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El viaje lo gestionó Suki, del que me llevé una impresión agridulce. Por un lado, negativa: nos dijo que el barco volvía de Gili a Bali a las 11:30, pero no era así: llegaba a las 13:00, y ya habíamos comprado el avión de Denpasar a Yogyakarta, que salía a las 15:00 (y por tanto era muy justo). Además, sus explicaciones era algo imprecisas y parecía que cuando le decías algo escurría el bulto. Por otro lado, la sensación que tengo fue positiva, puesto que al final no nos quiso cobrar por el transporte al aeropuerto, supongo que por el error que cometió....pero vamos al lío:

Nos embarcamos en Padangbai rumbo a Gili Trawangan, con la empresa Eka Jaya. Ojo con estos, porque son los que liaron a Suki: cuando se enteraron que cogíamos el avión a las 15:00 nos dijeron que no habría problema, que el barco llegaba a las 11:30 a Padangabai, a las 12 "the latest"...nos mintieron obviamente, el barco tarda dos horas, no una, y así nos lo corroboró la tripulación una vez ya estábamos en él.

Gili Trawangan fue un chasco, pero esto es algo personal. A mi no me gusta hacer submarinismo, iba un día y medio para estar en la playa y ver paisajes...pues bien, fue totalmente fustrante estar ahí y no poderse bañar. Me explico: las playas tienen muchos corales y muchas piedras, tantas que casi no puedes ni estar tumbado en la arena encima de la toalla, y mucho menos entrar caminando hacia el agua y nadar. Si quieres bañarte, hay que pillar un barco de los que te llevan a hacer snorkeling.

No consideraría a Gili Trawangan la típica "isla paradisíaca". Hay playas muy bonitas en las que estás solo, pero tampoco no es nada espectacular aunque el agua es cristalina y los corales son bonitos. Ojo, no quiero chafar el viaje de nadie, si os gusta bucear y tal supongo que este es el sitio, pero sinceramente, yo no lo disfruté, sobre todo por lo dicho: es difícil bañarse en la playa. Estuvimos en un bungalow nuevo y bonito (Locanda 75, en el norte, regentado por un italiano) aunque algo caro (70 euros) pero no está en primera línea de mar.

El barco efectivamente llegó a Padangbai con una hora de retraso, aunque yo no me conformé y quiso ir a coger el avión de las 15:00...¡y lo conseguimos! Embarcamos cinco minutos antes de salir y por pelos nos metimos en el avión...no teníamos ganas de esperar 4 horas en el aeropuerto para pillar el siguiente vuelo.

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En Yokyakarta nos hospedamos en el Hotel 1001 Malam, a una calle de Malioboro, en el turístico pero auténtico barrio de Soroswijayan. Sin duda esa zona es muy maja, ves mucha vida por la calle y me recuerda a Kao san road en Bangkok pero sin tantos turistas. En las callejuelas hay mucha vida local donde sin duda la gente es lo mejor: tras Bali, donde todos te intentan vender algo, e incluso tras Malioboro, donde son muy palizas, ahí la gente te saluda y habla contigo. Sin duda, de lo mejor de Indonesia es la gente, en las zonas no turísticas, donde es encantadora.

El ambiente de Malioboro al anochecer me pareció fantástico y muy poco turístico, puesto que hay muchas tiendas, pero sobre todo es para gente local. Músicos callejeros, chiringuitos de comida...muy divertido, sin duda.

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Para el siguiente día contratamos un coche con conductor por 350.000 IDR, para llevarnos al volcán Merapi (no se vio nada por la niebla) y Borobudur (está bien, sobre todo por las esculturas y relieves, pero si has estado en Bagán este templo te sabe a muy poco). Lo mejor de ese día, y quizás del viaje entero, fue que le dijimos al conductor que nos llevara por los alrededores del templo. En la Lonely planet ponía que había pueblos bonitos y paisajes espectaculares, y no se equivocaba. Palmeras y plantaciones de café dieron paso a Karang, un pueblecito donde se hace tofu artesanalmente. Fue genial, repito, de lo mejor del viaje. Los turistas no van por ahí, y paseando por ese pueblo, auténtico totalmente, la gente nos saludaba, sonreía, hablaba con nosotros...la experiencia fue magnífica. Nos metimos en una casa donde hacían el tofu y fue brutal, parecía que estuviéramos en la edad media por los métodos que utilizaban. De lo mejor del viaje, sin duda.

El día siguiente hicimos el Kraton (un tanto decepcionante), el mercado de pájaros (que ahora está mucho más lejos de lo que pone en la guía, y no vale la pena) y de nuevo Malioboro, para hacer las últimas compras.

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