GRECIA ✏️ Blogs of Greece

Pasé el fin de año del 2014 en Grecia. Había estado hacía 20 años y me apetecía mucho volver...revisitar algunos sitios, como Atenas y la parte de la región de la Argólida del Peloponeso, y por otro lado conocer algunas zonas, como la Laconia, también en el Peloponeso, que no pude ver la primera vez.

Ante todo, decir que fue un viaje corto pero completo. No hice las playas ni las islas, por razones obvias, pero por otro lado cabe mencionar la gran variedad de visitas que ofrece el país: Grecia no son solo ruinas clásicas, también puedes encontrar gran variedad paisajística y yacimientos de otras épocas (micénicos, bizantinos, etc.).

Viajar en temporada baja ha tenido ventajas e inconvenientes: por un lado, hay muchos menos turistas, lo cual se agradece. Por otro, casi todos los yacimientos cierran a las 15:00....algo incomprensible ya que el sol se pone dos horas más tarde, y que hace que tengas que concentrar todas las visitas por la mañana. En verano cierran a las 20:00, no entiendo por qué en invierno lo hacen cinco horas antes....pero bueno.

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Los dos primeros días los pasé en Atenas. Tenía ganas de volver a ver las ruinas de la Grecia clásica, y así fue (destacando sobre todo la Acrópolis, el templo de Zeus y el Ágora) pero también vivir un poco la ciudad, y no solo Plaka y Monastiraki, sino también algunos otros barrios (como Psirri, o Pagrati, donde estábamos alojados: por cierto, muy bien...era un apartamento de AirBnB, de 60 metros cuadrados, equipado con todo, y que nos costó solo 50 euros por noche; a media hora andando del centro, en un barrio auténtico por cuanto podías ver cómo es y cómo vive la gente de clase media de allí). También fuimos a Licabetos y al Museo arqueológico

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Tras estos dos días, cogimos un coche de alquiler para hacer el Peloponeso. El primer día vimos Micenas y Epidauro (en este orden, ya que, como excepción, el teatro cerraba a las 17:00). Para dormir, a Nauplia, una bonita ciudad de estilo veneciano.

Al día siguiente fuimos a Mistras, y fue de lo que más me gustó. Una ciudad bizantina abandonada cuyo mayor interés son las iglesias, que conservan frescos de la época. El entorno (nevado) y la soledad de la que disfrutamos contribuyeron a hacer de la visita a Mistras uno de los mejores momentos sin duda de todo el viaje. Para dormir, a Corinto, puesto que al día siguiente a primera hora debíamos devolver el coche en el aeropuerto de Atenas.

Me hubiera gustado ver más cosas del Peloponeso, pero al cerrar los yacimientos tan temprano, y al ser de noche a las 17:00, tuvimos que restringir mucho las visitas.

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