HAWAI'I 2016 - UN PARAÍSO NATURAL ✏️ Blogs de USA

Último día en la isla de los volcanes.

26 de Junio

Big Island es verde, muy verde. Por lo tanto es muy lluviosa. Nos ha llovido todos los días, y no poco. Pero no importa, esta isla tiene su encanto en otras cosas aparte de las playas.
Nos levantamos como siempre, entre las 8 y las 9, desayunamos en la habitación y nos dirigimos al coche. Hoy es un día de conducción, ya que abandonamos Kona y nos dirigimos a Hilo, parando en varios sitios durante la ruta. Hilo será nuestro punto final en Big Island.

De camino a Hilo llueve, a ratos poco y a ratos mucho, pero no vemos el sol. Pero no nos importa, hoy no es día de playas, es día de parajes.
El primero es la carretera en sí, podemos pasar de un paraje desértico a estar en medio de la selva en cuestión de 1 kilómetro, y nos encanta.
Por el camino vemos volcanes y los surcos que la lava ha ido marcando en el terreno en su avance. En este caso, las pendientes del Mauna Loa (The Slopes of Mauna Loa).


Sin estar pendientes de la hora y sin saber cuánto tiempo llevamos en la carretera, llegamos a una maravilla de la naturaleza: el valle Waipio.


Lugar sagrado donde los haya, parece ser que fue residencia de varios reyes Hawaiianos años atrás. Gracias a que íbamos con 4x4 pudimos bajar con el coche, y no andando como hacía la mayoría de la gente. Andando puede ser agotador, más de 1 hora de bajada y de 2 a 3 horas de subida, con pendientes de más del 15%.
Una vez abajo, el camino se bifurca, hacia la playa y hacia adentro del valle. Elegimos irnos hacia el valle, adentrarnos en la jungla. De camino vemos varias cascadas, hasta que llegamos a un río que, probablemente, podríamos haber atravesado, pero decidimos mejor no hacerlo.



Hacia el otro lado, hacia la playa, sí que nos encontramos un charco enorme del que no sabemos ver su profundidad, así que ante la imposibilidad de poder aparcar en el camino, damos la vuelta y subimos hacia la carretera. Por el camino, mucha gente agotada intentando llegar arriba, así que, buena gente como somos, acogimos en el coche a una madre e hija, cosa que nos agradecieron enormemente.

Otra vez en camino, y antes de parar en el hotel a hacer el check-in, nos paramos en unas cascadas famosas por el efecto que producen: Rainbow Falls. Se dice que hay un arcoiris permanente al pie de estas cascadas, pero no sé si porque el día estaba nublado o porque estaba lloviendo de vez en cuando, no lo vimos. Eso sí, las cascadas y el entorno natural que las rodea, precioso.



Nos acercamos al hotel, hacemos el check-in y decidimos comer en el restaurante del hotel. Sencillito, pero un menú más que decente, incluyendo comida sin gluten para mi mujer.

Ponemos rumbo a otro punto de gran interés en este gran viaje: el Parque Nacional de Volcanes.
No tardamos más de media hora en llegar, una media hora que sigue con el tiempo típico de Big Island, lluvia, nubes, etc... Llegamos y, previo pago de 20$ por coche, dejamos el coche en el parking. Nos acercamos a un hotel que hay en la entrada, donde desde el balcón del mismo ya podemos apreciar, a lo lejos, los primeros cráteres y humaredas del parque. Compramos algún recuerdo en la tienda de souvenirs y volvemos al coche, haciendo camino hacia el mejor punto de todos: Jaggar Museum. Por el camino, paramos en unos pozos de vapor de agua donde sale aire MUY caliente.


Una vez en Jaggar Museum, el mejor punto para poder observar el cráter del Mauna Loa, nos quedamos impresionados. Vemos lava por primera vez en nuestra vida, un río constante de masa ardiente y humo constante. Aún es de día, así que decidimos dar una vuelta por el museo y la tienda haciendo tiempo para que anochezca.
Una vez de noche, el espectáculo es aún mejor, y más aún cuando una buena samaritana nos deja sus prsimáticos para poder ver, con total nitidez, el río fluyente de magma.




Después de quedar maravillados por semejante belleza de la naturaleza, cogemos el coche y nos dirigimos a la siguiente atracción: Lava Tube. La noche se ha echado encima y la carretera está vacía y sin luces, un tanto tenebroso. En cuanto llegamos a la atracción, entre que no hay gente y entre el vapor de agua que se desprende de las rocas, la escena es cuanto menos siniestra. Decidimos ni bajar del coche y enfilar hacia la salida, no vaya a ser...

Una vez en la carretera, volvemos al hotel y a descansar, que mañana cogemos aviones dirección Kauai... y Kauai promete!

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Nos levantamos para dejar Big Island atrás. Toca coger los últimos vuelos internos y poner dirección Kauai.

27 de Junio

Como hicimos en Oahu, hacemos el check-out temprano, nos acercamos a Alamo a dejar el Jeep y nos acercan a la terminal en bus. Toca coger 2 aviones, que resulta que es el mismo. Llegamos a Kauai haciendo una pequeña escala en Honolulu.
Ya en Kauai, nos acercamos a coger el coche, por última vez. Esta vez es un SUV, un Hyundai SantaFe. Esta vez el 4x4 no sería necesario.

Salimos de la zona del aeropuerto y nos dirigimos a Kapaa, una pequeña población a menos de 10 minutos en coche, que es donde nos vamos a hospedar. Pueblo pintoresco, lleno de tiendas, restaurantes y muuucha gente.
Llegamos al hotel, Aston Islander on the Beach, y la primera sorpresa que nos dan es que nos hacen un upgrade a una habitación OceanFront, es decir, en primera línea de playa.
Las vistas desde la habitación son paradisíacas...


Dejamos las maletas y ponemos rumbo a conocer la isla Jurásica. Parte de Jurassic Park y de Jurassic World se han rodado en esta isla.
Ponemos rumbo al norte, al North Shore. Por el camino vamos viendo que esta isla es igual de verde que Big Island, pero afortunadamente no llueve al mismo ritmo. Aquí sí tenemos varias playas por ver y esperamos que el tiempo nos respete.


Llegamos a nuestro primer punto, que resulta ser un pequeño apeadero en la carretera para poder observar la belleza del Valle Hanalei. Aquí ya podemos disfrutar del perfil de isla que es Kauai a nivel montañoso... es única.



Hanalei es una pequeña población MUY turística. Restaurantes, tiendas de souvenirs, escuelas de surf, alquiler de material de snorkel... de momento decidimos no bajar y seguir con nuestra ruta. Nos adentramos un poco más al noroeste de la isla y llegamos a un pequeño parking, donde dejamos el coche y nos adentramos en un pequeño sendero para llegar a la primera playa de Kauai que vamos a visitar; Hideaways Beach. A la playa se accede mediante un sendero bastante estrecho, a traves de la maleza y del bosque, en el cual hay tramos que incluso te tienes que apoyar en unas cuerdas que unos buenos samaritanos pondrían en su día. La verdad es que la playa merece este difícil acceso. No hay mucha gente cuando llegamos.


La playa es idílica; pequeñita, sin oleaje, poca gente... descansamos un rato del esfuerzo que ha supuesto bajar, ya que necesitaremos mas fuerzas para subir.
Al cabo del rato, una vez arriba y sudados completamente, seguimos nuestro plan y nos acercamos a otra playita, no tan pequeña y más concurrida; Anini Beach Park.

Aquí vemos gente practicando Kite-Surf, ya que es un día con bastante viento, y familias disfrutando del snorkel. Cojo mis gafas y la verdad es que sí, hay peces muy variopintos.


Después del baño, de descansar un rato en la toalla con mi mujer y de habernos secado, nos acercamos al faro Kilauea. La estampa es bastante bonito, aunque por mala suerte (o mala planificación) el acceso al faro hoy está cerrado, una pena. Pero eso no nos priva de hacer fotos de la panorámica.


Parece que, según explica la leyenda que encontramos en la entrada del faro, es sitio de paso y estancia de ballenas en la época de invierno, así como de delfines y de focas. De momento, este no sería nuestro momento para ver delfines.

Cogemos el coche y, una vez listos, ponemos rumbo al hotel, a cenar en la habitación con el sonido del mar de fondo, una ducha y a descansar.

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Se va acabando el viaje pero, afortunadamente, nos dejamos lo mejor para el final.

28 de Junio

3 días son los que nos quedan en la isla y, si todo va bien, van a ser 3 días de belleza absoluta.
Nos levantamos y el tiempo nos respeta, Sol radiante. Desayunamos, nos vestimos y, de paso, guardamos el bañador en la mochila ya que hoy será día de mar y montaña...

Subimos al coche y ponemos dirección a una de las maravillas naturales de Hawai'i: Waimea Canyon.
También conocido como el Cañón del Pacífico, debe sus formas al río Waimea, que durante años ha ido perfilando este cañón y sus increíbles perfiles. Unos 16 kilómetros de largo y con una caída de alrededor 900 metros, es todo un festival de formas, colores, flora,...
La mejor forma es recorrer Kokee Road de sur a norte, una carretera no muy ancha pero bastante adecuada. A lo largo de la carretera, a parte de los 'Lookouts' o puntos de observación adecuados, puedes orillarte al arcén, dejar el coche y disponer de unas de las panorámicas más preciosas del mundo.


La variedad de colores se debe tanto a la vegetación como a los diferentes minerales que conforman su roca. Podemos ver desde un verde intenso debido a la vegetación hasta un rojo teja embriagador debido al exceso de Hierro en la roca.


Se hace difícil no pararse en cada uno de los repechos que la carretera te permite, pero es que si lo hiciéramos estaríamos todo el día en la carretera. Así que nos acercamos al primer Lookout del recorrido, el Waimea Canyon Lookout. Aquí, de paso, aprovecho y compro Banana Apple fritas... que buenas!


Es imposible no quedarse contemplando semejante perfil, tal variedad de colores, a pesar de que el sitio está lleno de gente y cuesta hacerse un hueco para hacer alguna foto.
Seguimos adelante con el coche y llegamos al siguiente punto, Pu'u Hinaina Lookout. Mismas vistas, diferente ángulo.


Kauai es la isla de las cascadas, no hay un número oficial ya que durante el invierno hay tantas y en verano hay otras tantas, dependiendo de la época de lluvias, de la cantidad de agua que haya caído... pero en un par de días lo veremos mejor, no os adelanto acontecimientos.
Dejamos este segundo Lookout y nos dirigimos al tercero, Kalalau Valley Lookout. Una visión y una panorámica totalmente diferente a las vistas hasta ahora. Ésta se dirige hacia el mar, hacia la costa Na Pali (los acantilados). Si ya venimos anonadados de las vistas del Cañón, estás no son menos impresionantes.


No empleamos mucho tiempo en este punto ya que, habiéndome informado previamente, las vistas desde el siguiente Lookout son aún más sorprendentes. Pu'u O Kila Lookout.



En este punto he de decir que el Parque consta de varios Trails, de los cuales hicimos sólo 1 muy cortito de no más de 500 metros. Pero, como os digo, el parque dispone de trails de kilómetros de distancia que deben de ser preciosos, para todos aquellos que queráis practicar un poco de deporte en la zona.

Más allá de Pu'u O Kila Lookout no se puede pasar, ya que no hay más carretera. Damos la vuelta y, algo hambrientos, decidimos pararnos en un restaurante que habíamos visto al subir, pero que al ser temprano no habíamos parado. Ahora sí, siendo la hora que es, casi la 13.00, paramos y comemos. Totalmente recomendable. Mi mujer pide el mejor Kailua Pork que ha probado en las islas y yo una MUY buena hamburguesa... además, no es nada caro y dispone de una tienda de souvenirs.


Kokee Lodge

Subimos de nuevo al coche y nos dirigimos a una pequeña población que coge de camino al hotel: Poipu. Según tengo entendido también es un posible punto para poder ver tortugas marinas.
Al llegar la playa resulta ser algo atípica... está dividida en 2 y se forma un pequeño istmo donde las olas vienen de ambos lados. Mejor mostraros la foto, que puede que no me sepa explicar bien.


Justo en este pedacito de tierra, vemos mucha gente agolpada. Resulta que hay una gran tortuga descansando, y gran en ambos sentidos, ya que a parte de grande también parece ser una tortuga bastante mayor.


La gente es bastante prudente con las tortugas que deciden relajarse en la arena. Se suele dar de 3 a 4 metros de distancia, para no estresarla ni ponerla nerviosa.

La playa en sí no es de las más bonitas que hemos visto, pero aprovechamos para sacar la cámara subacuática y hacer alguna que otra foto, ya que lo que sí que es es una playa de rocas, y allí donde hay rocas siempre hay peces.



De vuelta en el coche después de un apetecible baño, y de camino al hotel, nos paramos en Spouting Horn. Yo lo llamo el falso geiser, ya que aunque produce el mismo efecto, éste se debe a un agujero en la roca, producido por la erosión, y cuando viene una buena ola se puede ver salir el agua disparada hacia arriba.


Resulta simpático e incluso bonito, ya que cuando el agua sale hacia arriba se produce un arcoiris. La playa donde se ubica Spouting Horn es bastante pintoresca, una mezcla de roca marrón y roca negra.


Y, ahora sí, nos dirigimos al hotel en un día que nos ha dejado estampas preciosas y pececitos de colores. Mañana, más y mejor.

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