Posteriormente conforme se avanza por las autopistas eslovenas, van apareciendo peajes en los que no hay que parar, sino reducir la velocidad a 40 km/h para que las cámaras allí instaladas puedan ver tu pegatina. Cuesta 15€ para una semana.

La comida eslovena no se caracteriza por su riqueza o variedad. Mucha carne y verduras. Los precios de la hostelería son ligeramente inferiores a España. A modo de ejemplo en los bares te ponen una botella de cerveza de ¡¡un litro!! por 2 euros, marca Lasko o Unión. Si se quiere degustar comida típica eslovena aconsejo alejarse bastante de los lugares más turísticos, como en todos los viajes vamos...

Eslovenia está perfectamente equipada para el turismo. En todos los lugares hay estupendas oficinas de Turismo y que además en la mayoría de ellas atienden en castellano. Como guía de viaje con la Lonely Planet vas más que sobrado.

En los días de viaje que permaneces aquí vas dejando un reguero de euros allí por donde pasas: se paga por absolutamente todo: accesos a castillos, aparcamientos, acceso a parajes naturales, etc. Y por supuesto para acceder a las atracciones más conocidas del país como las cuevas.

El clima esloveno se caracteriza por veranos frescos e inviernos muy fríos. En pleno agosto la temperatura a mediodía está en torno a 18º o 20º máximo y es muy agradable, salvo en la costa que ascienden bastante las temperaturas.



- ¿Cuevas de Skocjan o Postojna? Personalmente Skocjan me parece muy interesante y muy recomendable. Es mucho más desconocida y discreta por fuera que su vecina Postojna que parece un parque de atracciones, hay hoteles en su recinto y se anuncia por todo el país hasta la saciedad. Skocjan es Patrimonio de la Humanidad, se visita a pie en grupo con guía y es alucinante de verdad y con unas dimensiones que te dejan boquiabierto. A Postojna no fui por lo que no puedo opinar pero da la sensación de eso: parque temático para ir con niños.

- ¿Alojarse en el lago Bled o en el lago Bohinj? Yo al principio tenía mis reticencias con Bled porque creía que era demasiado turístico. Nada más lejos de la realidad: en Bled hay apartamentos, hoteles, restaurantes y hasta un casino pero en ningún momento ni en ningún lugar de allí sientes que estás en un lugar muy turístico. No hay mucha gente y tienes la comodidad de disponer de todos los servicios a la vez que disfrutas de un entorno de ensueño. Ahora bien, si lo que buscas es sólo naturaleza en estado puro tu sitio es Bohinj. Ambos lagos están muy cercanos a unos 10 minutos en coche, por lo que elegir uno no supone perderse el otro.




En la primera etapa del viaje visitamos la pequeñísima costa eslovena.

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Una vez instalados en el apartamento de Ljubljana, nos disponemos a conocer la ciudad de Pirán, que de todas las ciudades y pueblos costeros es la más atractiva. Inicialmente íbamos a conocer la capital eslovena dedicándole un día entero pero la previsión meteorológica aconseja abandonar hoy Ljubljana, amenazada de fuertes tormentas (muy habituales por aquí) y acercarnos a la zona costera con una previsión estupenda.

El trayecto dura más o menos una hora y cuarto, ya que hay que dejar la autopista y conducir un buen rato por carreteras secundarias a muy poco velocidad.


Conforme se va saliendo del interior del país y se va uno acercando a la costa el termómetro sube considerablemente. De los agradables 13-14 grados matutinos que hace en Ljubljana se pasa a los 25-26 grados y a una humedad considerable...

Lo que más llama la atención al llegar a Pirán es que no se puede entrar en el interior de la ciudad. Hay una barrera por la que sólo pueden acceder a la ciudad los residentes mostrando su tarjeta, claro.



Para los que vamos de visita a Pirán, no tenemos otra que ir a un enorme aparcamiento subterráneo de, si no recuerdo mal, 7 plantas todas hacia abajo. En pleno mes de Agosto que llegamos nosotros había plazas de sobra. Es lo bueno que tiene este país...

Todo el día creo recordar que nos costó unos 14 €. De este aparcamiento, que es el único que hay antes de la garita con barrera, hay un servicio de autobús gratuito que te deja en pleno centro de Pirán. Hay que preguntar a la entrada del párking para que te digan el punto exacto de partida y llegada.

Lo primero que vimos al entrar a pie a Pirán fueron las "playas" de cemento....un verdadero horror para los que vivimos en la Costa Blanca...

Tienen puestas escaleras para poder entrar y salir con facilidad al agua desde el bloque de cemento.

Como se puede apreciar en las fotos, hacía un día estupendo en esta parte de Eslovenia.

También había alguna mini playa de guijarros, un poco más apetecible, pero muy poquitas.


Conforme te vas adentrando en Pirán te das cuenta que su encanto reside en sus preciosas callejuelas donde, por otra parte, hace bastante menos calor que en el cinturón "playero" que rodea la ciudad.

De vez en cuando van apareciendo "reliquias" o "vestigios"del pasado que no sé si vendrán por parte de la antigua Yugoslavia o por parte de su antigua pertenencia a Italia.


Por fin llegamos al punto más turístico de la ciudad de Pirán: La Plaza Tartini. Como su propio nombre indica, esta plaza lleva el nombre del ciudadano piranés más ilustre de la historia: El compositor Guiseppe Tartini creador, entre otras, de la conocida pieza musical "El Trino del diablo".

Esta plaza está muy limpia y es donde está el edificio del Tourist Info. También hay diferentes puestos de venta de productos locales o de regiones cercanas tipo queso, embutidos, etc.

Aquí se puede apreciar claramente la arquitectura veneciana en, por ejemplo, "la casa veneciana" de color granate tan fotografiada o la torre de la iglesia, con esa arquitectura tan típica veneciana.



Como se iba acercando la hora de comer, nos dirigimos a la zona de restaurantes que recomiendan en la oficina de turismo que se sitúa más o menos en el lateral de la zona central de la ciudad. Llegamos allí y no nos gustó nada porque estaba lleno de gente alborotando a grandes voces y nosotros buscábamos un sitio tranquilo y sin mucha gente...y lo encontramos.

Justo por una callejuela que está antes de llegar a los restaurantes más llenos, nos encontramos con una encantadora plaza en la que habían un par de restaurantes donde comer pero con una tranquilidad acogedora y un bonito entorno arquitectónico.

El restaurante se llama "Delfín" y está en la calle Kosovelova Ulica, nº 4, que desemboca en una plaza.


Comimos muy bien sentados en la terraza exterior y a unos precios estupendos: corría una brisa muy agradable y estábamos apartados del mogollón de los restaurantes más turísticos de Pirán. Comimos calamares fritos y escalope a la Ljubljiana con una buena pinta de la cerveza local y estaba todo buenísimo y con un buen servicio. En el interior de este restaurante había un montón de japoneses pegándose el banquete padre con unas bandejas de marisco que quitaban el hipo....

Esta ciudad será Eslovenia pero rezuma italianidad por todas partes....Está claro que las fronteras políticas se han ido moviendo de aquí para allá y al final presentan estas pequeñas "contrariedades":


Una vez habíamos comido y descansado un poco en esta encantadora plaza, nos dirigimos hacia el castillo de Pirán desde donde tendríamos buenas vistas y podríamos hacer alguna buena foto.

La cuesta para subir al castillo es empinadísima y, por supuesto hay que subir a pie...



Una vez llegas arriba hay que pagar un Euro y entrar por unas puertas giratorias que se activan al echar la moneda.




La visita se hace en una hora, ya que el Castillo no es excesivamente grande.


Y desde lo alto del Castillo se puede sacar la que quizá sea la foto y vista más bonita de Pirán

Después de visitar el Castillo nos dirigimos hacia la Plaza Tartini de nuevo, desde donde parte un trenecito turístico que te lleva a Portoroz. Salen cada hora y cuesta tres euros por persona.

De Portoroz tengo muy poco que aportar ya que es simplemente un trocito de costa confiscado a los eslovenos por unos cuantos hoteles, es decir, un trocito de costa privada y que no se puede acceder a ella a no ser que te alojes en alguno de los hoteles de allí, al más puro estilo Riviera Maya pero con playas de cemento, claro. Para mi un horror.

De vuelta a Pirán volvimos a dar la vuelta a la ciudad por el paseo costero y volviéndonos a sorprender con las "playas" eslovenas:


En honor a la verdad hay que decir que el aquí el agua estaba muy sucia...no sé si sería sólo ese día por algo en particular o siempre están así. Como muestra dejo una foto de gente bañándose tan panchos junto a una enorme mancha en el agua...

Tocaba ya volverse al aparcamiento público para recoger el coche y tomar rumbo a Ljubljana para poder llegar a un hora decente y poder ir a hacer la compra. Para comprar en Ljubljana la mejor opción es ir al Spar que hay en las afueras de Ljubljana y cierra a las 21:00.

Y con esto abandonamos la costa para volver al corazón del país desde donde seguiremos en las próximas etapas visitando lugares maravillosos...

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Según la previsión del tiempo, que siempre hay que tener en cuenta por aquí, hoy va a hacer un día estupendo, así que lo dedicaremos en exclusiva a hacer la visita a Ljubljana que ayer tuvimos que cambiar por Pirán.


La capital de Eslovenia logra ese equilibrio perfecto entre tamaño y calidad de vida. Es lo bastante grande para ser interesante y lo suficientemente pequeña para recorrerla a pie. Se abusa del calificativo de "joyita" para definir ciudades pequeñas con encanto pero en este caso se ajusta como un guante. Sin duda es una de la capitales europeas más verdes y agradables.

Antes de iniciar una visita al centro histórico de esta ciudad, hay que hacer mención de un momento histórico sin el cual no se puede entender ni apreciar lo que se ve.

En 1.895 un devastador terremoto asoló esta ciudad casi por completo, obligando a los ljubljaneses a reconstruir la ciudad. Y aquí entran en escena dos actores: Jože Plečnik, considerado el arquitecto nacional esloveno y el estilo arquitectónico Art Nouveau, tan de moda por esos años en centro Europa. Este arquitecto diseñó y construyó gran parte de lo que hoy día es el delicioso centro histórico de Ljubljana con sus hermosos edficios del estilo antes mencionado. Esto es lo que confiere al centro histórico su exclusividad y singularidad.

Así pues abandonamos el barrio del apartamento, Trnovo, y ponemos rumbo norte y en unos pocos minutos llegamos al punto fuerte de la capital: El Puente Triple y la Plaza Prešernov trg, quizá el lugar más fotografiado de la ciudad.


En esta concurrida y animada plaza hay mucha animación y conciertos más o menos espontáneos. De aquí hay que destacar la Iglesia Franciscana de la Anunciación con su característico y singular color salmón. Fue construida en el Siglo XVII.




También es muy curioso el llamado "Puente Triple", también conocido como puente Spital (Hospital en esloveno). Obra, cómo no, de Jože Plečnik.


La plaza la preside la estatua dedicada a France Prešeren, el poeta más universal y conocido de Eslovenia.



Después de visitar esta concurrida y bonita plaza, nos dedicamos a lo que creo que es más interesante del centro de esta ciudad, callejear para poder apreciar bien sus rincones y sus bonitas estampas.

Es muy agradable sentarse en alguna de sus terrazas junto al río Ljubljanica que da nombre a esta ciudad.

Aquí también está la posibilidad de subirse al trenecito turístico que te da una vuelta por el centro.

No lo he comentado antes, pero en realidad el centro histórico de Ljubljana está completamente cerrado al tráfico rodado, algo que nos pareció estupendo...

Seguimos nuestra excursión y nos dirigimos al Castillo de Ljubljana al que se accede desde un funicular, aunque como Castillo deje mucho que desear, consideramos una visita obligada. (De todos los castillos que visitamos fue el que menos nos gustó por ser el más....artificial)



Cuando visitamos una capital europea, nos gusta ir a ver alguna atracción local menos turística para ver cómo se lo montan. En esta ocasión el destino "alternativo" elegido fue el Zoo de Ljubljana, una buena opción para pasar la tarde si se dispone de tiempo extra.

La entrada costaba 8 Euros para los adultos, y dentro del Zoo hay dos bares donde poder comer o tomar algo, tipo plato combinado, burguer y pizza.


Y una vez dentro, resulta un Zoo bastante limpio y ordenado, con poca gente.

Aquí dejo unas cuantas fotos del recinto.



Después de pasar media tarde aquí, nos volvimos al centro para dar un paseo por el Parque Tivoli muy próximo al centro histórico de Ljubljana.


El Parque Tivoli con sus 510 Ha. fue construido en 1813 y constituye la frondosa zona de recreo de Ljubljana y el lugar perfecto para un paseo a pie o, mejor aún, en bicicleta.

Entrada al Parque Tivoli con diferentes murales explicativos de diferentes zonas del mundo


Este parque cuenta con una zona de columpios bastante grande y algún bar donde tomar algo. Desde el parque se aprecia muy bien las horrendas torres que construyeron los "socialistas" durante el periodo de tiempo en que Eslovenia formaba parte de la extinta Yugoslavia.


¡¡Y es que no pegan nada con el entorno!!

En fin...después de esto nos vamos a dar una última vuelta por el centro antes de irnos hacia nuestro barrio de Trnovo a disfrutar de sus bares...


Vimos una curiosa máquina expendedora de leche por la calle. La probamos y estaba riquísima.... Y si no llevas envase, la propia máquina expende botellas muy baratas para que puedas aprovisionarte de leche sin problemas...


Y por último, continuamos dando una vueltecita por los alrededores del centro histórico...


Y con esto ya hemos visto algo de esta coqueta ciudad, pequeña capital de un pequeño pero hermoso estado europeo.

En la próxima etapa visitaremos la zona que se encuentra entre el centro y el sur del país, donde están las cuevas y los castillos más famosos del lugar....

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