Bretaña francesa en 8 días ✏️ Blogs of France

Tomamos el vuelo con la compañía Volotea (nunca oímos hablar de ella), eran las 21:45 y el avión estaba a menos de la mitad de su capacidad, por lo que íbamos bien anchos. Iniciábamos rumbo al reencuentro con el Medievo.
Llegada a Nantes, un aeropuerto bastante apagado a las 23:50, nos dirigimos a la salida y parada de taxis. Un taxi nos llevaría al hotel, el Ibis Budget Nantes, Reze Aeroport, nos costaría unos 30 euros recuerdo.
En el hotel donde pensábamos que nadie nos atendería por la hora que era, ya que nos avisaron de que tendríamos que introducir un código en la puerta de acceso, fuimos atendidos por un empleado.
Llegamos a la habitación, y era bastante confortable y amplia, nos acomodamos y a recargar energías para el día siguiente; que sería un día de bastante caminar.

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Como no contratamos el desayuno y salir a improvisar nos restaría tiempo y energías que todavía no teníamos, pensamos que lo mejor sería desayunar en el hotel, y ya lo pagaríamos a nuestra salida.
Al desayunar, por cierto, algo muy básico y con poca variedad ( cuesta 6 euros, pese a ello, fuera del hotel, por ese precio seguro comeríamos menos jeje), pusimos rumbo a la cuidad, ya que estábamos a unos 25-30 minutos a pie aprox. Era una de las “contras” del hotel, la ubicación. No era el centro de Nantes, aunque caminando llegamos perfectamente. El “pro”, su precio.
Comenzamos la ruta sirviéndonos de un gps que tenía descargado en mi teléfono móvil ( finalmente acabé usando el Google Maps, era más fiable y tampoco nos iba a costar mucho). Fuimos por unos caminos que no nos proporcionaban mucha seguridad a juzgar por el entorno, aunque como debían ser las 9 ó 10 de la mañana; hecho por el que íbamos más relajados.
El primer objetivo sería L'ille des Machines. Todo un parque destinado a plasmar las obras del ilustre hijo predilecto de la ciudad de Nantes, Julio Verne. Allí había animales gigantes caracterizados en enormes máquinas mecánicas, conducidas por el hombre. La entrada a las instalaciones cuesta 8.5 euros, pero existe la posiblidad de ver el espectáculo de la salida y recorrido del enorme elefante sin tener que pagar nada (salvo que quieras hacerlo subido sobre él). Nada más llegar comenzaba a salir, con el vapor emanando de su trompa, avanzaba paso a paso,con el característico barritar que los singulariza. Era impresionante, te hacía sentir una hormiga. Sobre él habría al menos 20 personas, con una vista por encima nuestra -que no más espectacular- de la panorámica del parque por donde haría su recorrido. Lo seguimos hasta su primera parada, era un espectáculo de masas, fotografías y vídeos a discreción...
*** Imagen borrada de Tinypic ***

Continuamos visitando las instalaciones del parque, la montaña rusa, el tío vivo y finalmente accedimos al interior tras pagar la entrada. El tío vivo era el más insólito que nunca había visto, allí los personajes de Julio Verne, "cobraban vida".

*** Imagen borrada de Tinypic ***

En el interior, de nuevo viajabas a través del tiempo y de dimesión, pasando a la ficción en tan solo unos segundos. Garzas mecánicas enormes, hormigas gigantes, ciudades diminutas...todo cobraba vida, la lástima es que si no entiendes el francés, no entenderás nada de la explicación que dan los empleados del parque. En inglés no dicen ni "hello". Al finalizar había un pequeño cortometraje sobre todo ello, y desde el mismo emplazamiento, podías apreciar la fábrica de los sueños. El taller donde se fabricaban estas enormes máquinas. No están permitidas las fotogradías, para proteger la exclusividad de la presentación de nuevas máquinas.
Realmente, nuestra opinión es que lo más espectacular es el recorrido del elefante, así que si queréis ahorraros los 8,5 euros, no paséis pena, que "lo guapo está fuera".
Próxima parada, el centro de Nantes, a por la iglesia de San Nicolás y la catedral de San Pedro y San Pablo. Allí se levantaban, imponentes en el centro de la ciudad. Imaginar cómo pudieron construir semejante edificación con la escasez de medios de la época, era digno de admiración.
*** Imagen borrada de Tinypic ***
Iglesia S.Nicolás

*** Imagen borrada de Tinypic ***
Catedral S.Pedro y S.Pablo

Posteriormente nos dirigiríamos hasta el castillo de los Duques de Bretaña. Rodeado parcialmente por agua. De puertas abiertas al público ( al patio central), aparentaba ser un castillo muy moderno, adaptado a los tiempos actuales, con un restaurante en el interior del patio central. Lo bonito era bajar a la zona baja del perímetro, y descansar en el césped, dar un paseo en todo su perímetro y comenzar a imaginar que esa sería la tónica del viaje. Eran las puertas del pasado.
*** Imagen borrada de Tinypic ***
Lateral del castillo, flanqueado por agua.

Parada técnica para comer, cerca del castillo, en una pizzería muy buena y económica, con bebida, salimos a 10 euros por cabeza creo recordar.
Más tarde fuimos a por nuestro coche de alquier, con la compañía Enterprise ( la reserva se hizo a través de RENTALCARS). Nos atendieron muy amablemente, en inglés y tuvimos un coche utilitario muy fácil de conducir, un Fiat 500, prácticamente nuevo. Consejo, contratar un GPS desde el primer momento. Trate de continuar con el de mi teléfono y decliné el ofrecimiento en la oficina; pero no era tan práctico, así que tuvimos que volver y finalmente nos hicimos con uno.
Fuimos al hotel a descansar, y una vez con las pilas cargadas, continuamos inspeccionando Nantes. Un parque temático con atracciones de feria y varios puestos estaba ubicado en las proximidades de la iglesia de . Realmente estaba bien calculado, pues una de las atracciones, con un mástil basculante, iba a gran velocidad por encimade nuestras cabezas y cerca de la catedral...
Paramos en una de las magníficas y deliciosas panaderías/pastelerías (boulangerie), y allí nos hicimos con unas de sus delicias. Nos sentamos en un banco frente a un pequeño lago cerca del castillo de los Duques , y nos relajamos viendo la gente pasar.
Más tarde, tras paseos y paseos,localizamos un restaurante para cenar, donde comimos unas “clásicas Saint Jaques” ( vieiras) entre otras cosas. El agua en los restaurantes (a excepción de la embotellada), es gratis, como en bastantes países de Europa; salvo en España. Tras la cena y un pequeño y agradable paseo hasta el coche, decidimos que ya era hora de regresar a nuestro Ibis Budget, a reposar que le día venidero iba a ser movido.

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Me he adelantado en el blog, pero es lo que ya tengo hecho. Las siguientes etapas irán siendo añadidas poco a poco.
Espero que lo disfrutéis. Gracias

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