SICILIA: Catania-Siracusa-Noto-Taormina en transporte público. ✏️ Blogs de Italia

Madrugamos un poquito más, no mucho, que el día anterior, ya que el tren, Trenitalia, hacia Noto salía a las 10,10 h. La estación de tren está muy cerca de la parada de los autobuses así que nos fuimos paseando hasta allí, compramos los billetes en taquilla, recordad que los tenéis que validar en las maquinas que hay para ello nada más salir al andén (billete no validado que te pille el revisor, multa al canto), y siendo que faltaban escasos 5 minutos subimos ya. Un viaje tranquilo de poco más de 30 min. con dos paradas antes de Noto, la primera en Fontane Bianche (lido espectacular) y a continuación Avola, pueblo interesante, con playas urbanas gratis. Nos recomendaron ir a Noto en autobús porque para justo en el centro histórico y nos dijeron que la estación de tren estaba muy lejos, pero nos encajaba mucho más el horario del tren y nos arriesgamos. Salimos de la estación dispuestos a pegarnos la gran pateada y en menos de 20 minutos habíamos llegado ya al centro, ¿qué son 20 minutos andando para un turista??, no llevábamos mapa pero no hace falta, está muy bien indicado como llegar al centro.
De Noto no sé muy bien que decir, porque pese a saber que es un pueblo importante e imponente por su arquitectura barroca, yo no volvería, muy bonito sí, pero sin más. Bien es cierto que no entiendo absolutamente nada ni de arquitectura ni de arte y creo que por eso no lo supe valorar. A parte de el calor asfixiante que hacía.

Teníamos pensado coger el tren de 14,15 h. y bajarnos en Avola para comer e ir a la playa, pero faltaba más de una hora cuando decidimos que ya valía de pasar calor. Buscamos la parada de Interbus (justo en el parque que hay a la entrada del centro histórico), miramos horarios, y decidimos coger el de las 12,55 e ir directamente a Siracusa a comer (aunque tenía 3 ó 4 paradas en Avola, algo que nos sorprendió porque en su web pone que va directo). Comimos en Trattoria da Mariano, (Vicolo Zuccolà, 9 ), bien, comida rica, raciones un poco escasas, pedimos dos contornos de ensalada de naranja con cebolla, dos de pez espada al grill y dos canoli (que no me gusto tanto como el del día anterior) y precio en la media, cerca de 40 €. Un filete de atún o pez espada, lo mismo al grill que con pisto, cuesta unos 10 € en casi todos los sitios que estuvimos, sin embargo en las pizzas y en las ensaladas sí que hay diferencia, en éste eran más caros que en la pizzería el Duomo.

Y de allí, decidimos coger el autobús 1, hay tres líneas de autobuses eléctricos la 1, 2 y 3, e irnos a ver el Teatro romano a las afueras de Sircausa. Eran las 16 h., y cuando vimos el precio (10 €) nos miramos, cansados como estábamos del calor y pateada de Noto, pensar en meternos en el teatro, un sol de justicia, y siendo que queríamos ver el de Taormina, dijimos de esperar al siguiente autobús y, con el mismo billete, volver al apartamento. Una vez allí y como ya no eran horas de siesta decidimos ir a una de las playas urbanas que hay en Ortigia, justo detrás de la fuente Aretusa (en Ortigia hay dos o tres solárium ¿qué son? plataformas de madera para tomar el sol y con escaleras para poder llegar al agua, son gratuitas y va bastante gente). A mí no me convencían y por eso decidimos ir a ésta de arena pero …. 10 min. estuvimos, el agua limpísima, como en todos los sitios que vimos, pero la arena …. cristales, trozos de pan, papeles … en un reportaje de Callejeros viajeros, esta sería una playa para no ir. Así que nos fuimos de allí para ir a otra playita que hay, pero de piedra, y cuando llegamos ya no daba el sol, así que paseando volvimos al apartamento, ducha, cambio de ropa y ¡otra vez a la calle!.

Dada la ubicación del apartamento y lo cómodo que es Ortigia no nos daba ninguna pereza ir y volver. Queríamos mirar algún detalle para llevarnos de recuerdo y aprovechamos para sentarnos tranquilamente a tomarnos una cerveza y un arancini (bolas fritas de arroz rellenas) que están de muerte.
Es un privilegio poder disfrutar de esos momentos y con ese entorno, el tiempo desaparece y sientes que esa felicidad, esa tranquilidad tiene que ser la vida.
Alargamos el rato hasta la hora de cenar que nos volvimos al apartamento ya que había que preparar las maletas porque al día siguiente nos íbamos a Catania. Alessandra, la propietaria del apartamento, no puso ningún problema en que lo dejáramos a las 16 h. así que todavía podíamos aprovechar la mañana para dar un paseo por Siracusa.

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Decidimos dedicar la mañana a pasear por el centro de Siracusa, en vez de Ortigia, porque lo habíamos dejado completamente de lado, así que callejeamos disfrutando de la tranquilidad (la mayoría de los turistas se concentran en Ortigia) y a mitad mañana nos sentamos en una heladería que hay al aire libre en el Corso Umberto I, Gelateria Bianca, donde nos tomamos un granita di mandorla con un brioche, no os lo perdáis, im-presionante y por solo 3 €. El granita creíamos que era granizado, pero no se nota nada el hielo, es más una especie de mouse, muy fría, sin llegar a estar congelada como el helado. Te la sirven en copa y tienes que ir metiendo el brioche como si te estuvieras tomando un vaso de leche con madalenas, allí lo toman como desayuno.

Hicimos las últimas compras y decidimos comer de bocadillo en Caseificio Borderi, via de Benedictis, 6, (dentro del mercado), nº 1 en Tripadvisor. Llegamos alrededor de las 14 h. y había una fila larguísima, nos pusimos en ella, y después de estar 15 minutos y ver que no avanzaba decidimos buscar otro sitio ya que se nos hacía tarde. Así que allí cerca nos tomamos un agua y una arancini ya que después del granita con el brioche tampoco teníamos mucha hambre.

Fuimos al apartamento, recogimos las maletas y a la estación de autobús para coger el que nos llevaría a Catania. Interbus, 5,80 € cada billete y cerca de 1 h. y media de trayecto.

Llegamos a la estación de autobuses de Catania, en Via Archimede, desde donde cogeríamos también el autobús a Taormina, alrededor de las 19 h. El apartamento estaba a media hora andando de la estación, pero hoy no iría andando, porque es una odisea ir con maletas por Catania, las aceras las tienen destrozadas, no hay casi ningún bordillo rebajado, eso donde existe acera sin ocupar por coches aparcados. En fin, que lo que era un paseo de media hora se convirtió en un sufrimiento de 1 h.

El apartamento en el casco viejo, super acogedor, es parte de un piso antigüo de casi 200 m., daba al exterior y por la noche ya nos dimos cuenta de que estábamos en medio de la zona de marcha ¡menos mal que llevábamos tapones!.

La primera impresión de Catania fue horrorosa, guíados por google para llegar al apartamento nos metimos por las calles más conflictivas (según nos dijo nuestro anfitrión), y luego para ir al supermercado y por mi afán de buscar siempre el camino más corto nos metimos por donde mujeres y hombres hacen del sexo un negocio. Así que cuando volvimos al apartamento del supermercado me negué a salir de él porque ya había anochecido.

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En el planning inicial la idea era ir a Taormina el sábado o domingo para tener un día en medio sin viajar, pero luego pensamos que igual el fin de semana habría más gente así que decidimos irnos a conocer Taormina por la mañana y por la tarde coger el autobús desde allí y quedarnos en las playas de Giardini Naxos. (Desde Catania hay tren a Giardini Naxos, y de la estación del tren hasta el centro del pueblo y hasta Taormina hay autobuses frecuentes. Nosotros decidimos ir en autobús porque así hacíamos el viaje directo y a la vuelta sí que habíamos pensado coger el tren hasta Catania). Así que por segundo día (el primer fue con la idea de irnos a las playas de Avola) metimos los bañadores y las toallas en la mochila y, después de desayunar tranquilamente, salimos camino de vía Archimede para coger el autobús de la compañía ETNA a las 10 h. Los billetes de los autobuses no se compran en el mismo sitio de donde salen, a la entrada en unos carteles grandes en un valla pone la dirección (está a 3 min). Salió puntual, como todo el transporte que cogimos en Sicilia exceptuando el avión.

El viaje de poco más de una hora fue todo por autopista, así que muy tranquilo y con el Etna siempre a la vista. Aunque prefiero mil veces el tren a el autobús, por la comodidad y el ambiente, el viajar en transporte público me hace saborear más intensamente el trayecto, no tienes que pensar en nada, solo disfrutar del momento …. admirar el paisaje …. ver a las personas en sus tareas diarias cuando cruzas pueblos o ciudades e imaginarte la vida que llevan …

Taormina está en lo alto de una montaña, todavía me hago cruces de cómo puede subir un autobús por esa carretera tan empinada, en ese trozo se terminó todo mi relax, pero las vistas son impresionantes, Isola Bella, Mazzaro, Naxos …. Nada más llegar nos dirigimos al teatro, 8 € la entrada. No pudimos admirar muy bien las vistas ya que tenían montado un escenario, pantalla, focos, etc. porque había un Festival, creo recordar que de Cine (al día siguiente nos enteramos por twitter que habían pillado a Richard Gere con su novia española el día de antes en Taormina), pero el teatro en sí es impresionante. Cuando salimos ya era hora de comer así que paseando fuimos mirando donde podíamos tomar algo tranquilamente sentados sin que nos cobraran un ojo de la cara. Como solemos huir de las aglomeraciones no nos adentramos en las calles principales, así que llegamos a una plaza tranquila y acogedora donde nos comimos una ensalada y una pizza en un restaurante. Justo enfrente está el Bam Bar, que según leímos es famoso por sus granita tradicionales, aunque después de probarlos nosotros nos quedamos con el que tomamos en Siracusa. Mientras estábamos en el velador nos llamó la atención la cantidad de personas que había con cámaras con super objetivos, después de leer lo de Richard Gere lo entendimos, jajajaja. Cuando nos levantamos ya eran pasadas las 16 h. así que volvimos a anular nuestra tarde playera y nos quedamos paseando y callejeando por Taormina.
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Siento ser tan repetitiva pero … hay que verla …. Tanto Siracusa como Taormina tienen “alma”, son ciudades vivas, acogedoras. Cuando vas por sus calles es como si todo lo que vivimos diariamente no existiera. Te traslada a una vida tranquila, sosegada, donde las sonrisas siempre están presentes, donde vas avanzando sin saber que sorpresa te espera al final de la escalera, a la vuelta de la esquina. Mmmmm qué bien huele a dulce ¡anda! y ahora a masa recién hecha y ¿ese olor? Es de salsa?!!
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Imprescindible caminar y descansar en los jardines públicos, hay unas vistas magníficas a la bahía de Naxos y los jardines en sí me parecieron originales, con sus construcciones, sus estatuas, su reconocimiento individual a sus soldados, su variedad de flora, sus mesas de lava …

También me llamó mucho la atención las ruinas de la Naumachie, la Piazza 9 Aprile, el escudo aragonés que vimos en Porta Catania que es donde acaba via Umberto (empieza en Porta Messina), el taqueado jaqués que vimos en el Duomo y es muy usual en el pirineo oscense (mi tierra) y en la ruta jacobea y que no lo había visto fuera de España. Pero claro, pensando que el reino de Sicilia perteneció a la Corona de Aragón casi que va a ser normal que esté ….

Y china chana, paseando, disfrutando de la puesta de sol, de su luz, de su magia nos fuimos encaminando hacia la estación de autobuses para regresar a Catania, cogimos el de las 19,45 h. (salen cada media hora) y llegábamos al apartamento pasadas las 9 de la noche, así que ducha, cena y relax. Había sido un día cansado de andar y de calor a la par que intenso de sensaciones.

Hoy, casi un mes después, sigue en mi retina la luz del atardecer en las calles de Taormina, envolvente, acariciadora, mágica … con el mar a los pies es como si estuvieras en la cima del mundo y nada pudiera salir mal …

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