Viaje a Jordania e Israel ✏️ Blogs de Jordania

Comenzamos el día visitando el Monte de los Olivos, situado al este de la Ciudad Vieja y ocupado en su mayor parte por el Cementerio Judío más grande y antiguo del mundo. Primero entramos a la iglesia de Todas las Naciones, de construcción reciente, en la que destaca en su fachada un gran mosaico dorado.
*** Imagen borrada de Tinypic ***
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De frente y bajo el nivel de la carretera hay un edificio Cruzado del s. XII, que ahora pertenece a la Iglesia Ortodoxa Griega, donde, supuestamente, está la tumba de la Virgen María (entrada gratuita).
Junto a la iglesia hay una gruta, donde la tradición dice que se reunía Jesús con sus discípulos, en cuyo techo hay algunos frescos.
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Subimos y al otro lado encontramos la entrada al Huerto de Getsemaní, con los olivos más viejos del mundo (científicamente datados sobre los 2000 años de edad). Es el lugar donde Jesús pasó sus últimos instantes rezando con sus discípulos antes de ser arrestado por los soldados romanos.
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La entrada es gratuita. Subimos por el camino hacia la cima y entramos a la iglesia rusa de María Magdalena característica por sus cúpulas doradas que resaltan en el paisaje del monte. Fue construida por Alejandro III en memoria de su madre. La entrada es gratuita, al igual que la cercana iglesia de Dominus Flevit.
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El camino de subida es bastante empinado, pero la recompensa que se tiene una vez arriba de las vistas sobre la ciudad hace que merezca la pena el esfuerzo. En la ladera hay un cementerio judío. Desde la antigüedad, los judíos siempre han deseado que les enterraran en el Monte de los Olivos, donde, según la Biblia (Zacarías, 14:4) comenzará la resurrección cuando llegue el Mesías. Con el tiempo, este cementerio ha ido creciendo hasta extenderse por toda la ladera occidental y buena parte de la cara sur.

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En la Ciudad Nueva, que está al noroeste de la Ciudad Vieja, tiene especial interés el Mea She'arim, un barrio-gueto donde viven judíos ultra ortodoxos constituyendo el único ejemplo de gueto judío tal y como eran en Europa del Este antes del Holocausto.

Visten de forma bastante tradicional, como en Europa oriental en el s. XVIII, y tienen una estricta interpretación de la Ley Judía, que hace que, en ocasiones, su actitud hacia los visitantes no sea del todo amistosa. Así que, si se desea visitar este sitio, hay que aceptar sus reglas. Ha habido casos de gente apedreada por no respetar las normas, aunque no es lo habitual. En las entradas del barrio hay carteles con las reglas para el visitante, como, por ejemplo, que las mujeres no pueden vestir ropa corta o pantalones largos, sino falda larga y mangas también largas, los hombres deben ir con pantalones largos; y las parejas no pueden besarse ni ir cogidas de la mano. Tampoco les gusta que les hagan fotos.

Por la tarde emprendimos el camino de vuelta hacia Amman. Como no sabíamos lo que iba a durar el viaje compramos una especie de kebab en un puestecillo. Vimos como el que lo preparaba estaba fumando, dejó el cigarrillo a un lado y con las manos sin lavar cogió los ingredientes para el kebab. Mi hijo exclamo, que asco!!!. Pero no había muchos sitios para elegir, así que, como se suele decir, lo que no te mata te hace más fuerte.

A la salida de Israel pagamos el impuesto de salida unos 95 shequels, unos 19 euros para poder dejar el país.

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.Para este día en primer lugar teníamos la visita a la fortaleza de Karak, donde se rodaron escenas de la película de Ridley Scott El Reino de los Cielos. Se encuentra a unos 124 kilómetros al sur de Amman (acceso 1 JOD)
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Construida en la cresta de la montaña a 930 metros de altitud, con vistas al Mar Muerto y rodeada de acantilados por tres de sus lados. Fue construida en el año 1140 por el Cruzado Payen le Bouteiller para controlar las rutas comerciales que unían Damasco con Egipto y La Meca. Su época más famosa fue entre 1170 y 1177, cuando estuvo bajo el control de Reinaldo de Châtillon, conocido por su temeridad y barbarie. En 1263 fue tomado por el sultán mameluco Baybar, y en 1355 recibió la visita del ilustre viajero Ibn Battuta (el equivalente árabe del Marco Polo italiano). En el interior del castillo no hay carteles ni planos ni letreros de ningún tipo, así que paseamos por patios, pasadizos y salas subterráneas. Hay que llevar cuidado porque en algunos sitios hay grandes agujeros por los que uno se puede caer.
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Al llegar a la fortaleza hacía un fuerte viento, y hasta llegamos a sentir frio. Aquí de nuevo un guía espontáneo empezó a explicarnos y alumbrarnos con la linterna en los sitios más oscuros. Le dijimos que sólo teníamos 5 JOD y ya nos dejó hacer por libre el resto de la visita.

Terminamos la visita y nos dirigimos a uno de los desiertos más bonitos.
Wadi Rum también conocido como el Valle de la Luna, es un valle desértico a 1600 metros de altitud en una región montañosa formada por granito y arenisca en el sur de Jordania,
Está a 60 kilómetros de Aqaba. El nombre rum significa "alto" o "elevado" en idioma arameo. Es un valle desértico de arenas rosáceas y altas montañas, un laberinto de cañones rocosos y hogar de beduinos.

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Los dibujos en piedras (petroglifos) de 2.500 años de antigüedad han dejado constancia del paso de nómadas y caravanas desde tiempos antiquísimos, gracias a sus numerosos manantiales pese a ser un desierto.
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Pero el Wadi Rum es conocido sobre todo por haber sido el centro de operaciones del oficial británico Lawrence de Arabia durante la rebelión árabe de 1917-18.Aqui se rodaron escenas de películas tales como Lawrence de Arabia (1962), Planeta rojo (2000) y El marciano (2015)

Dejamos a nuestro taxista a la sombra y tras fotografiar a mi hijo montado en un camello nos dispusimos a recorrer en un vehículo todo terreno por llamarlo de alguna forma el famoso desierto. Nuestro conductor nos iba parando en diferentes lugares y tuvimos la ocasión de subir por las dunas. Durante el trayecto íbamos pegando botes, pero fue muy divertido.
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Algunos de los lugares más conocidos son: los “Los Siete Pilares de la sabiduría”, larga formación rocosa, llamada así en recuerdo a Lawrence; Al-Qsair, parte de una casa ocupada por él; el Puente de Piedra de Burdah, de 35 mts de altura, uno de los arcos naturales más altos del mundo; el cañón Barrah Siq; el cañón Khazali donde se encuentran una serie de petroglifos dibujados en paredes y cuevas; o las ruinas de un templo nabateo de 2.000 años de antigüedad.

Por la tarde llegamos a Aqaba para bañarnos en el mar rojo. En la playa no había mucha gente pero al meternos en el agua apareció de la nada un grupo de hombres que se quedaron sentados en la orilla mirándome, así que mandé a mi hijo a por la toalla para no tener que pasar por su lado en bañador…ya en el hotel una chica me había comentado que si iba a una playa pública me iba a ocurrir esto.Aqaba es un bonito sitio para hacer actividades acuáticas. Nos hubiera gustado bucear pero lo descartamos al ir con el niño no era plan de dejarlo sólo.
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De vuelta hacia Amman nos encontramos por la autopista un vehículo circulando con el capo levantado, el conductor sacaba la cabeza por la ventana para poder ver la carretera, hasta el taxista se quedó asombrado. El pobre llevaba con nosotros desde las siete de la mañana y ya eran las nueve de la noche. Vaya tute le dimos!
DIA 9 .Nos dedicamos a descansar .Paseamos un poco por la ciudad y compramos los billetes del autobús para ir al día siguiente a Petra.

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Nos levantamos temprano para ir a la estación de autobuses Abdali en Amán, el autobús de la compañía JETT sale a las 6.30 h de la mañana. El billete lo habíamos comprado el día anterior y que nos costó para 2 adultos y un niño 66 JOD.( Ahora creo que cuesta bastante más , el niño creo que no pago)
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La impresionante ciudad de los nabateos excavada y esculpida en la piedra, está situada a unos 257 km de Amman. Tardamos unas 3 horas en llegar. No hay que perderse una de las siete maravillas del mundo!!
Fundada en la antigüedad hacia el final de siglo VIII a. C. por los edomitas, fue ocupada en el siglo VI a. C. por los nabateos que la hicieron prosperar gracias a su situación en la ruta de las caravanas que llevaban el incienso, las especias y otros productos de lujo entre Egipto, Siria, Arabia y el sur del Mediterráneo. Los Nabateos eran antiguas tribus árabes procedentes de su vecina la actual Arabia Saudí. Se establecieron en la región hace más de t 2.000 años creando un enclave estratégico para las rutas comerciales hacia Asia. Con el tiempo se convirtieron en excelentes mercaderes y Petra se convirtió en una de las ciudades más importantes de la época.
Hacia el siglo VI d.c., el cambio de las rutas comerciales y los terremotos sufridos, condujeron al abandono de la ciudad por sus habitantes. Cayó en el olvido hasta que el lugar fue redescubierto para el mundo occidental por el explorador suizo Johann Ludwig Burckhardt en 1812.
Numerosos edificios cuyas fachadas están directamente esculpidas en la roca, forman un conjunto monumental único.

La entrada se realiza a través del Siq, (desfiladero) un estrecho y profundo cañón de 1.500 metros de longitud, rodeado de acantilados que se elevan hasta los 80 metros de altura. Al final del mismo una estrecha grieta nos vislumbra el monumento más famoso del país, Al-Khazneh (el Tesoro), una impresionante tumba del siglo I con una inmensa fachada de 30 metros de ancho y 43 metros de alto y conocido por mucha gente por la película de “Indiana Jones y la última cruzada”. Para acceder al tesoro hay que recorrer 2km desde el centro de visitantes, algo más de 1km es por la estrecha vía sacra o As-Siq. El cañón mide 3m por la parte más estrecha y 14m la más ancha.
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Después de ver el tesoro caminamos por la calle de las fachadas, viendo el teatro romano del siglo I excavado en roca y diseñado en gradas de tres niveles que tenía una capacidad para 3.000 personas. Seguimos paseando y viendo la Puerta del Temenos, la calle columnada romana que acaba en un ninfeo (fuente pública) del que apenas quedan restos. Frente a la misma están las tumbas reales, llamadas por su colosal tamaño, albergaban en su mayoría restos de reyes, nobles, gobernadores y miembros de la élite nabatea y romana.
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Finalmente llegamos hasta Qasr al-bint, el principal templo de la capital nabatea, y único edificio no excavado en roca que ha sobrevivido a siglos de terremotos e inundaciones.
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Junto a él hay una pequeña zona de restaurantes y aseos.
Desde allí iniciamos una larga subida de 800 escalones esculpidos en la roca, con increíbles vistas del valle, hasta Ad-Deir, el Monasterio. Importante lugar de peregrinaje al que se subía en modo de procesión, su fachada de 45 metros de altura perfectamente encajada en la montaña, es tan impresionante como el Tesoro aunque esta menos elaborada. Durante la subida vemos burros con turistas perezosos o en baja forma. Daba pena verlos, con la gente encima subiendo por aquel camino tan empinado….
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Tras la subidita de marras llegamos al templo y después de descansar iniciamos el regreso. Seguimos paseando por la zona admirando tan magnífica obra. *** Imagen borrada de Tinypic ***

Os dejo un plano de Petra.
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Este día también nos hizo un considerable calor y junto a todo lo que caminamos y subimos sólo teníamos fuerza para beber y beber, recuerdo que mi hijo me decía ¡voy a morir!, ¡no puedo más! Pobrecito mío vaya día que le dimos. En total estuvimos unas 7-8 horas.
Al día siguiente emprendíamos el regreso para España.
Asi que nos desapedimos de Jordania y sus gentes con إلى اللقاء ilā l-lāʾ (Hasta luego, hasta pronto )

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